Cuatro dotaciones de la Ertzaintza frente al cuartel de Sansomendi.

Cuatro dotaciones de la Ertzaintza frente al cuartel de Sansomendi.

España Coronavirus

La Ertzaintza se cuadra ante la Guardia Civil en Vitoria en solidaridad por los dos agentes fallecidos

Aplausos en la capital alavesa por el gesto de compañerismo entre estos cuerpos, en primera línea en la lucha contra el coronavirus.

21 marzo, 2020 11:11

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El coronavirus se llevó este viernes al guardia civil Francisco Javier Collado Rivas con apenas 38 años. La enfermedad, que reporta cifras tan dramáticas, deja al menos imágenes positivas y en este caso, conmovedoras. La última, la noche de este mismo viernes en Vitoria, donde varias dotaciones de la Ertzaintza acudieron al cuartel de Sansomendi en solidaridad con la Benemérita, compartiendo el duelo por un compañero en la lucha que ocupa a todos y cada uno de los españoles, como recuerdan a diario las autoridades.

Las imágenes circulan por las redes sociales, generando reacciones de toda clase, en cualquier caso abriendo los ojos sobre la importancia de estar unidos en este momento crítico. Con las luces encendidas, cuatro vehículos de la policía vasca se situaron ante las dependencias de la Guardia Civil en la capital alavesa y sus ocho ocupantes se cuadraron y mostraron sus respetos a los agentes que custodiaban el acceso. Antes de marcharse, volvieron a cuadrarse y de despidieron con un "compañeros". De fondo, aplausos desde los balcones por parte de los vecinos que asistieron a la escena.

Son dos los miembros de la guardia civil muertos consecuencia del coronavirus. El primero de ellos, Pedro Alameda, de 37 años, en Valdemoro, Madrid, más en concreto en el servicio de retribuciones. Estaba casado y deja también a una hija de cinco años. No padecía patología pulmonar previa, por lo que no encajaba en lo que en un principio se consideraba un paciente de riesgo. 10-12 días antes del desenlace, comenzaron los síntomas. Pese a ser fuerte, sus amigos le vieron "reventado". Fue ingresado y no pudo superarlo.

Caso similar el de Francisco Javier. Trabajaba destinado en la prisión de Herrera de La Mancha, en Ciudad Real, en labores relacionadas con la seguridad del recinto y también con la conducción de presos cuando era preciso un traslado. Estaba casado y tenía un hijo de 10 años. Después de tres días en cuarentena en su domicilio, fue llevado a las urgencias de un hospital privado de Madrid, donde horas más tarde falleció. Tampoco tenía patologías previas, según fuentes consultadas por EL ESPAÑOL.

La Guardia Civil, como el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, está en primera línea en la pugna contra un enemigo invisible que está poniendo en jaque el orden social y económico en nuestro país, en estado de alarma desde el pasado fin de semana, así como los profesionales sanitarios, entre los que también hay ya víctimas mortales y cuyo papel es fundamental.