José Luis Ábalos, ministro de Transportes, este miércoles en el Congreso.

José Luis Ábalos, ministro de Transportes, este miércoles en el Congreso. EFE

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"¡Dimisión! ¡Dimisión!": la oposición enfila a Ábalos y este denuncia un plan para "eliminarle"

Sánchez defiende a Ábalos asegurando que en Barajas cumplió con su "deber": "evitar una crisis diplomática con su intervención". 

12 febrero, 2020 11:56

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Un domingo por la noche, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, acudió al aeropuerto de Barajas sin publicidad y en un coche que no era el suyo. Se encontró con la vicepresidenta ejecutiva del Gobierno de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, y confió en que una vez que regresase a su casa el asunto, sea cual fuese su naturaleza, se quedase en el plano de la estricta discreción. 

Eso fue hace semanas. Este miércoles, en el Congreso, el asunto fue el absoluto protagonista de la primera sesión de control al nuevo Gobierno de coalición. El Gobierno tuvo que responder hasta a cinco preguntas en un claro intento de la oposición de hacer de Ábalos el centro de su acción de desgaste al Gobierno. Pedro Sánchez avaló a su ministro, asegurando que cumplió con su "deber": "evitar una crisis diplomática con su intervención". El titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendió que no ha dado ninguna instrucción a la Policía y la Guardia Civil más allá de que cumpliesen la ley. 

Después le tocó el turno al propio ministro, visiblemente molesto con la oposición, que acabó gritando "¡dimisión! ¡dimisión!" tras sus respuestas en la Cámara Baja. El guión de Transportes era claro: atenerse a dos mensajes muy concretos. Es lo que Ábalos consideró "lo importante, más allá de los detalles que le preocupan" a la oposición, como él mismo dijo, cosechando un alarido de desaprobación. Es precisamente en los detalles del encuentro, esos que han ido cambiando de versión a versión (o de versión a ampliación, según Ábalos), los que revelan una crisis comunicativa que el propio ministro ha reconocido en la tribuna de oradores. 

Ábalos se defiende de la oposición mientras el PP pide su dimisión

Los dos mensajes de Ábalos se resumieron en garantizar que gracias a su intervención se garantizó "que se cumplieran las decisiones de la restricción del Consejo de Europa (sic) para que esta señora no entrara en espacio Schengen", en referencia a Rodríguez, que estuvo horas en las instalaciones de Barajas, y "no añadir más problemas en las relaciones diplomáticas" con Venezuela, con cuyo Gobierno, el de Maduro, España ha mantenido relaciones diplomáticas ininterrumpidas pese al reconocimiento de Juan Guaidó como presidente encargado. 

Ábalos lleva semanas soportando las críticas de la oposición y lo que el Gobierno considera mentiras. En su respuesta a la diputada Valentina Martínez, responsable de relaciones internacionales del PP, el ministro fue un poco más allá. "Han puesto en cuestión la credibilidad de España, no tanto la mía, que soy una pieza instrumental. Ustedes han querido enfrentarnos a EEUU en un momento en el que muchos aranceles de productos españoles están en juego. Ustedes nos han querido enemistar con nuestros socios de la Unión Europea haciendo el ridículo ayer mismo por la tarde [promoviendo y protagonizando un debate en el Parlamento Europeo]. Quieren agravar nuestras dificultades para alcanzar el verdadero propósito que nos debería unir a todos, que es la democracia, paz y el respeto a los derechos en Venezuela", según él. 

Más duro fue con Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz del PP. "Al adversario no lo ven como tal sino como enemigo, lo cosifican, lo desproveen de dignidad porque es la única forma de cosificarlo para poder eliminarlo. Eso es lo que yo he vivido estos días: la eliminación del adversario. Por eso usted me desprovee de la dignidad. Si me respetara la dignidad y me permitiera tener dignidad, no hablaría así y, desde luego, no tendría ninguna tentación de eliminarme como han actuado estos últimos días". 

Ábalos endurece el tono

Ábalos está molesto. Enfadado incluso, aunque proyecte resignación. Durante el debate, pudo verse en las respuestas a varios de los diputados que poco tenían que ver con el fondo del asunto. "Si a usted le pagan por lo que acaba de decir, estamos derrochando", dijo a Belén Hoyo, del PP, respondiendo a una alusión previa de la diputada.

"Se nota que usted está de paso por este historia, mañana estará en otro partido. Qué se le va a hacer", dijo a Edmundo Bal, de Ciudadanos. 

"Su tono es de alcurnia, de una soberbia que ni siquiera tiene necesidad de impostar, es natural. Le viene de origen, no se lo digo como reproche. El origen siempre nos determina, nos acompaña siempre", dijo a Álvarez de Toledo, que también es marquesa de Casafuerte. 

Ábalos estuvo arropado por buena parte del Gobierno en las preguntas de la sesión de control, de dos minutos por pregunta y otros dos por respuesta. Sin embargo, cuando acabó su respuesta a Álvarez de Toledo, más larga y en formato interpelación, sólo dos ministros le aplaudieron desde el banco azul: el de Agricultura, Luis Planas, y la de Política Territorial, Carolina Darias.