Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, segundos antes de firmar el acuerdo este martes en el Congreso.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, segundos antes de firmar el acuerdo este martes en el Congreso. Paco Campos EFE

España INVESTIDURA

La coalición exprés de Sánchez, en manos del reo Junqueras con Tsunami y los CDR tomando la calle

El PSOE podría pedir aún a PP y Ciudadanos que permitan su Gobierno de coalición para acabar justificando su investidura gracias a ERC. 

13 noviembre, 2019 02:56

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El Gobierno de coalición de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias depende de ERC. La aritmética es tozuda. El rechazo de PP y Ciudadanos a participar en una operación que lleve a Pablo Iglesias y a su equipo al Consejo de Ministros hace que todos los caminos pasen por el partido que preside Oriol Junqueras, que cumple condena en prisión tras ser condenado por sedición y malversación. 

Se trata del mismo partido que ya se mostró dispuesto en julio y en septiembre a permitir su Gobierno, pero también el primero en dinamitar los Presupuestos, algo que llevó al Gobierno a convocar las elecciones del 28 de abril. Es además la formación política que, algunas veces de manera más explícita y otras menos, alienta los cortes de carretera o justifica la violencia contra los agentes de los Mossos d'Esquadra y Policía Nacional.

Es, por último, uno de los partidos independentistas catalanes que Sánchez quería que no fuese en modo alguno determinante en su investidura, como el secretario de Organización, José Luis Ábalos, recordó este mismo lunes cuando dijo que 
los socialistas iban a "seguir intentando, aunque sea solos, no depender de los independentistas. Y es posible", prometió. 

Ni aún sumando a PSOE, Unidas Podemos, Más País, PNV, PRC, Teruel Existe, BNG y Coalición Canaria, un total de ocho partidos que reúnen 170 escaños, Sánchez podría ser investido salvo que cuente con la abstención de ERC o, en su defecto, la abstención al mismo tiempo de Junts per Catalunya y Bildu, que se antoja mucho más improbable.

JxCat, grupo sobre el que ejerce un gran influjo el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont, siempre se ha mostrado contrario a la investidura de Sánchez. EH Bildu, por su parte, permitió la investidura de una candidata socialista en Navarra, María Chivite, pero no basta por sí solo, sería un apoyo (aunque fuera por abstención) igual o más incómodo para Sánchez que ERC y si mantiene su manera de proceder, coordinará su decisión con Junqueras. 

Y todo eso contando con que Sánchez sea capaz de llegar a todos esos pactos previos. Este martes, tras conocer el acuerdo exprés sobre la coalición, todos se mostraron cautos. El que más, ERC, que aseguró estar en el "no" hasta que se siente a negociar una "solución democrática" al "conflicto político" entre Cataluña y España, según dijo en Barcelona la portavoz republicana, Marta Vilalta. El PNV o el BNG reivindicaron la agenda vasca y gallega, como el PRC la cántabra. 

[ENCUESTA: ¿Qué pacto prefiere para formar Gobierno]

Salvo que el PSOE logre la abstención o el apoyo de PP o Ciudadanos, todo seguirá pasando por ERC. Los demás apoyos o abstenciones a los que podría recurrir Sánchez (Vox, Cup o Navarra Suma) son del todo inverosímiles en estos momentos. 

Ronda de contactos

Fuentes socialistas recuerdan que hay pendiente una ronda de contactos a la que están invitados PP y Ciudadanos y mantienen que la intención de Sánchez es no depender de partidos independentistas. 

Este objetivo, sea o no retórico, puede poner sobre populares y naranjas el peso de decidir qué opción es menos mala: dejar gobernar a Sánchez o repetir terceras elecciones, sabiendo que el socialista siempre puede contar con Junqueras una vez haya culpado a Casado y a Inés Arrimadas de empujarle a la investidura con los independentistas. 

Todo esto ocurre mientras en el Parlament se mantiene, con ciertos matices, el pulso al Tribunal Constitucional, con el president de la cámara catalana, Roger Torrent (ERC), a la cabeza. 

Independentismo en la calle

En las calles, los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) y la misteriosa organización Tsunami Democràtic, sin responsables ni dirigentes públicos, siguen llamando a una supuesta resistente que consiste en cortar la autopista AP-7, una infraestructura fundamental para el transporte por carretera con Francia, vital para las mercancías y el sector transportista. 

La AP-7 fue cortada en varios puntos a la altura de Girona y en las entradas y salidas de Barcelona. Hasta 19 personas fueron detenidas por el corte en La Jonquera sin que los partidos independentistas, de los que probablemente dependerá Sánchez, condenasen estas acciones.