Puigdemont, entre Artur Mas y Elsa Artadi, jefa de campaña, este miércoles en Bruselas.

Puigdemont, entre Artur Mas y Elsa Artadi, jefa de campaña, este miércoles en Bruselas. EFE

España ELECCIONES CATALANAS

Puigdemont lanza desde Bruselas un doble órdago contra el Estado y contra ERC

Artur Mas aviva el cisma separatista ante la manifestación de este jueves en la capital belga.

7 diciembre, 2017 02:18
Barcelona

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Cuando a un adversario político de Carles Puigdemont se le pregunta por una virtud del expresident, la cara es de póker. Pero a sus contrincantes se les ocurre pronto una característica innegable: siempre ha sido independentista y, en eso, nunca se ha escondido.

Lo que podría ser visto como tenacidad o perseverancia se ha convertido, a dos semanas de la cita con las urnas, en un verdadero órdago al Estado y otro a sus hasta ahora socios de Esquerra Republicana, a los que va pisando los talones según varias encuestas, como la de SocioMétrica para EL ESPAÑOL o la de El Periódico, publicada este miércoles

Este jueves, en Bruselas, Puigdemont se pondrá a la cabeza de la manifestación. Literalmente. Desde su exilio voluntario, capitalizará una marcha convocada por las dos organizaciones independentistas, ANC y Òmnium, en la que participan su partido, PDeCAT, ERC y la CUP. 

Puigdemont reta de nuevo al Estado

Puigdemont moderó este miércoles su discurso antieuropeísta. Ya no considera a los demás países cómplices del "fascismo" español, como dijo en un acto hace semanas antes de sugerir un referéndum sobre la pertenencia de Cataluña a la UE.

Este miércoles aseguró que el Estado había perdido precisamente ante las "buenas prácticas europeas" al retirar la euroorden de detención contra él y otros cuatro exconsellers. "Al Estado español le ha entrado el miedo a hacer el ridículo y perder", dijo, advirtiendo de que no volverá a España hasta que no esté seguro de que no será detenido. Puigdemont sigue huido de la Justicia española y este jueves se hará rodear de miles de independentistas frente a las instituciones europeas para tratar de dejar en evidencia a Rajoy, aunque el apoyo al Gobierno español es unánime en Europa.

Junqueras, en busca y captura 

Todas estas declaraciones las hace Puigdemont, como un hombre sin orden de captura fuera de España, compaginándolas con algunos actos festivos en Bélgica, con presencia en televisiones y mítines, mientras Oriol Junqueras ha superado ya su primer mes en la cárcel por no huír a Bélgica. Desde allí trata de dirigir a duras penas la estrategia de campaña mientras Marta Rovira, su número dos, la ejecuta no sin patinazos. 

Como viene informando este periódico, la guerra entre ERC y Junts per Catalunya es abierta. Para empezar, por el reparto del poder. La candidatura del expresident apuesta por restituirlo en el Palau de la Generalitat, quede como quede su partido en las elecciones. Junqueras es el cabeza de cartel de ERC que Puigdemont no reconoce y, es más, rechaza taxativamente en su programa electoral.

Mucho menos reconoce, por tanto, las posibilidades de Rovira de convertirse en presidenta. Por otra parte, los dos partidos llevan semanas negociando unos puntos comunes con los que presentarse a la ciudadanía. Pero estos no llegan. 

Este miércoles, el expresident Artur Mas subió la apuesta delante de Puigdemont. "Pido que el máximo posible de votantes de Junts pel Sí en 2015 ahora voten a Junts per Catalunya", dijo el expresident. "Si Junts pel Sí tuvo 1,6 millones de votantes en 2015, ahora necesitamos que Junts per Catalunya recoja el máximo posible de esos votos", dijo, ninguneando a ERC. Puigdemont, desde su perseverancia u obstinación, está dispuesto a llegar hasta el final.