El diputado de ERC Gabriel Rufián. / Reportaje fotográfico: Dani Pozo

El diputado de ERC Gabriel Rufián. / Reportaje fotográfico: Dani Pozo

España Entrevista

Gabriel Rufián (ERC): "No distingo a Celia Villalobos de Susana Díaz y eso es dramático"

La nueva cara de ERC en Madrid es hijo y nieto de andaluces. Se llama Gabriel, se apellida Rufián y rechaza votar por Sánchez.

7 febrero, 2016 05:20

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En el Congreso de los Diputados, los cuadros de los reyes godos están en el sótano que permite pasar de un edificio a otro sin pisar la calle. Por allí deben desfilar los diputados de Esquerra Republicana que quieran llegar al hemiciclo sin cruzar la Carrera de San Jerónimo y saludar a los agentes de la Policía Nacional que custodian los accesos. Las oficinas de los independentistas están en las plantas altas, lejos del salón de plenos, aunque a cambio gozan de una vista privilegiada de Madrid y de la fachada principal de la Cámara baja.

También en el hemiciclo, ERC está lejos de la tribuna como consecuencia del acuerdo de la Mesa del Congreso que también acomodó a Podemos en el gallinero. "Y eso que somos la quinta fuerza", se queja Gabriel Rufián (Santa Coloma de Gramanet, Barcelona, 1982). "Parece que creen que si no te ven, no existes", lamenta. 

Rufián está muy acostumbrado a que hagan bromas con su apellido. Las lleva mejor que los ataques que, según él, sufre la soberanía de Cataluña que él ha defendido como castellano hablante y miembro del colectivo Súmate por la independencia. Este hijo y nieto de andaluces contesta a todo con un tono suave y pausado, probablemente consecuencia de su experiencia profesional en el campo de las relaciones laborales. 

"Yo soy el tipo que te hace la entrevista de trabajo", dice. "El que está al otro lado de la mesa", añade tras una década dedicado a ello. Ahora es diputado en el Congreso tras encabezar la lista de ERC por Barcelona y lograr nueve decisivos escaños. Si Pedro Sánchez no pacta su investidura con Ciudadanos o el PP, deberá completar su pacto con Podemos con otros partidos nacionalistas, como el PNV, e independentistas como ERC y Democràcia i Llibertat, la nueva marca de Convergència Democràtica de Catalunya. 

Ante la atenta mirada de monarcas visigodos como Witiza, Recesvinto o Eurico, Rufián, portavoz adjunto de su grupo, explica que no facilitará su investidura si no respeta la "desconexión" de España iniciada por el Parlament de Cataluña. 

Gabriel Rufián, portavoz adjunto de ERC en el Congreso de los Diputados.

Gabriel Rufián, portavoz adjunto de ERC en el Congreso de los Diputados.

¿Qué hace usted aquí?

Es una pregunta lógica y también nos la han hecho los militantes. En un Estado normal, con plena democracia, no haría falta que ni nosotros ni las demás fuerzas a favor del proceso de autodeterminación estuviésemos aquí porque ya ganamos el pasado 27 de septiembre. Pero hay gente que está negando esa victoria y que incluso está llamando un golpe de Estado a dos millones de votos, a 72 de los 135 diputados del Parlament de Catalunya. Así que guste más o guste menos hay que venir y ocupar un enorme espacio de poder que es el Congreso.

Muchos de los que no están de acuerdo con ustedes no restan legitimidad a sus votos. Simplemente creen que lo que plantean es ilegal.

Por eso estamos aquí, para contrarrestar el discurso de partidos como Ciudadanos, que es la misma derecha reaccionaria que el PP, pero con trajes más caros y caras más jóvenes, que dicen que el castellano está amenazado o perseguido, que dicen que la gente está engañada y hablan de apartheid o cosas más miserables. Podríamos dejarles ocupar ese espacio, también mediático, o venir y plantarles cara, que es lo que hemos hecho.

"No somos ningunos golpistas"

La aritmética les coloca en un lugar privilegiado y ustedes dicen "no" a Pedro Sánchez como candidato a presidente. ¿Por qué?

No nos negamos a hablar con nadie. El despacho de ERC está abierto para todo el mundo, como a lo largo de nuestra historia. Pero le decimos al PSOE que primero respete la plena soberanía del pueblo y el Parlamento de Cataluña. Estaría muy bien que los barones del PSOE dejaran de llamar desafío o amenaza a lo que pasa en Cataluña. Nosotros no somos ningunos golpistas, lo que hemos hecho es votar de manera diferente. No es una condición ni una línea roja: se trata de dignidad y respeto al mandato que tenemos detrás. No vamos a apoyar a ninguna fuerza que no respete la soberanía en Cataluña. Es de sentido común.

En Cataluña siempre nos ha ido igual de mal con el PP que con el PSOE, que hace mucho tiempo que dimitió de la socialdemocracia.

Pero los candidatos a la presidencia son fundamentalmente dos: Pedro Sánchez y Mariano Rajoy. ¿Con cuál le iría mejor a Cataluña?

Cataluña ya está un paso por delante. Se lo digo con toda la humildad del mundo. Ya no pensamos qué puede ir mejor o peor para el pueblo de Cataluña con Rajoy o Sánchez, sobre todo porque para nosotros el PSOE ni es socialista ni es obrero. Y no lo decimos nosotros. Lo dicen ellos aprobando reformas reaccionarias como la laboral o el artículo 135 de la Constitución [que recoge un límite al endeudamiento]. Es gente que aparentemente llevarse muy mal con el PP en los platós de televisión y luego se lleva muy bien con ellos en los despachos. En Cataluña siempre nos ha ido igual de mal con el PP que con el PSOE, que hace mucho tiempo que dimitió de la socialdemocracia. Recordamos muy bien a Zapatero diciendo: "Apoyaré lo que venga del Parlamento de Cataluña" [en referencia al Estatut] y luego a Alfonso Guerra diciendo "nos lo hemos cepillao". No le tenemos manía al PSOE. Lo que tenemos es memoria y por eso entendemos que casi, casi es lo mismo que el PP. Si quieren conformar un Gobierno de izquierdas, deben respetar la soberanía de Cataluña.

Ustedes gobernaron con el PSC, el partido hermano del PSOE, y con Iniciativa per Catalunya desde 2003 a 2010.

Eran dos formaciones que desgraciadamente tienen poco que ver con lo que son hoy en día. ERC lo ha intentado durante mucho tiempo, como el pueblo de Cataluña. Desgraciadamente nunca ha podido ser. Yo no distingo a Susana Díaz de Celia Villalobos. Y eso es dramático, porque para muchos Díaz es la esperanza del PSOE. Ella o Felipe González representan bien la deriva de una izquierda que un día quizá fue y hace mucho tiempo que no es. En Cataluña estamos dejando de fijarnos en según quién y fijarnos en nosotros mismos.

Al final, en una sesión de investidura habrá que votar. ¿Están dispuestos a votar no tanto al PP como al PSOE? Es decir, si Sánchez no es investido, sigue en funciones Rajoy.

Todo aquel que quiera dirigirse a nosotros tiene que respetar los dos millones de votos que tenemos detrás. Podrían empezar por dejar la retórica del desafío o el golpe de Estado. Que no se pregunten cómo hemos llegado hasta aquí y que lo consideren un fenómeno meteorológico demuestra mucho. Al PSOE le pediríamos que sea socialista, que sea obrero y que sea de izquierda y que por tanto defienda el derecho de autodeterminación. Parece de ciencia ficción y creo que estamos muy lejos, pero es lo único que pedimos.

No es poco.

Parece mucho, pero es poco: que respeten a la gente.

Rufián, en un momento de la entrevista.

Rufián, en un momento de la entrevista. Dani Pozo

¿Qué hay más revolucionario que un proceso de autodeterminación? No se trata de una ruptura. Se trata de seguir conviviendo, pero de manera diferente

¿No prefieren ir más despacio y ser decisivos en el Gobierno de España que una ruptura y un enfrentamiento total?

Puede parecer que sea muy rápido, pero el momento es ahora. El independentismo ha ganado porque el sentimiento de emancipación y de empoderamiento que tanto utiliza Podemos es el proceso de autodeterminación para conformar una república. ¿Qué hay más revolucionario? No se trata de una ruptura. Se trata de seguir conviviendo, pero de manera diferente. Por ejemplo, por un voto de ERC no será que aquí no se apruebe una ley contra los desahucios o contra la pobreza energética. Pero lo que no vamos a hacer es apoyar a gente que nos considera una especie de demonios en la tierra.

"En comú podem son de los nuestros"

Se han reunido con Xavier Domènech, de En comú podem. ¿Con ellos sí pueden ponerse de acuerdo?

Hay una gran afinidad. Son de los nuestros. En lo único que diferimos es en los tiempos. Son tan republicanos y de izquierdas como nosotros, pero aún creen que el Estado puede cambiar, pero el partido hegemónico sigue siendo el PP, a quien en Cataluña vota el 8% de los catalanes y es residual. La propuesta de Pablo Iglesias, que tan revolucionaria suena en según qué sitios, en Cataluña nos suena muy vieja: a felipismo. Nosotros lo que decimos es que la verdadera regeneración, cambio y revolución se llama proceso de autodeterminación.

En comú podem pide el reconocimiento de un Estado plurinacional y el derecho a decidir. Si Pedro Sánchez se comprometiese con ambos puntos, ¿también le votarían no?

Para hacer un referéndum hace falta cambiar la Constitución española. Para eso hacen falta dos tercios del Congreso y del Senado. Y no los tenemos. Hace falta una derecha democrática. No la tenemos. Una izquierda valiente que hay que ver si la tenemos. El acto de fe es este, no el proceso que estamos iniciando en base a las mayorías que ya tenemos. La pregunta es: ¿por qué tenemos que esperar a que haya una hipotética mayoría de cambio en el Estado si ya la hay en Cataluña?

Y, sin embargo, En comú Podem ha ganado las elecciones generales en Cataluña.

Tienen cierta tendencia, seguramente inocente, a olvidar los resultados del 27 de septiembre [ríe]. ERC triplicó los resultados de las anteriores elecciones y obtuvo el mejor resultado de su historia en unas elecciones españolas. En Cataluña la sociedad se preguntó por qué teníamos que ir a votar si ya habíamos votado un plebiscito. Para nosotros, el reto era animar a la gente porque tenemos claro que cada vez que se ponga una urna, tenemos que ganar. Pero se votó en otra clave y nuestra gente se movilizó mucho menos. También hay que entender que Ciudadanos está ocupando el espacio de Unió y parte del PP y en el caso de Podemos hay parte de exvotante del PSC.

Pedro Sánchez ha dicho que no va a buscar sus votos y el Comité Federal del PSOE le prohibe sentarse a negociar con partidos que defiendan la autodeterminación. ¿Le parece una postura coherente?

No hay noticia. Lo raro sería lo contrario. Es un partido en crisis. Mi abuelo votó toda la vida al PSOE y a Felipe González. Si viera hoy en día en qué se convirtió el partido y el líder al que votó se volvería donde está [su abuelo falleció "hace tiempo", explica].

En este tema, aseguran defender lo mismo: la unidad de España.

Este proceso ha trascendido cualquier apellido, cualquier bandera, cualquier lengua. Por eso cabrea tanto a alguna gente que hijos y nietos de los que llegaron a Cataluña lo defendamos. Refleja la victoria del proceso y su derrota. El debate es perverso. A veces se trata de nacionalistas españoles excluyentes que nos llaman nacionalistas catalanes excluyentes a independentistas de izquierdas castellano hablantes. Demuestra una enorme miopía política y social sobre algo que lleva años sucediendo.

Que la pujanza del independentismo sea reciente permite también pensar en que dentro de 10 años podría volver a ser minoritario.

Eso se le podría plantear a los compañeros de Podemos, que igual dentro de cinco años no son nada.

Hay que vivir el momento.

No se trata de vivir el momento, dicho con esa frivolidad. Pero nosotros ganamos unas europeas, unas municipales, un plebiscito… ¿Cuánto más tenemos que salir a la calle para que el Estado español reconozca que Cataluña ha iniciado un camino diferente?

¿Por qué la defensa de la independencia es Mas, Pujol o el 3% y la defensa del status quo y del Estado español no es Blesa, Rato, Rajoy o Bárcenas?

En ese camino, ¿son ustedes cómplices de la presunta corrupción en Convergència? ¿No tapa la lucha por la independencia la necesaria regeneración de CDC?

Es curioso que se diga que el proceso independentista no es regenerador cuando se ha llevado por delante a Duran y hasta a Mas.

No era el objetivo de ERC llevarse por delante a Mas, en cualquier caso.

El objetivo primordial es la independencia. Pero todos aquellos que dicen que el proceso es para tapar la corrupción desconocen el ADN del proceso.

No sé si es para tapar, pero parece que tapar, tapa.

La lucha contra la corrupción es inherente al proceso. Durante meses hubo una comisión en el Parlament que aquí sería imposible de ver, presidida por David Fernández [dirigente de la CUP]. Se sentó el presidente de la Generalitat actual y el pasado. También Rodrigo Rato. Y aquí mientras se estaba jugando al Candy Crush. ¿Por qué la defensa de la independencia es Mas, Pujol o el 3% y la defensa del status quo y del Estado español no es Blesa, Rato, Rajoy o Bárcenas? Creo que a cualquier votante del PSOE le molestaría que por ser constitucionalista le tuvieran que pedir explicaciones por Bárcenas o Rato. Nosotros, por ser independentistas, tenemos que dar muchas explicaciones por casos que ni nos afectan. Y nos las pide aquel que tiene a Bárcenas esquiando en Baqueira, a Rato en el reservado de un restaurante o a Fabra comprando lotería.

Gabriel Rufián, en el sótano del Congreso

Gabriel Rufián, en el sótano del Congreso Dani Pozo