Bruselas

La Comisión Europea ha aprobado finalmente este lunes, tras aplazarla durante una semana, su opinión sobre los Presupuestos Generales de España para 2016. Y pese a las presiones del Gobierno de Mariano Rajoy para suavizarlo, el dictamen se mantiene: Bruselas avisa de que España incumplirá los objetivos de déficit exigidos por la UE tanto este año como en 2016 y reclama ajustes adicionales.

El Ejecutivo comunitario “estima que el proyecto de plan presupuestario de España corre el riesgo de incumplir lo dispuesto en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento”. Por ello, “invita a las autoridades españolas a ejecutar rigurosamente el presupuesto de 2015 y adoptar las medidas necesarias en el marco del proceso presupuestario nacional para garantizar que el presupuesto de 2016 cumpla plenamente lo dispuesto en el Pacto”, según figura en el dictamen.

“La Comisión también invita a las autoridades nacionales a presentar un proyecto de plan presupuestario actualizado, que incluya medidas regionales plenamente especificadas, tan pronto como sea posible”, concluye el texto. “La opinión es muy clara: pedimos un plan presupuestario actualizado con información completa tan pronto como se forme el nuevo Gobierno” en España tras las elecciones del 20 de diciembre, ha dicho el vicepresidente, Valdis Domvrovskis.

Según los cálculos de Bruselas, el déficit público de España se situará este año en el 4,5% del PIB, en lugar del 4,2% que pide la UE. Para 2016, el déficit se quedará en el 3,5% en lugar del 2,8% al que se ha comprometido el Gobierno de Mariano Rajoy, un desfase de siete décimas (7.000 millones de euros). El Ejecutivo comunitario considera “un tanto optimistas” las previsiones de crecimiento del ministerio de Economía. La Comisión cree que España crecerá este año un 3,1%, en lugar del 3,3% que prevé el Gobierno.

El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, adelantó las conclusiones de este dictamen el lunes pasado tras el Eurogrupo y aseguró que se aprobaría al día siguiente. Pero finalmente el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, decidió paralizarlo atendiendo a las quejas del Gobierno español, según han explicado a EL ESPAÑOL fuentes europeas. Ni Moscovici ni Domvrovskis, que ha comparecido conjuntamente en rueda de prensa, han sabido explicar el por qué del aplazamiento más allá de repetir que se necesitaba más tiempo.

BRUSELAS NIEGA QUE INTENTE INTERVENIR EN CAMPAÑA

“Lo que presenté hace una semana se parece mucho a lo que presento hoy. Son las mismas cifras”, se ha justificado Moscovici. La principal novedad, ha explicado, es que el dictamen incorpora los últimos datos actualizados proporcionados por los inspectores de la Comisión y del Banco Central Europeo (BCE) que visitaron Madrid la semana pasada. Su misión era vigilar el cumplimiento de las condiciones del rescate bancario de 41.300 millones que España recibió en 2012.

Los inspectores constataron un “rápido crecimiento de los ingresos fiscales hasta agosto”. Si esta mejora se confirma, señala el dictamen, “ello conduciría a un resultado en materia de déficit mejor de lo esperado”. Sin embargo, “eso no ha modificado mucho lo que decimos”, ha señalado el comisario de Asuntos Económicos.

No hay ninguna ideología ni voluntad de intervenir

Moscovici ha dedicado la mayor parte de la rueda de prensa a defenderse de las acusaciones de partidismo que le han lanzado algunos miembros del PP y del Gobierno español por ser socialista. En primer lugar, ha explicado que cuando adelantó el dictamen el lunes pasado contaba con el respaldo de toda la Comisión y ya había informado al ministro de Economía, Luis de Guindos. “A nadie le cogió por sorpresa”, ha asegurado.

“No hacemos política (…) No hay ninguna ideología ni voluntad de intervenir”, ha sostenido el comisario de Asuntos Económicos, que ha negado sentirse desautorizado por Juncker. “La Comisión no participa, ni en un sentido ni en otro, en el proceso electoral en España. Hay que evitar cualquier caza de brujas o sospechas injustificadas”, ha alegado.

Al ser preguntado por si el aplazamiento se debe a la intervención del Gobierno español, Domvrovskis ha admitido que “por supuesto que estamos en estrecho contacto con las autoridades españolas e intercambiamos puntos de vista”. “Pero la opinión de la Comisión se basa en datos objetivos y análisis de nuestros expertos y no hay ninguna influencia política en esta decisión”, ha agregado.

MARGALLO ARREMETE CONTRA MOSCOVICI

Domvrovskis ha indicado que las elecciones en España “han afectado al procedimiento”, ya que la Comisión ha tenido que aprobar su dictamen antes del mes de noviembre, la fecha habitual, debida a la disolución del parlamento, “pero no a la sustancia del análisis”.

Antes de conocerse el dictamen, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha arremetido contra Moscovici por haber hecho un “juicio temerario” sobre las cuentas públicas españolas y ha dicho que sus previsiones “lo único que hacen es legitimar la astrología como método”. “Se rompió todo el procedimiento. Hubo una declaración antes de que el colegio de comisarios hubiese tomado una medida, cosa absolutamente inexplicable. No quiero creer que eso tenga un cierto interés partidista”, ha criticado.

El ministro de Exteriores se ha mostrado convencido de que al final se cumplirán las previsiones de crecimiento del Gobierno y también las cifras de déficit. “Si este Gobierno tiene que situarse en términos bíblicos en algún sitio, estaría entre las vírgenes prudentes y no entre las vírgenes necias. Creo que otra vez se cumplirá esta tendencia y que las previsiones nos darán la razón”, ha afirmado.

LA TROIKA ALERTA DEL ALTO PARO Y LA DEUDA

Coincidiendo con el dictamen de Bruselas, los inspectores de la Comisión y del BCE han publicado además su informe preliminar sobre España tras la visita de la semana pasada. En él alertan de que “pese a la mejora de las condiciones y las perspectivas económicas, persisten equilibrios significativos”.

En particular, la troika señala que “aunque el paro está bajando rápidamente, sigue siendo muy alto, de más del 22%” y subraya que la dualidad en el mercado laboral entre trabajadores fijos y temporales “podría dañar el crecimiento de la productividad y el ajuste, y afecta negativamente a las condiciones de trabajo”. La deuda privada sigue siendo “muy alta” y el déficit “se mantiene entre los más altos de la eurozona”.

La Comisión y el BCE reclaman completar la reestructuración y la privatización de los bancos que han recibido ayudas públicas; nuevas medidas para reducir la segmentación en el mercado laboral; poner en marcha la ley de unidad de mercado y aprobar una ley de liberalización de los servicios profesionales.