Juan Manuel Benítez Fernel, reportero y presentador bilingüe en Spectrum News de NY1.

Juan Manuel Benítez Fernel, reportero y presentador bilingüe en Spectrum News de NY1. Cedida NY1

Referentes Entrevista

El extremeño que ganó un Emmy y triunfa en la TV de NY: "La ciudad te da oportunidades increíbles"

Juan Manuel Benítez Fernel es reportero y presentador en 'Spectrum News' de New York 1, una de las "cadenas más queridas" de la Gran Manzana.

18 enero, 2023 01:52

Juan Manuel Benítez Fernel (Badajoz, 1974) llegó hace más de dos décadas a la ciudad que nunca duerme. Con 25 años, aterrizó gracias a una beca de Fundación 'la Caixa' en la Universidad de Columbia de Nueva York. Desde entonces, cuenta, tuvo “mucha suerte”. Y asegura: “Una cosa llevó a la otra y muy rápidamente comencé a trabajar para New York 1 (NY1)”.

Desde entonces, ha ganado varios premios de periodismo, incluido un Emmy, el pasado año, por un reportaje sobre la adaptación al cambio climático en la Gran Manzana. Y hoy sigue trabajando como reportero y presentador bilingüe de la cadena de televisión Spectrum News NY1. Un canal local de Nueva York de 24 horas de noticias que, como recuerda, es “el más querido por los neoyorquinos”.

Porque, apunta, a pesar de tratarse de una cadena por cable, “lo vas a encontrar sintonizado en todas las peluquerías, en todos los gimnasios, en todos los bares y restaurantes” de la ciudad. Es, insiste, “donde los neoyorquinos acuden para conocer las noticias de última hora y también para el análisis profundo de la actualidad política y artística de Nueva York”.

Pregunta: Entonces, después de 20 años en pantalla, tiene que ser una cara muy conocida en esa ciudad inmensa.

Respuesta: Es muy gracioso porque casi todos los días hay una o dos personas que me paran por la calle, o en el metro, y se les ilumina la cara cada vez que me ven. Los periodistas, ahora mismo, no estamos pasando por un buen momento de popularidad y de credibilidad. Pero New York 1 es ese canal inmune a esta polémica ahora mismo y la gente le tiene un cariño especial a este canal.

NY1 lleva 30 años funcionando, y Benítez Fernel entró a trabajar en él como "reportero en la calle" justo cuando se creó su canal hermano “totalmente dirigido a los neoyorquinos que hablan español”, apunta el periodista. Su pasión por la información política y su interés por comunicársela a esos más de 2 millones de neoyorquinos que hablan español hizo que, hace 18 años, propusiese crear un programa semanal de entrevistas y actualidad política y análisis en ese idioma.

Nacía así Pura política, con un eslogan creado por Benítez Fernel que invadió las cabinas de teléfono de la ciudad: "Porque la política también habla nuestro idioma".

P.: ¿Hasta entonces las cadenas en español dejaban de lado la información política?

R.: A la comunidad hispana de Nueva York nunca se la había tratado con la seriedad que yo pensaba requería una comunidad tan importante. Casi uno de cada tres neoyorquinos es de origen hispano, o sea, un 29%. Es una población boyante, creciente, que busca información sobre educación, sobre política, sobre trabajo… todo tipo de información, porque muchos de ellos acaban de llegar, muchos de ellos llevan aquí ya muchísimo tiempo, incluso hay quien lleva ya tres generaciones en Nueva York y vienen de lugares como puede ser Puerto Rico, República Dominicana, México, Ecuador… Ahora, miles de venezolanos están llegando a la ciudad.

P.: ¿Era realmente necesario un programa de ese estilo en español?

R.: Yo pensaba que esa población necesitaba un programa, porque se lo merecía, en el que se le hablara en español y en el que los políticos, que a lo mejor no hablaban en español, vinieran a rendir cuentas también a esa población hispana.

De ahí que Michael Bloomberg, que era el alcalde en ese momento, viniera al programa inaugural –es curioso porque él hablaba español en todas las ruedas de prensa, pero quiso hacer la entrevista en inglés–, como también vino el alcalde Bill de Blasio, al que entrevisté en el programa varias veces durante su época de Defensor del Pueblo y luego como edil, que también intentaba hablar un poquito de español. Eric Adams, que es el alcalde actual, al que también he entrevistado y cubro muchas de sus ruedas de prensa. Por lo tanto, el mensaje sigue siendo ese 'tomen ustedes en serio a esta población'.

Y eso es algo que, reconoce Benítez Fernel, sigue haciendo todas las semanas con su programa. Aunque ahora su influencia en la cadena llega más lejos: es analista político para el canal principal, en inglés, donde también cubre temas de sostenibilidad y cambio climático.

Porque, insiste, “son temas en los que los neoyorquinos ahora mismo están muy interesados, pues ven cómo la amenaza climática está azotando también su ciudad desde hace ya mucho tiempo y quieren ver cómo va a ser ese cambio a una economía más verde y a un sistema energético más basado en energías renovables”.

P.: Son 20 años ya midiendo el pulso de la ciudad. Centrémonos en los temas de sostenibilidad y clima, ¿cómo ha visto esa evolución del interés en este tipo de información, tanto desde el punto de vista mediático como de la ciudadanía?

R.: En Nueva York estamos muy atrasados cuando se trata de sostenibilidad y de energías renovables, y estamos un poquito por detrás de lugares como España. Yo hace años ya que iba de vacaciones a España, volvía y decía 'pero bueno, es que voy a Extremadura, voy conduciendo por las carreteras extremeñas y nada más que veo paneles solares, y en otras partes de España lo único que veo son molinos de viento, energía eólica por todas partes… ¿Qué estamos haciendo en Nueva York?'.

P.: Le pregunto justo eso: ¿qué están haciendo en la ciudad?

R.: Para que te hagas una idea, más del 85% de electricidad de la red eléctrica de la ciudad de Nueva York todavía se produce con energías sucias, sobre todo gas natural y petróleo –lo que llaman aquí llaman aceite, oil–. Es una red muy sucia que ahora los políticos municipales y estatales están intentando reconvertir. Y ahora es cuando se están haciendo las concesiones, en lugares como la bahía de Nueva York, para comenzar a producir energía eólica.

También en el estado de Nueva York, que es muy grande y muy diverso, en el norte se está invirtiendo mucho en placas solares. También va a haber una línea de transmisión que va a llegar hasta la ciudad de Nueva York desde Quebec, Canadá, con una potente infusión de energía hidráulica que se produce en las presas que tienen allí. Por lo tanto, se está intentando básicamente avanzar de una manera rápida para adaptarse.

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Es precisamente sobre estos temas sobre los que, últimamente, más está "reportando" Benítez Fernel. “El año pasado hice un reportaje sobre energía en Nueva York, en el que vi las necesidades de electricidad que tiene la ciudad y cómo vamos a reconvertir esa red eléctrica para la electricidad sea generada por energías renovables”, cuenta.

P.: Pero ¿tan por detrás va la ciudad en cuanto a descarbonización y transición ecológica?

R.: Para que te hagas una idea lo atrasado que está –porque aquí en Nueva York está muy avanzado en muchas cosas, pero en otras no–: nosotros tenemos plantas de producción de electricidad dentro de los barrios, dentro de la ciudad. Hay una planta, que es la más grande del país, que produce la mayor cantidad de electricidad en porcentaje de la red eléctrica neoyorquina y que está ahí, al otro lado del río, se ve desde Manhattan, en la zona de Astoria, de Long Island City, y es todo gas natural y petróleo. Así es cómo se produce la electricidad.

Benítez Fernel puntualiza que esa planta se “está intentando reconvertir con proyectos de energía eólica y solar”. Para él, la apuesta principal actual del consistorio neoyorquino está en “todas esas conversaciones un poco quijotescas sobre el hidrógeno y el hidrógeno verde”. Y puntualiza: “Parece que el nuevo tema de conversación, pero todavía no se sabe si de verdad va a funcionar del todo”.

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Por eso, explica, también se está apostando fuertemente por las baterías de litio para almacenar la energía eólica y solar una vez empiece a producirse. Ahí, asegura, “hay mucha, mucha inversión ahora mismo por parte del Gobierno estatal con la gobernadora Kathy Hochul, y también desde la alcaldía con el alcalde Eric Adams”.

P.: Es un tanto curioso que una ciudad de la envergadura de Nueva York vaya tan por detrás de los objetivos fijados por Naciones Unidas.

R.: Aquí hay dos factores. El primero es que en este país, en esta ciudad, muchas cosas no se hacen hasta que no tienen sentido económico. Muchas veces lo que se intenta es esperar un poco, porque el palo que se le va a pegar a los contribuyentes va a ser demasiado grande o la reconversión va a ser demasiado cara y no va a tener sentido cuando te pones a mirar los números. Esa ha sido una de las cosas por la que vamos por detrás.

P.: Dice que hay dos motivos.

R.: Luego hay que reconocer también que este país es exportador de petróleo y de combustibles fósiles y es más complicado. No es un país como en España, en el que la energía solar es algo que tiene totalmente sentido también para la gente. Es de sentido común. Algunos lugares, como España o Europa, hicieron una apuesta más temprana en esas energías renovables, algo que no ocurrió aquí desde un principio.

P.: Hablamos de energía, pero ¿qué hay de la eficiencia energética?

R.: Aquí el problema principal y en el que sí va a haber una revolución son los edificios. El gran elefante, el gigante que hay contaminante en una ciudad como Nueva York, son los edificios, muchos de ellos muy antiguos, y que ahora, por la ley aprobada hace unos años, la Ley Municipal 97, tienen que adaptarse a unos nuevos requisitos para reducir sus emisiones.

P.: ¿Por dónde empezarán?

R.: Lo principal que hay que reducir en ellos son las calderas. Esta es una ciudad en la que el invierno puede ser muy duro y las calderas funcionan a todo tren, con energías como el gas natural. Hay que intentar cerrarlas e intentar reconvertir todo ese edificio para que puedan instalar bombas de calor, esas máquinas que producen tanto calor como frío. Pero esas hay que enchufarlas a la red eléctrica.

P.: Y esa red se alimenta de combustibles fósiles.

R.: Claro. Porque mucha gente puede decir que hay que hacerlo todo rápidamente y hay que enchufar ya. Pero bueno, espérense, porque si la red eléctrica de Nueva York, el 85% de ella son energías fósiles, si vamos a meterle más caña a la red eléctrica, tampoco solucionamos esa parte. Por tanto, es un gigante que se mueve muy lentamente. Acuérdate que esto es una ciudad enorme, millones de personas, una densidad enorme y que tiene unas infraestructuras muy viejas y que hay que reformarlas lo antes posible.

Informar sobre la crisis climática en la Gran Manzana

Benítez Fernel reconoce que, “ahora mismo, no son muchos los obstáculos” que encuentra al informar sobre cambio climático en Nueva York. Y es que, reconoce, “todo el mundo quiere mostrar lo que está haciendo, sobre todo cuando se trata de agencias estatales o municipales”.

Para el reportaje que ganó el premio Emmy, titulado Mayor de Blasio's Mixed Legacy on Climate Change, asegura que en cuanto el Gobierno municipal vio que “iba en serio” y que “iba a hacer un reportaje en profundidad sobre el historial del entonces alcalde, Bill de Blasio, y su gestión en este ámbito”, enseguida pusieron todos los medios para mostrarle lo que estaban haciendo.

Y la ciudad está desarrollando diferentes macroproyectos para adaptarse al cambio climático. Por ejemplo, una “obra faraónica” que consiste en la creación diques de contención en la zona este y el sur de Manhattan, también en los Rockaways, en el sur de Queens, muy cerca del aeropuerto JFK, o lagos artificiales en Staten Island –uno de los cinco condados de la ciudad de Nueva York– para capturar la lluvia y drenarla para que no cause inundaciones.

Porque, cuenta Benítez Fernel, “uno de los grandes problemas de Nueva York es que, como todo es asfalto, las lluvias torrenciales que hemos vivido en los últimos años se convierten en un gran problema que de repente puede terminar, como pasó con los últimos coletazos del huracán Ida, con varios muertos, personas que vivían en apartamentos en sótanos y se quedaron totalmente inundados.

Del 11S a Trump o la Covid

P.: Juanma, son dos décadas viviendo en un país y una ciudad que han cambiado sobremanera en ese tiempo.

R.: Yo soy un privilegiado. He tenido una butaca en primera fila para ser testigo del último cuarto de siglo de la historia, no sólo de Nueva York, sino de Estados Unidos. He entrevistado a Barack Obama cuando todavía nadie sabía quién era. He ido a todas las convenciones nacionales republicanas y demócratas desde la de Boston del año 2004. He visto cómo fue la época de Bill Clinton, porque además viví un año, en 1995, en Michigan como estudiante. Viví completa la época de George W. Bush y toda la amenaza del terrorismo a nivel nacional y de ciudad.

P.: Vivió el 11S y la guerra contra el terrorismo, ¿verdad?

R.: Aquella era la obsesión: viví aquí el 11 de septiembre, vi cómo la ciudad resurgió de las cenizas y se convirtió en una Nueva York que era igual, pero totalmente diferente a la anterior. También he visto la época del presidente Obama y la de Trump, con todos sus matices más o menos estrambóticos, y ahora estoy viviendo esta nueva etapa del presidente Biden y de un país que continúa en continua evolución y transformación.

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P.: ¿Qué es lo que más le impresiona como alguien que se crio en España?

R.: Eso es lo que quizá más impresiona a alguien que viene desde España: este país está en continua transformación, en continua metamorfosis, en evolución, e intenta integrar a gente tan dispar que viene de tantas partes diferentes del mundo, que tiene una cultura, una raza, una etnia totalmente diferente y que todos encuentran aquí un lugar más o menos privilegiado para poder desarrollar sus dotes personales, profesionales y el poder hacerse un hueco también en esta sociedad. Por lo tanto, es apasionante.

P.: Lo ha vivido prácticamente todo en esa ciudad, pero ¿qué es lo que más le marcó?

R.: Como te digo, la ciudad de Nueva York desde la época de Rudy Giuliani, el 11 de septiembre, luego la época de Michael Bloomberg… Quizá el huracán Sandy también fue una un momento que marcó profundamente, en el que la ciudad se dio cuenta de que tenía que cambiar y hacer un esfuerzo para protegerse por el cambio climático. Y luego el punto similar, aunque diferente, al vivido en el año 2001 con el 11S, con los atentados terroristas, es lo que hemos vivido con la pandemia de la Covid-19.

P.: El coronavirus desoló la ciudad…

R.: Ha sido otro punto de inflexión y ahora todavía estamos intentando averiguar qué ciudad, qué Nueva York está saliendo después de esa pandemia y cómo se está transformando de una manera fundamental, de nuevo en todos sus aspectos, no solo en los económicos, sino también en los sociales, políticos y también demográficos. Es algo apasionante, apasionante.

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P.: ¿Qué es lo que más le sigue impactando de Nueva York después de todo este tiempo?

R.: Como buen neoyorquino, porque yo ya llevo la mitad de mi vida aquí, somos muy críticos con el metro de Nueva York o como llamamos aquí el 'subway'. Yo vivo en Harlem, en Manhattan, y tengo a dos manzanas la estación de metro y eso de montarte en cualquier línea, pagar 2,75 dólares y que pases de un barrio como puede ser Harlem y de repente en media hora estés en un barrio totalmente diferente, visualmente, arquitectónicamente, culturalmente, idiomáticamente… ese privilegio se tiene en muy pocos lugares del mundo.

Y el poder conocer a gente que ha venido aquí contra todo pronóstico y que ha luchado fuerte por hacerse un hueco, y no solo un hueco, sino además mantenerlo. Esa convivencia de las diferentes culturas, idiomas, razas y que todos nos encontramos ahí abajo, en el metro, en el subterráneo, en el 'subway', y todos convivimos ahí y todos tenemos una interacción, aunque sea mínima, todos los días con gente que nunca nos habríamos imaginado cuando estábamos creciendo como yo en una ciudad como Badajoz.