David Vieites, investigador y director de Cambio Global en el CSIC.

David Vieites, investigador y director de Cambio Global en el CSIC. CSIC

Referentes Cumbre del clima

David Vieites (CSIC), sobre la COP27: “Son cumbres de políticos para políticos, las van a vender como un éxito”

El investigador y director de Cambio Global en la institución científica comenta qué se espera de la Cumbre del Clima de este año en Egipto.

7 noviembre, 2022 01:18

La emergencia climática avanza sigilosa como telón de fondo de otras crisis más acuciantes. Teje los hilos que conectan pandemias y crisis energéticas. Y entretanto, sobrevuelan las promesas y los compromisos que acaban “en papel mojado”. Es lo que asegura David Vieites, director de Cambio Global en el CSIC.

Para el científico, cumbres como la que arranca hoy en Sharm el-Sheij, en Egipto, “son de políticos para políticos”. Son citas mundiales que sirven para que gobiernos y representantes internacionales cuenten los avances conseguidos a lo largo de un año.  “La de Glasgow [de 2021] fue el mayor fracaso de la historia”, recuerda Vieites. 

Ya entonces los países acudieron sin haber cumplido los compromisos prometidos (conocidos como NDC’s). Algo que este año puede seguir la misma senda, porque según denunció Naciones Unidas en un informe reciente, los objetivos marcados por los distintos países a lo largo de este año abocan al mundo a una subida de la temperatura media global del planeta superior a los 2 grados. Es decir, superamos el límite considerado como seguro.

[No estamos cumpliendo el Acuerdo de París sobre el clima: la ONU alerta de que vamos a superar los 2 grados]

Como apunta Vieites en esta entrevista con EL ESPAÑOL, en la 27º conferencia marco de Naciones Unidas (COP27), va a haber dos cuestiones clave. Por un lado, Estados Unidos presumirá de haber aprobado una ley histórica sobre cambio climático. Sin embargo, pende de un hilo, porque si las midterms (elecciones de mitad de mandato) de esta semana las ganan los republicanos, esta medida legislativa se puede bloquear.

Además, está la cuestión de que la cumbre se celebra en un país africano. Hay que recordar que el continente es el más afectado por los impactos del calentamiento global y no faltarán las reivindicaciones para financiar la adaptación de los países en desarrollo. En concreto, se debatirá sobre la urgencia de poner los 100.000 millones de euros necesarios sobre la mesa o atenernos a asumir los costes de hambrunas, sequías y mayores catástrofes naturales.

Pregunta: La revista científica The Lancet publicaba recientemente un importante informe en el que denunciaba que vivíamos un momento de explosión de crisis. ¿Estamos en un punto de no retorno o todavía hay posibilidad de tomar acciones?

Respuesta: Posibilidad de tomar acciones siempre hay, pero el punto de no retorno probablemente ya lo hemos pasado hace tiempo. El clima de los próximos 50 años va a ser bastante diferente al clima que hemos experimentado en los últimos cientos de años.

P: Ya lo estamos experimentando, en cierto modo.

R: Creo que no cabe duda, y aunque hay muchos que aún patalean, estamos en noviembre y la gente está en manga corta. Es una tendencia global: cada año es más seco, más caliente, y seguimos, y seguimos, hasta que se caigan de la burra y se den cuenta de que esto no va a cambiar.

P: Ahora comienza la cumbre del clima en Egipto. ¿Qué podemos esperar de esta cita mundial? En la de hace un año nos quedamos cortos, con muchos compromisos sobre la mesa. 

R: Es bastante predecible lo que va a pasar. Hay que tener en cuenta que son cumbres de políticos para políticos, aunque luego hay más actores por ahí. Pero al final van los presidentes a mostrar lo que han hecho. Lo van a vender como un éxito y en parte lo es. 

P: ¿Por qué? 

R: Porque las acciones políticas que llevas a esas cumbres son tan gigantescas, involucran tanto dinero y tantas cosas que tienen que ir primero a los parlamentos. Entonces tú ya sabes a priori si va a ser considerado un éxito o no, por lo que hayan hecho antes los gobiernos y la Unión Europea. Entonces, desde el punto de vista político, Estados Unidos se va a poner la medalla porque ha sacado la mayor ley para enfrentarse al cambio climático de la historia, con un presupuesto que marea; la Unión Europea también, porque en parte gracias a la guerra y al problema del gas, están las políticas de mejora energética. Se han metido ahí a muerte. Entonces, desde ese punto van a decir que es un éxito, porque se están tomando medidas que obviamente son objetivas, que están reduciendo las emisiones a esta escala. 

En la práctica, la realidad es tozuda y sabemos que no es verdad. Primero, no está nada claro, porque ahora están con los midterms en Estados Unidos. Como no ganen los demócratas, todo lo que han aprobado se lo van a bloquear. O sea, eso es papel mojado. Segundo, la Unión Europea, como ya se pasó de frenada en el tema de las reducciones y la guerra va a más, pues no les queda otra que seguir con carbón, nucleares y este tipo de fuentes de energías. Este año ha sido el año con más emisiones de la historia. Es decir, no está funcionando, sea lo que sea que estemos haciendo a nivel global, para reducir las emisiones, eso es un dato objetivo. Entonces eso es objetivamente un fracaso histórico. No estamos consiguiendo esos objetivos del Acuerdo de París ni nada. En cada cumbre se plantean cosas, pero en la práctica seguimos emitiendo más, seguimos quemando más bosques, seguimos destruyendo el planeta, etcétera. 

P: Entonces, ¿qué se espera de esta cumbre? 

R: El objetivo principal es materializar una cosa que estaba en el Acuerdo de París y es por la que Estados Unidos se salió con Donald Trump, que es básicamente poner en la mesa 100.000 millones al año para que los países en vías de desarrollo se adapten a esta nueva realidad. Entonces, ¿van a poner la pasta en la mesa? Vamos a darle un voto de confianza, pero la probabilidad es bajísima. Es mucho dinero, no están por la labor y estamos en medio, como tú bien dices, de una vorágine de crisis que tampoco hay mucha liquidez para invertir ahí. Yo creo que siempre hay una posibilidad, pero las cosas no pintan muy bien.

P: Llama la atención que este año se haya elegido como sede de esta cumbre Egipto.

R: Bueno, van variando. Además, es muy importante que haya una sede en África, porque en realidad uno de los lugares más afectados por el cambio climático es África y hay que dar un poco de visibilidad a esos países. Van a reclamar ayudas, claro, porque es que no pueden hacer frente a este problema. Y ahí el drama es mucho mayor, porque en el último año ha habido estas grandes sequías que han afectado al Cuerno de África, Madagascar y otros sitios en los que la gente se está muriendo de hambre, literalmente, porque no tienen nada que comer. Ahí es un problema de vida o muerte, ya no es un problema de, bueno, a ver si hace más calor o no. Allí se están muriendo.

Vista de las tuberías de gas en la estación compresora de Mallnow, Alemania.

Vista de las tuberías de gas en la estación compresora de Mallnow, Alemania. Filip Singer EFE

P: Ha habido activistas como Greta Thunberg, por ejemplo, que han criticado el hecho de que Naciones Unidas desarrolle en Egipto su 27º conferencia sobre cambio climático en este país. De hecho, se ha conocido por un informe reciente que tanto este país como varios países europeos están invirtiendo en nuevos proyectos de hidrocarburos en el mar Mediterráneo. Son acciones que van en contra de las acciones que está pidiendo la ONU.

R: Es un tema de matemáticas. Si quitas todo eso de golpe, no te dan los números para sólo tirar en renovables. Obviamente tiene que haber una transición hacia una energía limpia que no emita a nada, pero es que no puede ser de golpe. Yo creo que al añadirle la crisis se ha desbaratado todo, porque muchísimos gobiernos la única solución que le encuentran al tema energético es seguir tirando de hidrocarburos. Y luego, hay un lobby muy potente ahí que a ver cómo lo desmontas. Hay 100 grandes empresas mundiales que están involucradas en todo lo que es la producción de hidrocarburos y tienen un poder brutal. Entonces va a ser muy complicado que poco a poco salgan de la ecuación geopolítica.

P: ¿Puede haber un interés de pasarle la mano por la espalda a Egipto en esta cumbre? Hace unos días ya estaba presumiendo de que iba a tener récord de asistentes. ¿Puede tener algún tipo de relación con la crisis energética? Me refiero a que pueda suponer una opción para países de la UE u otros de mantener buenas relaciones por su interés geopolítico.

R: Es una cumbre de políticos para políticos. Hay muchísima geopolítica detrás y es probable que sí. Yo creo que además a Europa le interesa que todo el norte de África esté tranquilo, que Marruecos o Argelia se lleven bien y que en Egipto no haya problemas. Ahí hay muchísimo gas y petróleo que necesitan que fluya. Entonces, claro, seguramente va a haber este tipo de negociaciones por detrás que favorezcan un poco la imagen del país anfitrión.

P: Entonces, como decías antes, no se puede determinar un éxito rotundo de este tipo de cumbres.

R: Claro. El éxito, en realidad, ¿cuál es? Que tú, antes de ir hayas aprobado en tu parlamento estas grandes acciones o a nivel de la Unión Europea. Eso es un éxito. Tú vas a presentar lo que ya está hecho, porque lo demás son palabras. ¿Cuál es el problema? Que no llegamos, que no es suficiente. E incluso, lo que te decía, Estados Unidos se la está jugando en estas elecciones. Como ganen los republicanos en el Congreso y en el Senado, le van a bloquear todo a Biden y no va a poder ejecutar ese acuerdo. Entonces siempre estamos en la cuerda floja.

En el 2019, cuando fue la cumbre de Madrid, la Unión Europea declaró la emergencia climática. Seguimos estando ahí, y tuvimos la mala suerte de tener el Covid y la guerra. En el 2019, decían que no hay dinero para pagar eso del cambio climático. En el 2020, ¿cuánto dinero se metió en Covid? Lo que había y más. Entonces yo me temo que el problema aquí es que no hay voluntad para tomar la decisión dura de decir, oye, “vamos a invertir en África, en Sudamérica o en Asia 100.000 millones”, que es lo que se acordó para que esta gente se adapte. Además, es mejor porque así no quieren subir al hemisferio norte. Si tú tienes calidad de vida en África, ¿para qué te vas ir? Y esa es la decisión que se tiene que tomar en esta cumbre justo en Egipto, pero es difícil que suelten la pasta.

P: Sí, es difícil, pero se va a tener que vender de alguna manera.

R: Sí. Son todas un éxito. Es maravilloso, ¿verdad? (Ríe) Luego suben las emisiones, pero son todas un éxito. La de Glasgow fue el mayor fracaso de la historia, pero terrible. Y esta, pues no lo sé. Yo entiendo que esta la han hecho en África, porque África digamos es el actor principal que necesita recibir los fondos, pero al final son todo matemáticas mal hechas.Te están diciendo cuánto costó la sequía este año, cuánto costarán los incendios, cuánto costó el huracán x… Empiezas a poner los números de cuánto te cuesta no hacer nada y te sale bastante más caro que invertir ese dinero. Es sencillo, son matemáticas. Lo que pasa es que no puede sumar por un lado y no restar por el otro.

P: El problema son los plazos, ¿no? Quieren algo vendible a corto plazo y esa inversión inicial de tanto dinero crea reticencias.

R: Ese es el problema.Todo el mundo piensa como si el planeta fuera una empresa cotizada en bolsa. Es decir, cada tres meses tiene que dar informe de resultados positivos, porque si no, baja en bolsa. Entonces los políticos ¿cómo funcionan? A tres meses. Dentro de un año quién sabe cómo estará la política en España. No toman decisiones políticas a largo plazo, porque les queman, se les van a echar en cara, lo cual es un error. En vez de ir todos juntos a decir, “oiga, vamos a pelearnos por esto, pero esta decisión que es crítica para nuestra supervivencia como país o como mundo, la vamos a apoyar y la vamos a tomar a largo plazo”. Esas no las toman. En tal caso, lo está tomando la Unión Europea, que obliga a los países a seguirlas más o menos a regañadientes. 

Luego tienes todo el problema de cómo cambias una industria por otra. Es dramático, y no sólo para los trabajadores que se tienen que ir a la calle. Ya pasó con la Revolución Industrial. A los que estaban con la madera, llegó el carbón, y chao. Luego llegó el petróleo, y toda la industria del carbón al garete, y toda esa gente a la calle. Eso es natural. Pero tienes que darles una alternativa, porque lo que no puedes es cargarte una industria y que no haya una alternativa. Eso necesita tiempo. El problema es que cuanto más lo retrases, como lo del calentamiento no va a esperar por nadie, pues va a ser más dramático.

P: Otra de las grandes dificultades de esta cumbre es esto, ¿no? Cómo compatibilizar el clima o preocupación por el cambio climático con la crisis energética que estamos viviendo.

R: Mira, nosotros hablamos de cambio global, porque eso incluye no solo el cambio climático, sino todas las cosas que estamos haciendo en el planeta, y eso incluye las guerras también. Ahora mismo estamos en una situación tan caótica y tan inestable, que al inversor, sea país, industria o lo que sea, le da miedo todo. Entonces no va a mover ficha porque tiene miedo a perder, ¿no? Y estas decisiones en estos momentos se podrían tomar fácilmente porque de la misma forma que decides “oye, voy a hacer esto porque la gente se muere de hambre y punto, estamos en guerra y hay que hacerlo”. La gente lo acepta, para tomar esas decisiones, pues hay que tener cierto carisma y cierta presencia. Me da la impresión que a nivel global, sin nombrar a nadie, pero los políticos de hoy en día son bastante flojos. No hay figuras que digas: estos tíos se juntaron y montaron la Unión Europea, ¿sabes? Falta ese tipo de gente. 

Son mentes cortoplacistas y políticas cortoplacistas para un problema que es a largo plazo y que no es para tus nietos ni tus hijos, sino para ti. Esto no es para las próximas generaciones, es para hoy. Tú dile lo de los nietos a un agricultor al que se le está secando el campo. Te va a decir “si me voy a quedar sin comer y sin trabajo ahora. Ni siquiera mis hijos”. Y eso es algo que no acaban de ver los políticos.

Imagen de archivo sobre un agricultor trabajando el campo.

Imagen de archivo sobre un agricultor trabajando el campo.

P: ¿Cuánto tiempo van a aguantar este tipo de cumbres? La gente tampoco es tonta y todos nos estamos dando cuenta de que las cosas empiezan a ponerse crudas. Ya estamos notando los efectos quizás del cambio climático, pero realmente no hay acciones contundentes que frenen esta situación.

R: Las cumbres van a seguir en pie y es un momento de visibilidad. Lo que hace falta es presión social, porque si no esto son reuniones de gente que pasa el rato y se larga y el resto del año pues ya veremos, que hay cosas más importantes. Y a matarnos entre nosotros. Y entonces si no hay presión social que se ponga en la calle, que se monte un follón gordo diciendo mira que nos morimos, que el pan sube mucho... En el momento en que digas: “hombre, este año la cosecha de aceituna es una mierda y el aceite de oliva, aparte de que no hay, va a ser cinco veces más caro”. Ahí es cuando la gente empieza a protestar. Espérate a que se den cuenta de que todo va a ser más caro, porque la producción de alimentos, que es un tema biológico, depende de la lluvia, del sol. 

Y luego el otro problema gordísimo que está habiendo es que no se mete el dinero en África, por ejemplo, en Sudamérica, para que esta gente tenga acceso a tecnologías que le permitan sobrevivir, y con eso estoy hablando de un pozo o una placa solar, cosas muy sencillas. Con un pozo, por ejemplo, puedes tener agua potable limpia y eso fija población, te permite regar unos campos, dar de comer al ganado o vivir tú. Es súper básico, pero a veces es eso lo que hace falta. Si tú no haces eso y la gente se empieza a morir de hambre, ¿qué crees que va a pasar? O sea, si tienes hijos pequeños y ves que se están muriendo, vas a intentar ir a un sitio donde puedan sobrevivir. ¿Eso dónde está? Al norte.

Entonces va a ver unas oleadas de gente intentando sobrevivir subiendo al norte, que lo que va es a alimentar a la ultraderecha, que a su vez va a usarlo para políticas más restrictivas como excusa de “mira, a toda esta gente no la queremos ver”. Justo gran parte de esa gente es la que no quiere invertir en esos países. Básicamente se están retroalimentando. Si nosotros invirtiéramos ahí, probablemente muchísima menos gente querría subir.

P: Comentaba antes el tema de la presión social. A escasos días de la cumbre se han intensificado las acciones no violentas por parte de grupos como Just Stop Oil contra obras de arte. ¿Cuál es tu opinión sobre esto? ¿Crees que ayuda o crea más rechazo climático?

R: A mí no me gusta nada. Yo, como amante del arte, me pone un poco nervioso que le hagan eso a la chica de La Perla. Yo entiendo que quieras llamar la atención. Es una forma de hacerlo, pero no sé si para bien. Eso de que hablen de ti aunque hablen mal nunca me ha gustado. Ahora, ¿son efectivas para que salgan en todos lados? Sí, pero yo me pregunto: ¿no podías tirar el puré de patatas o la salsa de tomate en el suelo delante del cuadro o algo? No me gusta lo que hacen, pero lo que sí que está claro es que hace falta presión social. Con esas acciones lo que pasa es que la gente sigue en el sofá de su casa. Lo que estamos hablando con presión social es que la gente vea que sus condiciones de vida están mal y salgan a la calle. No porque un tío tire pintura a un cuadro, sino porque vean que o se mueven y salen del sofá y empiezan a hacer cosas por ellos, de reducir su factura energética, de cambiar su forma de vida, o nos vamos todos al garete. 

Salió un informe de Naciones Unidas diciendo que Europa se calentó más del doble de la media global, siendo una de las regiones que más estamos haciendo para reducir las emisiones. Da igual que hagas los deberes que la atmósfera es de todos. Entonces Europa, a pesar de reducir sus emisiones un 30%, no consigue reducir las globales y además se calienta el doble que la media del resto. Aquí el problema es que todo el mundo reme a la vez. Y, sin embargo, Rusia va por un lado, China por el otro... y bueno, hace falta más.