Nadie se dedica al trabajo humanitario por dinero o reconocimiento. En el fondo, los trabajadores humanitarios sirven a las personas más vulnerables del mundo, que han soportado penurias que la mayoría no podría imaginar, la mayoría de las veces culminadas simplemente por las circunstancias que existen a su alrededor.

Habiendo nacido en Sri Lanka, cinco años antes de la guerra civil del país, recuerdo claramente a mi abuela dirigiendo un campo de desplazados internos en la capital, Colombo, para las personas desplazadas por los disturbios. Fue entonces cuando me pregunté ¿por qué ellos perdieron sus casas y nosotros no?

Thamindri De Silva, directora de World Vision en Afganistán.

Thamindri De Silva, directora de World Vision en Afganistán. World Vision

Ese sentimiento de injusticia es lo que me impulsó a seguir esta carrera. Mi abuela y mi madre nunca dudaron en ocuparse de alguien en apuros, y desde entonces supe que quería ser el tipo de persona que marca la diferencia. Lo que no sabía entonces era que ser mujer me situaba en una posición única para mi actual trabajo como directora nacional de World Vision en Afganistán.

La situación actual de las mujeres y las niñas en Afganistán es difícil. El conflicto, las barreras culturales y el caos han sido una realidad en sus vidas cotidianas durante décadas, pero las recientes escaladas y restricciones las han puesto en las circunstancias más difíciles de sus vidas. Por desgracia, a partir de junio de 2023, Afganistán se convirtió en el único país del mundo donde se prohíbe formalmente la educación de las niñas por encima del sexto grado.

La exclusión de las niñas de la educación, el colapso de la economía afgana y los altos niveles de desempleo resultantes también han provocado un aumento del matrimonio infantil y del trabajo infantil. Hacer frente a esta situación es difícil, pero gracias a las mujeres y hombres fuertes y concienciados con los que trabajo cada día, se están haciendo progresos. Mis colegas y yo recorremos largos y arduos caminos para ayudar a las mujeres y los niños y niñas más vulnerables en zonas de difícil acceso y garantizar, así, que puedan satisfacer sus necesidades básicas.

Una trabajadora de World Vision en una unidad clínica móvil en campaña de vacunación.

Una trabajadora de World Vision en una unidad clínica móvil en campaña de vacunación. World Vision

Un ejemplo de la necesidad crítica del trabajo de las mujeres en Afganistán lo proporcionan los Equipos Móviles de Salud y Nutrición de World Vision, que administran programas de nutrición, servicios ambulatorios, partería, enfermería, apoyo a la salud mental y vacunaciones, haciendo un trabajo que solo una mujer puede hacer por otras mujeres en el momento actual en el país. Sin estas mujeres increíblemente inteligentes y valientes, la salud y el bienestar de cientos de miles de mujeres y niñas afganas estarían en peligro.

Además de los problemas de salud física y mental de las mujeres afganas, los efectos del cambio climático son innegables. Afganistán es uno de los lugares más vulnerables del mundo a los efectos de la crisis climática y actualmente sufre la peor sequía de los últimos 30 años. Las mujeres son las más vulnerables a las crisis relacionadas con el cambio climático.

Los recientes terremotos son otro ejemplo. La ONU informó de que más del 65% de las víctimas mortales de los seísmos eran mujeres y niñas y niños, ya que era más probable que estuvieran en casa o bajo techo cuando se produjeron. Fue una situación absolutamente desgarradora para las trabajadoras humanitarias de todo el país y requirió una respuesta inmensa por parte de mis colegas y mía.  

WV trabaja para cubrir las necesidades básicas de los menores del país.

WV trabaja para cubrir las necesidades básicas de los menores del país. World Vision

Si estas difíciles condiciones continúan en Afganistán, las vidas de la infancia seguirán corriendo peligro. Estos mismos problemas se nos presentan a mis colegas y a mí a diario. Es la mejor parte de mi trabajo, y la más difícil al mismo tiempo. Cada día es diferente y requiere empatía, y veo que las mujeres de mi organización la encarnan cada día, por duras que sean las circunstancias.

A menudo veo lágrimas de frustración en mis compañeras por los problemas a los que se enfrentan, pero al final de cada jornada sabemos que hemos contribuido a mejorar la vida de los más vulnerables y, lo que es más importante, hemos marcado la diferencia en la vida de otras mujeres y niñas.

En este Día Internacional de la Mujer, que los esfuerzos de todas las mujeres sean reconocidos, valorados, respetados y celebrados.

*** Thamindri De Silva es directora nacional de World Vision en Afganistán.