Desde el Neolítico el yeso forma parte de la vida de las personas, de la sociedad, integrado como material de construcción, en línea con la acepción de la RAE del verbo construir como "hacer algo utilizando los elementos adecuados".

El yeso, como material infinitamente reciclable, conecta los primeros tiempos de la Humanidad con el siglo XXI de una forma sostenible (se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente) que contribuye al desarrollo.

Definiciones aparte, el presente y el futuro del yeso —y el de nuestra compañía— se articula en su recorrido por varios de los ODS establecidos por Naciones Unidas. Así sucede con el 11 (Ciudades y comunidades sostenibles) por la contribución a la construcción de edificios sostenibles y eficientes desde el punto de vista energético, lo que ayuda a crear comunidades más sostenibles y a reducir la huella ecológica de las ciudades.

O con el 7 (Energía asequible y no contaminante) por el uso de tecnologías y materiales de construcción que promuevan la eficiencia energética en los edificios, por una energía más asequible y menos contaminante para los usuarios finales.

En el caso del 9 (Industria, innovación e infraestructura), se promueve la innovación en la industria de la construcción al utilizar tecnologías y materiales más avanzados y sostenibles en sus proyectos, y en el 12 (Producción y consumo responsables), las prácticas de producción sostenible y la promoción de la reutilización y el reciclaje de materiales de construcción, contribuirán a reducir el impacto ambiental y fomentar el consumo responsable en la industria de la construcción.

El 13 (Acción por el clima) se une a esta diversidad de acciones al contribuir a la mitigación del cambio climático al promover la construcción de edificios con bajas emisiones de carbono y al reducir la energía consumida en la fase de uso de los edificios.

Nuestra actividad se configura más allá en el tiempo de los objetivos marcados en la Agenda 2030, ya que la sostenibilidad es irrenunciable, indispensable en todas las fases del proceso de producción, desde el inicio del material en la naturaleza —abundante en el caso de España— a su transporte e instalación en obra. Una oportunidad que no hemos desaprovechado gracias a la fragua de experiencia, tecnología, talento, dedicación y compromiso con la construcción sostenible y con el respeto medioambiental. Es nuestra responsabilidad.

Este trabajo diario lo hacemos con el apoyo de organizaciones especializadas con el objetivo de construir de forma sostenible y de trabajar para el confort y la seguridad para todos. Por destacar sólo algunos ejemplos, en Pladur cumplimos con la norma ISO 9001 de sistemas de gestión de la calidad, que proporciona la infraestructura, procedimientos, procesos y recursos necesarios para ayudar a las organizaciones a controlar y mejorar su rendimiento y conducirlas hacia la eficiencia, servicio al cliente y excelencia en el producto. 

Y con la ISO 14001, norma internacional de sistemas de gestión ambiental que nos ayuda a identificar, priorizar y gestionar los riesgos ambientales en todas las actividades habituales que llevamos a cabo.

Otras pautas de trabajo esenciales para unos mejores presente y futuro pasan por el estricto cumplimiento de la normativa europea que limita las emisiones de componentes orgánicos volátiles (COV) a la atmosfera. Por ello, se contemplan también unas normas de etiquetaje muy específicas, para comprobar con facilidad la legalidad de los productos, y se elaboran certificados con la información necesaria sobre el nivel de emisión de estas sustancias volátiles en el aire interior que presentan un riesgo de toxicidad por inhalación, sobre una escala que va desde A+ hasta C.

En consecuencia, con este cometido diario de cumplimiento (y de convicción), se elaboran las Declaraciones Ambientales de Producto, DAP (Environmental Product Declaration, EPD) —documentos verificados por terceras partes— para proporcionar información sobre el impacto ambiental de un producto a lo largo de su ciclo de vida (de conformidad con la Norma Internacional EN ISO 14025). Y se cumple con las certificaciones LEED Y BREEAM, las más extendidas en España para evaluar la sostenibilidad de los proyectos y edificios en función de categorías medioambientales.

Todo suma, todo se complementa, para que el uso del yeso y sus derivados continúe siendo uno de los más utilizados, y sostenibles, en el mundo de la construcción. Un producto procedente de la deshidratación total o parcial de sulfato cálcico, sometido a un proceso de calentamiento, para elaborar diversas variantes, un material que requiere de menos energía para su tratamiento que el propio de otros casos, y que es de los pocos materiales de construcción casi eternamente reciclable.

Una opción para construir un futuro sobre cimientos de innovación sostenible, en línea con la necesidad que ya expresó el conservacionista Aldo Leopold en el siglo pasado: “La conservación es un estado de armonía entre hombre y Tierra”.

**Enrique Ramírez es director general de Pladur.