Albatros equipado con dispositivo de rastreo en la espalda.

Albatros equipado con dispositivo de rastreo en la espalda. Kath Walker y Graeme Elliott NZDoC

Historias

Mapean las "zonas mortales" que amenazan a las grandes aves marinas del Pacífico Sur como consecuencia de la pesca

Un estudio internacional ha identificado los periodos y áreas de mayor riesgo para especies en peligro, como el albatros de las Antípodas.

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Mariana Goya
Publicada

Un estudio científico reciente ha identificado zonas concretas del océano Pacífico Sur donde las grandes aves marinas, en particular el albatros de las Antípodas, corren un mayor riesgo de morir o resultar heridas como consecuencia de la pesca comercial.

La investigación, liderada por la Universidad de Sunshine Coast (UniSC) y publicada en la revista Biological Conservation, propone un enfoque basado en datos para anticipar y reducir la captura incidental de estas especies amenazadas.

Y es que esta práctica, conocida como bycatch, es una de las principales causas del rápido declive poblacional de albatros y petreles migratorios.

Este fenómeno se produce, sobre todo, en la pesca con palangre pelágico, un sistema que emplea largas líneas con miles de anzuelos cebados que permanecen suspendidos en el océano.

De este modo, las aves, al intentar alimentarse, quedan atrapadas o enredadas, lo que a menudo les provoca la muerte.

Los albatros, en extinción

El estudio se centra en el albatros de las Antípodas, una especie en peligro de extinción que se reproduce exclusivamente cada dos años en pequeñas islas de Nueva Zelanda.

Según los investigadores, esta especie resulta especialmente vulnerable debido a su baja tasa reproductiva y a la presión adicional de amenazas como el cambio climático y la contaminación por plásticos marinos.

Su gran envergadura les permite recorrer miles de kilómetros en busca de alimento, lo que incrementa la probabilidad de interacción con flotas pesqueras internacionales.

Mapear el peligro

El trabajo de campo fue llevado a cabo por el Departamento de Conservación de Nueva Zelanda entre 2019 y 2022 en la principal colonia reproductora de la isla Antípodas.

Durante ese periodo, se colocaron dispositivos de rastreo satelital en los lomos de 192 albatros de distintas edades y sexos. Los datos obtenidos permitieron reconstruir sus desplazamientos a lo largo de una vasta área comprendida entre el sur de Australia y Sudamérica.

Estos movimientos se cruzaron con información detallada sobre la actividad pesquera comercial y con el análisis de características oceánicas que no habían sido consideradas en estudios anteriores.

Polluelo de albatros con dispositivo de seguimiento por satélite en la espalda.

Polluelo de albatros con dispositivo de seguimiento por satélite en la espalda. Kath Walker, Graeme Elliott, Director de Correccionales de Nueva Zelanda

Entre ellas se incluyeron frentes térmicos —zonas donde confluyen masas de agua con diferentes temperaturas— y remolinos oceánicos, grandes corrientes circulares que influyen en la distribución de nutrientes y presas marinas.

El resultado fue la elaboración de un mapa de áreas superpuestas que identifica zonas de peligro para las aves.

Según explicó la profesora asociada Kylie Scales, ecóloga marina de UniSC y coautora del estudio, las zonas de riesgo más intenso se concentran durante el invierno del hemisferio sur y afectan especialmente a albatros juveniles y hembras. Estas áreas se sitúan en una franja latitudinal próxima al trópico de Capricornio, entre los 25 y 40 grados al sur del ecuador.

Pesca comercial

Uno de los aspectos más destacados del estudio es que muchos de estos puntos críticos se encuentran en alta mar, fuera de la jurisdicción de cualquier país.

Esta circunstancia complica la aplicación de normativas nacionales, pero refuerza el papel de los organismos internacionales en la gestión pesquera. Los autores subrayan que la identificación precisa de estas zonas abre la puerta a medidas de mitigación más eficaces y focalizadas.

La investigación ha contado con la colaboración de instituciones de varios países, entre ellas el Laboratorio Marino de Plymouth (Reino Unido), que aportó su experiencia en observación de la Tierra para analizar cómo las condiciones físicas del océano influyen en la distribución del riesgo.

Los científicos trabajaron con datos climáticos de largo plazo y con información oceánica en tiempo real, lo que permitió detectar patrones tanto estacionales como mensuales.

A partir de los resultados, el equipo recomienda que las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera amplíen la obligatoriedad de las medidas de mitigación de captura incidental en las zonas identificadas como de alto riesgo, especialmente entre los 25 y 30 grados de latitud sur.

Estas propuestas incluyen el uso de líneas espantapájaros, el lastrado de los ramales para hundir los anzuelos con mayor rapidez y el calado nocturno de los palangres.

Los investigadores, además, sostienen que este enfoque puede contribuir a la conservación del albatros de las Antípodas y a reducir la mortalidad de ls miles de aves marinas que cada año mueren de forma incidental en las pesquerías de todo el mundo.