La empresa conquense Agróptimum cuenta con más de 226 hectáreas de plantaciones propias.

La empresa conquense Agróptimum cuenta con más de 226 hectáreas de plantaciones propias. Cedida

Historias

La fiebre del pistacho convierte a España en el cuarto productor mundial: Castilla-La Mancha concentra el 80% de los cultivos

Conocido en la antigüedad como la 'nuez de Siria', ha multiplicado su consumo en las últimas décadas gracias a sus nutrientes y compuestos bioactivos.

Más información: Cuenca se convierte en el 'Silicon Valley' del pistacho: han logrado reducir cinco años las cosechas a través de la genética

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Fortuna, respeto y opulencia. Ese es, de acuerdo al vocablo persa del que procede etimológicamente —el persa pisteh—, el significado del pistacho. De ahí que, en el antiguo Imperio Aqueménida, fuera considerado un símbolo de riqueza, sofisticación y grandiosidad. 

Surgió hace más de 7.000 años en Asia Occidental y Menor (actual Irán, Turkmenistán, Turquía y Afganistán), aunque no fue hasta el siglo III antes de cristo cuando se extendió por Europa: primero Grecia y, más tarde, Italia y España. En concreto, según las investigaciones, se estima que llegó a la provincia imperial de Hispania en el año 63 de la mano de Pompeyo Craso. 

Desde entonces, el interés por este fruto seco no ha dejado de crecer. En 2012, el consumo mundial ya se situaba en torno a las 561.110 toneladas métricas, pero la fiebre del pistacho continuaba y, para 2021, la ingesta se elevaba hasta las 877.560 toneladas métricas, tal y como muestran los datos de Statista. 

Pero la evolución de la industria no cesa. En el período de 2023-2024, del que todavía no hay resultados definitivos, se prevé un crecimiento del 4,10%, especialmente en países como Estados Unidos, Irán e Italia. En su caso, se estima que experimenten un aumento de la demanda de un 5,73%, 82,42% y 4,35% respectivamente. 

En ese contexto, España ha ido poco a poco abriéndose camino. Y es que, tal ha sido su irrupción en este mercado, que ha terminado por consolidarse como el cuarto productor mundial, líder Europa y con la mayor parte de su producción concentrada en Castilla-La Mancha. 

Sin embargo, parece que el estar de moda no ha sido suficiente para que se investigue y se centralice la información sobre este fruto seco. O, por lo menos, así lo sentían desde Agróptimum, la compañía conquense centrada en la bio-innovación del desarrollo de las plantas, la gestión agrícola, el mantenimiento de cultivos y el procesado del pistacho. 

ENCLAVE ODS pudo presenciar la recogida de la cosecha de Agróptimum a finales de septiembre.

ENCLAVE ODS pudo presenciar la recogida de la cosecha de Agróptimum a finales de septiembre. Cedida

Por eso, empezaron a recopilar datos con el objetivo de "dar un poquito de luz al sector". En 2024, lanzaron el I Estudio presente y futuro del cultivo del pistacho y de su procesado, pero, al poco tiempo, se dieron cuenta de que la industria evolucionaba tan rápido que "era necesario hacer una segunda edición". Y así lo hicieron.

"Queríamos ver si los datos que habíamos dicho o si las previsiones que habíamos hecho en el primer volumen se estaban cumpliendo", apuntan desde la empresa. Aunque no fue lo único. Y es que tras su investigación entendieron que había "una serie de zonas en España que están especialmente dotadas para su cultivo", así que también aprovecharon para hacer zoom a estas regiones con el objetivo de aclarar sus condiciones. 

El pistacho español

La investigación de Agróptimum, realizada junto al doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, profesor permanente de la Universidad de Jaén y especialista internacional en agricultura, Juan Vilar, apunta a que la superficie en España del pistacho ha mostrado "una tendencia creciente durante los últimos años".

En concreto, indican que las hectáreas cultivadas han aumentado de las 15.000 en 2016 hasta las 80.000 en 2024, siendo el 68% de ellas de secano. Pese a ello, mencionan que estas plantaciones "carecían de tecnificación y profesionalización, quedando relegadas a espacios y superficies improductivas". 

Los campos de cultivo de Agróptimum en Villanueva de la Jara, Cuenca.

Los campos de cultivo de Agróptimum en Villanueva de la Jara, Cuenca. Cedida

Sin embargo, la creciente expansión de este fruto seco en nuestro país parece que está cambiando las historia. Pues, el sector comienza a encaminarse hacia "una mayor autosuficiencia que se materializará en el futuro".  

Entre las regiones con mayor presencia del pistacho en el contexto español destaca Castilla-La Mancha, con un 80% de la producción, pero también Extremadura, Andalucía, Aragón y Castilla y León. 

En el caso manchego, aseguran que la climatología es "ideal" para que estas cosechas fructifiquen, ya que requieren muchas horas de sol y toleran la sequía. O, en otras palabras, los inviernos muy fríos con escasas lluvias y los veranos secos y calurosos son su mejor aliado.

En Extremadura, por ejemplo, se ha posicionado como "una alternativa de alto valor frente a cultivos tradicionales más exigentes en recursos hídricos o menos rentables". Y, aunque afirman que su implantación en la región comenzó de forma "muy tímida", tildan el crecimiento de "constante y muy significativo desde entonces". 

Similar es la situación de Andalucía, donde el sector ha cobrado "una relevancia creciente" logrando una producción que ya supera el millón de toneladas y una superficie cultivada de más de 7.500 hectáreas en 2024.

En Aragón y Castilla y León, la climatología también se ha convertido en el factor clave para el éxito de este fruto seco. Y es que ambas regiones se caracterizan por "cortos periodos primaverales y otoñales", con intensos inviernos y veranos. 

Agróptimum ha recogido este septiembre su segunda cosecha de pistachos.

Agróptimum ha recogido este septiembre su segunda cosecha de pistachos. Cedida

En cualquier caso, los expertos señalan que a pesar de la evolución que ha tomado el sector, "todavía no se ha alcanzado su máximo potencial productivo". No obstante, para los autores del estudio esto no es un reto, sino símbolo del "futuro prometedor" que nos espera. 

Los cultivos

El pistacho prospera en climas templados y secos, con temperaturas óptimas entre 38-45 °C. Sin embargo, la investigación de Agróptimum asegura que "los inviernos fríos son sus aliados", aunque se debe tener cuidado con las heladas severas y las horas de enfriamiento. Pues, dicen, "determinan su complicada adaptación a las condiciones térmicas". 

Con un crecimiento "progresivo y lento", la pistacia vera destaca por una notable longevidad que puede oscilar entre los 150 y 300 años. Alcanza una altura media de entre 6 y 10 metros y, tal y como muestra el estudio, "su hábito de desarrollo provoca que sus ramas se alineen con frecuencia". 

Sus hojas se caracterizan por "una textura subcoriácea y un color verde oscuro en el haz con tonalidades más claras en el envés". Además, su sistema radicular le permite prosperar en suelos y climas donde otras especies no podrían hacerlo con la misma eficacia. 

Cuenta con unas flores "pequeñas, apétalas y de color verde parduzco" y un fruto con una longitud que varía entre 0,2 y 2,5 cm. "Tiene forma ovalada, es seco y presenta una cáscara dura y lisa", explican los expertos. Y, aunque es polinizado por el viento a través de la anemofilia, señalan que "también existen técnicas artificiales [...] que generalmente se hacen mediante un dron". 

Su cultivo requiere entre 300 y 600 mm de agua anuales por metro cuadrado, bien sea mediante lluvia o riego, pero afirman que "puede resistir a períodos de sequía de hasta cinco años". 

Variedades

Dependiendo del tipo del ciclo que les caracterice, el II Estudio presente y futuro del cultivo del pistacho y de su procesado apunta a que son numerosas las variedades de pistachos disponibles en la actualidad. 

Ciclo corto. La hibernación es corta y la floración llega de manera temprana. Sus principales variedades son la larnaka, la avdat, la aegina y la mateur

Ciclo medio. Necesitan un tiempo medio desde que la planta entra en hibernación hasta que florece. Y es que, tal y como mencionan los expertos, unos pocos días de diferencia en este cambio de etapa puede "evitar incidencias climáticas respecto a las convencionales". Las categorías que destacan son la sinora, la golden hill y la lost hills

Ciclo largo. Requieren una mayor amplitud que las otras para desarrollarse vegetativamente. En este caso, las variedades kastel y la kerman son las más conocidas.