Los incendios de agosto han vuelto a traer el debate sobre el abandono rural en España.

Los incendios de agosto han vuelto a traer el debate sobre el abandono rural en España. iStock

Historias

Por qué la despoblación en España tiene difícil solución: no se puede deshacer en 20 años lo que lleva pasando 170

Expertos, vecinos y organizaciones agrarias matizan el debate sobre combatir la despoblación para prevenir incendios y piden medidas a largo plazo.

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Los incendios de agosto trajeron de nuevo a la actualidad un debate que nuestro país arrastra desde hace décadas: la despoblación de gran parte del interior del mismo y las soluciones, si las hay, para la misma.

Mientras se atribuía al empeoramiento de algunos fuegos la falta de personal que mantuviese bosques o tierras de cultivo cuidados o al abandono de la ganadería extensiva tradicional en favor de la industrial, las redes y algún político discutían soluciones como el teletrabajo para atraer habitantes de la ciudad o similares.

Pero, ¿funcionarían? Expertos, organizaciones agrarias y plataformas ciudadanas no lo tienen claro, sobre todo porque ya se han probado muchos enfoques para determinadas zonas, sobre todo en las dos Castillas, con escasos resultados.

En España, el 84% de la población se concentra en el 16% del territorio (Madrid y la costa, con excepciones como las áreas de Zaragoza o Sevilla).

Mientras, en el 54,84% del territorio sólo vive el 5,43% de la población, con densidades a veces por debajo de los 12,5 habitantes por km² que la UE señala como despoblación extrema.

"Si existe una solución a la despoblación, no la sabemos o nadie la ha encontrado aún", comenta, pesimista, Sergio Cabello, profesor de Sociología de la Universidad de La Rioja especializado en desequilibrios territoriales, que advierte que "no es solo España, es algo global".

Y añade: "no puede haber una solución única, porque el medio rural es heterogéneo. No es lo mismo una zona de montaña que de valle, o si tiene unas comunicaciones alrededor o no. Y es un proceso que arranca en el siglo XIX, no puedes deshacer en 20 años lo que lleva pasando 170".

¿Quieren vivir en el campo?

Cabello pide hacerse dos preguntas: "¿quiénes son las personas que quieren vivir en el medio rural? Y ¿quiénes son las personas que pueden vivir en el medio rural? Que son dos cosas que están vinculadas en parte, pero que son distintas".

Así, pide empezar por asumir que "hay mucha gente, o la mayoría de la gente de nuestro país, que no quiere vivir en el medio rural. Es una realidad. Por falta de empleo, porque el que existe no responde a sus expectativas, porque la gente que vive del sector primario lo pasa muy mal o por falta de servicios".

El empleo como único medidor "no es definitivo, aquí en La Rioja lo vemos porque en muchos municipios pequeños hay empresas que dan empleo, por ejemplo, a 25 trabajadores, y solo dos viven allí. El resto va y viene desde Logroño. ¿Por qué? Porque tienen colegios, comercio, comodidades. Y es la pescadilla que se muerde la cola: si la gente no se queda, se pierden servicios en el municipio pequeño".

Un cajero y un consultorio

"Mejorar servicios está bien, pero no es solo internet para que se teletrabaje. Es que exista un cajero, un consultorio médico, un bar. Yo vivo en Víllora, un pueblo de 127 habitantes, y tenemos una sola tienda donde abastecernos. El día que Carlos, el dueño, se jubile, se acabó", explica Toni Jorge, portavoz de la plataforma Pueblos Vivos Cuenca.

La conquense es una de las provincias con más municipios en despoblación extrema de España, donde el Gobierno de Castilla-La Mancha ha probado actualmente un sistema de incentivos fiscales para fijar población que tiene informes favorables, pero desde Pueblos Vivos se muestran escépticos.

En España, el 84% de la población se concentra en el 16% del territorio.

En España, el 84% de la población se concentra en el 16% del territorio. iStock

"En los pequeños pueblos, no ha quedado ninguna alternativa de vida que no sea el entregarse a las actividades extractivistas: minería, ganadería industrial, fotovoltaicas, eólicas… No fijan población, generan muy poca riqueza y a la larga agravan más el problema", lamenta Jorge.

El activista apunta a fenómenos como "la atomización de la propiedad, que hace que a muchas empresas de gestión forestal no les sea rentable su explotación, ni tampoco al agricultor" y al abandono de "la ganadería extensiva, que fija población, previene incendios y tiene un arraigo tradicional en Castilla".

Para Pueblos Vivos la solución pasa por "entenderlo como un fenómeno y no como algo puntual que solucionas con ayudas a proyectos particulares. Hay que limitar actividades como la ganadería industrial y fomentar mercados para los pequeños agricultores, que puedan vivir de su trabajo".

Y remata pesimista: "hay que ser conscientes de que destruir tejido social es muy sencillo, pero volver a crearlo es un proceso lento y complicado, sin soluciones mágicas".

"Que no se marchen"

"Lo primero es que los que ya están allí no se tengan que ir", opina Montse Cortiñas, vicesecretaria general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA).

"Ya estamos llegando tarde, después de los incendios de este verano, en ayudar a quienes han perdido su casa o sus cultivos para que no se marchen y siga habiendo gente en esos territorios, que no vaya a peor", añade.

Para ella, sucesos como los de este verano "aumentan la sensación de fragilidad, de vivir en un pueblo al que no va nadie y si hay cualquier problema no se toman medidas ni se ayuda a los afectados".

También piden la misma protección "a la ganadería extensiva, que ha probado su fiabilidad para prevenir incendios".

Desde su organización insisten en impulsar la futura Ley de Agricultura Familiar que proteja las explotaciones familiares, "entendiendo que un negocio en el medio rural no puede tener las mismas condiciones legales o fiscales que uno en el centro de Madrid".

Pero sobre todo piden que cualquier solución "pase por el territorio, que se tenga en cuenta a la gente que ya está allí, tiene conocimientos y experiencia, y cuyas habilidades ni se escuchan ni se aprovechan".

Cohesión territorial e igualdad

Sergio Cabello insiste en que "en los últimos 10 o 15 años el problema se ha empezado a tomar en serio" y cree que gobiernos como los de Castilla-La Mancha, Aragón o el nacional a través de la Secretaría de Reto Demográfico "han tomado algunas medidas interesantes", pero sigue faltando "visión de conjunto".

Para el experto, "evitar la despoblación es una cuestión de cohesión territorial y social para un país, pero también de igualdad. No es que todo el mundo tenga que tener los servicios que tienen Madrid y Barcelona, pero sí al menos un mínimo".

Así, cree que "en estos momentos hay que facilitar servicios de cercanía, no solamente en lo educativo y lo sanitario, también en servicios sociales y en cuestiones vinculadas al ocio y la cultura. Que el que se quiera quedar sepa que puede tener un proyecto y una calidad de vida".

Finalmente, pide "asumir que la movilidad es la clave, más allá de los objetivos de sostenibilidad. Igual no es rentable un autobús para tres personas, pero es clave si un pueblo tiene que sobrevivir. Si los niños no pueden ni ir al instituto porque o no tienen o al del pueblo de al lado solo pasa un bus en todo el día, ¿qué va a hacer la gente?".