El barbet de cuello negro es una de las aves en peligro.

El barbet de cuello negro es una de las aves en peligro. iStock

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Adiós a los pájaros tropicales: el calor extremo está diezmando las poblaciones de estas especies emblemáticas

El cambio climático estaría mermando la diversidad de las aves de las regiones del Trópico: se habría perdido una media del 38%.

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Casi la mitad de las especies de aves vive en regiones tropicales. Allí, la biodiversidad es alta y muchos animales alados se encuentran ya "cerca de sus límites de tolerancia térmica".

Esto, sumado al calentamiento global, pone en jaque la supervivencia de muchas especies tropicales de aves.

Como asegura un estudio publicado en Nature Ecology Evolution, el calor extremo habría provocado una reducción media de entre el 25% y el 38% de las poblaciones monitoreadas desde 1950. 

Los hallazgos sugieren que "la crisis climática amenaza seriamente la persistencia de las aves en regiones tropicales, incluso en ausencia de presiones humanas directas como el cambio de uso del suelo".

El estudio es claro: desde la Revolución Industrial, muchas especies han sufrido declives o desapariciones como consecuencia de la caza, la pérdida de hábitat o la aparición y expansión de especies invasoras.

Un tucán comiendo papaya.

Un tucán comiendo papaya. iStock

Y aunque que el cambio climático afecta a las aves no es ninguna novedad en el panorama científico, el efecto acumulativo de los extremos climáticos, especialmente las olas de calor, había sido poco cuantificado hasta ahora. 

Según Maximilian Kotz, autor principal e investigador en el Instituto Potsdam para la Investigación sobre el Impacto del Cambio Climático (PIK), el aumento de temperaturas actual está sacando a las especies de su zona de su zona de confort. "Las arrastra más allá de donde se podrían adaptar de manera natural, en muy poco tiempo". 

Deshidratadas y sin crías

Kotz también comenta que esto se traduce en una "disminución asombrosa" de sus poblaciones. Y explica el motivo de este fenómeno: "Las aves son especialmente sensibles a la deshidratación y al estrés por calor. Y las altas temperaturas provocan en ellas un exceso de mortalidad".

Asimismo, continúa el experto, también deriva en "una reducción de la fertilidad, cambios en los comportamientos de reproducción y disminuye la supervivencia de las crías". 

Según el estudio, las aves tropicales tienen hoy diez veces más posibilidades de enfrentarse a condiciones meteorológicas extremas que hace 40 años. Han pasado de vivir tres días de calor alto al año a 30. Esto, aseguran los investigadores, es inasumible a nivel de adaptación. 

¿Atribuible al clima?

Para determinar hasta qué punto estos cambios en la población de aves mundial se deben a la crisis climática de origen humana, el estudio combina datos observados y modelos informáticos. Tuvieron en cuenta, en especial, el calor y las precipitaciones. 

Y si bien el mayor descenso poblacional aviar se dio en los trópicos, todas las regiones del planeta registraron pérdidas "abundantes por culpa del calor extremo". 

Pero para concluir cuánto de la reducción observada en todo el mundo es atribuible al cambio climático antropogénico, Kotz y su equipo analizaron datos de monitoreo a largo plazo de más de 3.000 poblaciones de aves en todo el mundo entre 1950 y 2020.

Un colibrí, una de las especies en peligro.

Un colibrí, una de las especies en peligro. iStock

En total, realizaron más de 90.000 observaciones. Para ello, utilizaron un modelo estadístico que aísla los efectos de los extremos climáticos de otros factores.

Así, se toparon con que los cambios en la temperatura y la precipitación medias cobraban menos relevancia de lo esperado.

Sin embargo, la exposición al calor extremo —o días que exceden el percentil 99 de las temperaturas históricas— estuvo fuertemente asociada a menores tasas de crecimiento anual de las poblaciones.

Asimismo, el efecto acumulado del calor favorecido por la acción humana fue mayor que el de las presiones humanas directas en las poblaciones tropicales observadas.

Los resultados de la investigación subrayan la amenaza creciente del cambio climático, con los extremos de calor como factor clave en el declive de aves tropicales.

Además, los autores enfatizan la necesidad de estrategias de conservación que respondan tanto a la protección del hábitat como al desafío de los extremos climáticos.

También destacan la urgencia de mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar que el planeta se quede sin aves.