Incendio en los alrededores de San Antolín de Ibias.

Incendio en los alrededores de San Antolín de Ibias. Paco Paredes EFE

Historias

Los incendios de agosto en España fueron "un aviso de lo que está por venir": la crisis climática lo cambia todo

World Weather Attribution publica un informe de urgencia sobre las condiciones que alimentaron los incendios del sur de Europa este verano.

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"Desgraciadamente, son un aviso de lo que está por venir". Clair Barnes, investigadora del Centro de Política Ambiental del Imperial College de Londres, explica que las condiciones de olas de calor extremo, sequedad y viento que alimentaron el fuego de agosto en la península ibérica "se harán más probables cada año por el cambio climático".

Y esto, precisamente, es lo que analiza el último estudio de la World Weather Attribution (WWA), publicado en la madrugada del 4 de septiembre. En él se evidencia cómo las condiciones extremas de riesgo de incendios en España y Portugal son ahora comunes debido al cambio climático.

Los investigadores aseguran que el alcance, la duración y la virulencia de la oleada de incendios de este verano tiene una causa clara: la ola de calor de 16 días, la más intensa registrada hasta la fecha, que asoló la península ibérica el mes pasado.

La combinación de temperaturas extremas, sequía y viento fue, una vez más, letal. Situación que, dicen los expertos de la WWA, sin el cambio climático solo se habría producido cada 500 años.

En la actualidad, en un contexto de al menos 1,3 °C de temperatura global por encima del nivel preindustrial, podría darse cada 13.

Una persona sostiene una pala mientras las llamas de un incendio forestal aumentan en Vilar de Condes (Orense).

Una persona sostiene una pala mientras las llamas de un incendio forestal aumentan en Vilar de Condes (Orense). Reuters

La WWA, fundada en 2014 como una iniciativa científica europea que estudia la relación entre el calentamiento global y los eventos extremos, como inundaciones, sequías o megaincendios, afirma que lo experimentado este estío podría convertirse en la norma.

Este verano, España y Portugal han vivido la peor ola de incendios de los últimos años. Nuestro país, además, ha visto cómo ardían 380.000 hectáreas, cinco veces la media anual. El territorio luso afectado ha ascendido a 260.000, es decir, cerca del 3% de su masa terrestre.

Viento propio

"Los incendios forestales más intensos pueden crear su propio viento, lo que lleva a longitudes de llamas más largas, brotes explosivos y la ignición de docenas de fuegos cercanos por las chispas voladoras", explica Theodore Keeping, investigador también del Imperial College de Londres.

"El cambio climático está alimentando incendios forestales más extremos, pero la adaptación no está a la altura. Necesitamos ver un cambio en la forma de pensar y un mayor enfoque en la prevención", añade.

El análisis, advierten desde la WWA, "no es un estudio de atribución completo, ya que los científicos analizaron observaciones meteorológicas, pero no utilizaron modelos climáticos".

Sin embargo, los resultados concuerdan con las investigaciones recientes sobre fuegos en la región, como los recientes incendios forestales en Turquía, Grecia y Chipre: el calentamiento global los ha vuelto 10 veces más probables y un 22% más intensos.

La climatóloga alemana y fundadora de WWA, Friederike Otto, explica en una rueda de prensa que "el clima extremo se está volviendo más frecuente, pero las muertes y daños son prevenibles". Hace referencia a las, al menos, ocho personas que han muerto, los cientos que han perdido sus hogares y las decenas de miles que estuvieron en riesgo y tuvieron que ser evacuadas.

La Guardia Civil en una zona arrasada por el incendio forestal de Abejera (Zamora).

La Guardia Civil en una zona arrasada por el incendio forestal de Abejera (Zamora). Mariam A. Montesinos EFE

En el caso concreto de los incendios forestales, "hay una necesidad urgente de controlar la vegetación en las áreas rurales, particularmente los terrenos que han sido abandonados por los agricultores y pastores".

Protección Civil europea

El informe tiene un apartado que se centra en la presión sobre los sistemas de prevención a nivel europeo. Destaca cómo el Mecanismo de Protección Civil de la UE, que coordina el apoyo entre los países miembros durante emergencias, se ha activado 17 veces durante la temporada de incendios de 2025.

Estos refuerzos actuaron en los fuegos desatados en Grecia, Albania, Bulgaria, Portugal y España. "Con un mayor calentamiento, las condiciones meteorológicas extremas y simultáneas seguirán desafiando los recursos de lucha contra incendios y pondrán a prueba los límites de la adaptación en algunos lugares", subrayan desde la organización.

También Maja Vahlberg, asesora técnica en el Centro Climático de la Cruz Roja en Europa, advierte que "incluso con cientos de bomberos y docenas de aviones, los incendios forestales aún quemaron más de 320.000 hectáreas en dos semanas en España".

¿Volver a un clima fresco?

Por su parte, David García, profesor titular del Departamento de Matemáticas Aplicadas e Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de Alicante y uno de los coautores del estudio, lamenta que "la opinión pública en España se ha centrado en el hecho de que el problema radica únicamente en el declive de las actividades rurales".

Y añade que "se ha hablado mucho menos sobre el efecto del cambio climático en estos incendios, que, como se ha demostrado, ha sido inmenso".

Fotografía de un incendio en Povoa de Lanhoso, Portugal.

Fotografía de un incendio en Povoa de Lanhoso, Portugal. iStock

"Podría llevar siglos volver al clima preindustrial más fresco", insiste García. Sin embargo, continúa, "no debemos olvidar que cada fracción de grado hará que las condiciones para incendios mayores, como los vistos este verano, sean aún más probables".

Por eso, concluye, es "tan importante que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan lo más rápido posible".