
El presidente Donald Trump en el Air Force One. Reuters
La era Trump saca a relucir la verdadera cara de las empresas 'eco': ¿siguen reivindicando la sostenibilidad y la diversidad?
IBM o Disney renombran sus políticas de diversidad para ajustarlas a la Casa Blanca. Otras como Apple o Ben & Jerry’s se mantienen fieles a sus principios.
Más información: Belén Garijo (Merck) responde a Trump: "Las políticas de diversidad son de sentido común y un derecho humano"
Casi cinco meses. Ese es el tiempo que lleva en el despacho oval Donald Trump y el efecto cascada de este segundo mandato del republicano no se está haciendo esperar. Fue en el día uno de su Administración cuando dejó claro que ni el cambio climático, ni la sostenibilidad —en ninguno de sus aspectos— iban con él.
Como era de esperar, sus movimientos políticos están teniendo ya una repercusión clara en la sociedad y en las empresas estadounidenses. Durante las últimas semanas se ha hablado sobremanera acerca de la pugna entre la Universidad de Harvard y el actual morador de la Casa Blanca.
Todo como consecuencia de la decisión de la Administración Trump de congelar 2.200 millones de dólares (unos 1.940 millones de euros) en fondos federales para el centro educativo después de que la institución rechazara la petición del Gobierno de que ponga a fin a sus programas de diversidad.
El órdago contra el prestigioso centro de la Ivy League es solo el último —y más sonado— que resulta de la aplicación de las distintas órdenes ejecutivas que el presidente ha venido firmando. Una de las más polémicas es, precisamente, la que pone el foco en los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI); y es que una de las primeras medidas implementadas desde el despacho oval fue, el mismo 20 de enero, poner fin a este tipo de estrategias en las agencias federales.
Tildadas de "radicales" y "un malgasto de fondos" por el presidente, su consecuencia directa ha sido la desaparición de conceptos tales como "diversidad" de las páginas web de muchas empresas. Pero no solo eso: algunas han parado por completo cualquier programa que buscara crear plantillas más diversas e inclusivas.
'Bye bye' DEI
No son pocas las compañías —grandes y pequeñas— que han frenado en seco esos pilares fundamentales para la sostenibilidad social que son la diversidad y la inclusión, y que incluye, por cierto, las cuotas por paridad de género. La edición estadounidense de Forbes ha realizado un exhaustivo estudio del impacto de la orden ejecutiva de Trump en las políticas empresariales DEI entre el inicio de su mandato y mediados de abril.
Uno de los nombres que más sorprenden de la lista es el de BlackRock, la gestora de activos más grande del mundo. Apenas tres años después de que su CEO, Larry Fink, dijese públicamente que su compañía "debía adoptar las políticas de diversidad, equidad e inclusión en todo lo que hacía", las referencias a estos conceptos se han desvanecido de su último informe.
Caso curioso el de este gigante, pues la agenda que llevaba marcando Fink en la última década a los CEO de las empresas en las que invierte BlackRock, venía apostando fuertemente por la sostenibilidad y la igualdad. Lo mismo ha sucedido con otros pesos pesados de las finanzas estadounidenses, como Goldman Sachs, JPMorgan Chase, Morgan Stanley, Citigroup, Wells Fargo o Bank of America, que han empezado a rebajar su lenguaje inclusivo y a revisar sus políticas al respecto.
Otras grandes corporaciones que ya empezaron a sumarse a esta tendencia reaccionaria tras las elecciones presidenciales de 2024 fueron Boeing, que desmanteló su departamento de diversidad, equidad e inclusión global en noviembre; en la misma época, la cadena de supermercados Walmart hacía lo propio, dando marcha atrás a sus compromisos con la igualdad racial y abandonando las campañas sobre derechos humanos que venía apoyando desde hacía años.
Poco antes de la toma de posesión de Trump, empresas como McDonald’s, Pepsi, General Motors (GM), Google, Disney, Warner Bros., Paramount, General Electric (GE), Intel, Paypal, Chipotle o Comcast ponían fin a sus objetivos específicos en diversidad, especialmente los centrados en la contratación, tal y como informa el medio NPR. Tras la toma de posesión, la cadena de supermercados Target también dio fin a sus programas de equidad racial y redujo su merchandising relacionado con el colectivo LGTBIQ+.
Las empresas aseguran a diversos medios de comunicación estadounidenses que sus decisiones se deben "al cambio en el panorama político" del país. Eso mismo argumentó el pasado abril IBM, que modificó sus objetivos de diversidad para proveedores para dejar atrás la raza y el género y empezar a centrarse en empresas dirigidas por veteranos del ejército. Además, tal y como informa Bloomberg, también ha dejado de vincular los bonus de sus ejecutivos a los objetivos de contratación relacionados con la diversidad.
'Fugados' antes de Trump
Algunas compañías, incluso, abandonaron el barco de la diversidad meses antes de las elecciones presidenciales en EEUU y el retorno de Trump a la Casa Blanca. Es el caso de la marca de bebidas Molson Coors, que en septiembre de 2024 decía adiós a sus esfuerzos por crear una empresa diversa e inclusiva —y eso que, como recuerdan en Forbes, en 2023 generó controversia con un anuncio publicitario feminista—.
Poco antes, en el mes de agosto, el fabricante de Jack Daniel's, Brown-Forman, anunciaba a sus trabajadores que ya no habría ningún tipo de compensación vinculada a los progresos en los programas DEI. Asimismo, retiró los objetivos de diversidad de sus proveedores y empleados.
Ese mismo agosto, Harley-Davidson y Ford Motor Co. daban por cerradas sus cuotas de diversidad y cualquier programa o proyecto al respecto dentro de las empresas.
Fieles a sus principios
Aunque, si bien es cierto que ha habido una preocupante espantada, aún hay empresas estadounidenses que —por el momento— se mantienen fieles a los valores que, durante años, han dado forma a sus marcas. Sería el caso del gigante tecnológico Apple o su competidor directo, Microsoft. Según la revista Time y Bloomberg, ninguna de las dos compañías habría hecho ningún movimiento para dar marcha atrás a sus políticas de diversidad.
Lo mismo estaría sucediendo, según Time, con Uber, la marca de ropa Patagonia o con la heladera Ben & Jerry's. Algo que, por otra parte, no es de extrañar, pues esta última empresa ha llevado siempre como distintivo la justicia social, la lucha contra el cambio climático y la diversidad.
Es más, el pasado 15 de mayo, detenían al cofundador de la marca, Ben Cohen, por protestar en favor de Gaza y contra los recortes de Trump en Medicaid —el equivalente a la seguridad social en EEUU— durante una intervención del secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., en el Senado. No sorprende a nadie que, tras décadas de activismo, Ben & Jerry's rechace por completo cualquier ataque a sus políticas DEI.
Los accionistas de los supermercados Costco también han rechazado frontalmente la desaparición de sus planes de igualdad y diversidad. Ese es el mismo camino que están siguiendo empresas como la cosmética Lush.
Y la crisis climática qué
Visto el varapalo a las políticas de diversidad e inclusión en el mundo empresarial estadounidense, el futuro es poco halagüeño para la sostenibilidad social. Pero, ¿qué sucede con la medioambiental? El presidente Trump es conocido por su ferviente negacionismo climático, que ya se ha traducido en órdenes ejecutivas que ponen en duda el cambio climático antropogénico —acuciado por el ser humano—.

Reuters Washington
Durante su primer mandato, los gigantes tecnológicos respaldaron a los activistas climáticos en su lucha contra el retroceso en esta materia. Y lo hicieron en 2017 en una coalición empresarial conocida como We Are Still In, que buscaba mantener el compromiso medioambiental con la cumbre del clima y el Acuerdo de París que Trump había roto.
Ahora, uno de sus principales impulsores, Apple, ha decidido no reafirmar su compromiso con esta coalición. O, al menos, mantenerse en silencio a este respecto. Lo que, advierten en Scientific America, no implica que borren de un plumazo sus políticas climáticas. Aunque parece que otros gigantes como Microsoft, Meta o Amazon tampoco se habría pronunciado. Tal vez solo quede esperar a la cumbre del clima de Brasil, que se celebrará a finales de año, para ver la postura que adoptan las grandes empresas en este sentido.