Se pensaba que el 'pico del petróleo' podía provocar una catástrofe civilizatoria.

Se pensaba que el 'pico del petróleo' podía provocar una catástrofe civilizatoria. iStock

Historias

El mayor experto en el 'Peak oil' reniega del "petrocalipsis": "Cesar los combustibles fósiles de inmediato no es realista"

El geólogo Art Berman, uno de los mayores defensores del marco del ‘pico del petróleo’ que podía provocar una catástrofe civilizatoria, da un paso atrás.

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"La teoría del pico del petróleo no funciona, lo estamos viendo. No funciona porque importa más la demanda que la geología. Preveíamos un apocalipsis del petróleo sin tener en cuenta el petróleo no convencional, y también sin tener en cuenta los cambios en la demanda".

Así lo explica a Enclave ODS el geólogo y experto en política energética Art Berman, hasta hace apenas un par de años uno de los principales defensores de la teoría que ahora desmiente. "Un paradigma deja de servir cuando no responde a la realidad. Pero eso no quiere decir que el petróleo no sea un problema. Como civilización somos adictos a él y lo estamos pagando".

El peak oil, que podríamos traducir como 'pico del petróleo' y conocido también como Teoría de la Curva de Hubbert, era un marco teórico que predecía un declive abrupto de la producción de petróleo conforme se fuese, literalmente, acabando, debido a las limitaciones geológicas del mismo.

Es un resumen muy simplificado, pero de una teoría que ha sido clave para geólogos como el mismo Art Berman al que citábamos en el párrafo anterior, ecologistas de todos los continentes y analistas internacionales. A principios del siglo XXI las predicciones parecían cumplirse, con vaivenes en los precios e incluso guerras como la Irak. Los peores escenarios del peak oil venían a predecir un colapso de la civilización. Solo que a día de hoy no han llegado.

Futuro renovable, con matices

"No digo que no vaya a existir un declive de la producción o el consumo de petróleo, digo que no será abrupto, que habrá una meseta, y que tendrá más que ver con la demanda de energía que con la geología", aclara Berman, que el pasado febrero revolucionó a los expertos con un artículo en su blog: Peak Oil: Requiem for a Failed Paradigm (El 'pico del petróleo': réquiem por un paradigma fallido).

"Yo no compro petróleo, usted no lo compra, tampoco Greta Thunberg. Compramos gasolina, o diesel, o productos derivados. Para nosotros el mercado del petróleo es una abstracción, pero para las empresas del sector no, y estas compran petróleo de fracking, compacto o de esquisto, que eran cosas que hace 20 o 50 años no se podían prever", aclara Berman.

Art Berman, en una imagen de archivo.

Art Berman, en una imagen de archivo.

Y añade el escenario de la seguridad energética y las renovables, claves en este momento del siglo XXI: "el declive será menos abrupto que el ascenso, y un estancamiento tras el pico es más probable que una curva. Esto se debe a que la energía y su seguridad ahora son prioritarias, y se destinará más capital a producirlas que en 1970".

Además, "para nosotros, el viento y el solar significan un planeta más limpio; para los líderes, significan poder. Si no tienes petróleo, harás todo por generar energía que no dependa de él. China produce 4 millones de barriles de crudo diarios y consume 16. No impulsa renovables por el medio ambiente, sino para reducir su dependencia. Lo mismo aplica a la UE: si importas el 100% de tu energía, eres débil. Por eso desarrollan todo lo posible —eólica, solar, nuclear— para dejar de serlo. No digo esto porque me guste, sino porque así es el mundo. Soy realista".

Complicaciones climáticas

"El paradigma del peak oil ha ayudado a asentar una imagen de un futuro sostenible o bien marcada por el signo del colapso o bien por un decrecimiento material radical, que debía devolvernos a unos parámetros de vida casi preindustriales", añade el español Emilio Santiago, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) especializado en antropología climática.

Y señala como "la otra cara de sus predicciones era que las renovables nunca podrían asumir nuestros niveles actuales de consumo energético, y está en vías de ser refutada, aunque aún haya incertidumbre. La descarbonización de nuestra economía es mucho más posible de lo que se especulaba hace 20 años".

Para Santiago un paradigma sin 'pico del petróleo', o al menos asumiendo que será menos violento y más progresivo de lo previsto "es optimista porque todo indica que las renovables tienen mucha más capacidad para sostener la transición que necesitamos y porque nos ahorra el trance de esa especie de quiebra civilizatoria", pero "también complica las cosas por el lado medioambiental, y nos abre escenarios climáticos aterradores. Hay muchas posibilidades para seguir viviendo crisis energéticas, pero van a tener que ver con la geopolítica o con impactos climáticos, como las sequías".

"Asumir la verdad"

Berman es muy crítico con algunos discursos ecologistas que piden el cese inmediato del consumo de combustibles fósiles "porque no es realista. Nuestra civilización entera colapsaría en un mes si dejáramos de usar petróleo. Millones de personas morirían. No estoy defendiendo su uso, solo digo la realidad. Casi el 100% de los fertilizantes provienen de combustibles fósiles, y el planeta no puede sostener a 8 mil millones de personas sin fertilizantes".

Pero también lo es con el optimismo en torno a las renovables: "las emisiones globales de carbono siguen aumentando sin parar, pese a que se han invertido 9.000 millones de dólares a nivel mundial en las renovables los últimos años. Es un fracaso y un gran problema. Hay que afrontar también esa verdad. Pero eso no significa que debamos abandonarlas".

Sobre todo, Berman pide dejar de pensar "en términos reduccionistas: o una cosa o la otra, o petróleo o renovables, o colapso o decrecimiento… Como civilización debemos pensar en nuestro sistema como un todo, no en piezas sueltas. Lo principal es asumir que lo que estamos haciendo ahora mismo no funciona. Y asumir datos como que desde 1970 hemos reducido un 73% todos los ecosistemas de la Tierra. Incluso aunque mañana dejásemos de emitir gases de efecto invernadero, que es imposible, seguiríamos en crisis. Tenemos que asumir esas verdades y la principal: necesitamos consumir menos energía, de todo tipo, cuanto antes".