El Proyecto Galileo: el innovador 'GPS europeo' sin el cual occidente estaría perdido

El Proyecto Galileo: el innovador 'GPS europeo' sin el cual occidente estaría perdido Enot Poloskun iStock

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Proyecto Galileo: el revolucionario 'GPS europeo' con el que la UE hace frente a Rusia

ENCLAVE ODS entrevista a Raquel Montero Montero (Indra), una de las responsables de este puntero proyecto de innovación y desarrollo europeo que está destinado a revolucionar la geolocalización del futuro.

10 abril, 2022 02:46

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El Proyecto Galileo es uno de los programas de desarrollo de geolocalización y servicios de navegación por satélite (GNSS) más potentes de la Unión Europea. Financiado por el bloque de los 27 y reforzado, en parte, por la colaboración de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Europea para el Programa Espacial (EUSPA), Galileo se ha erigido como uno de los proyectos más punteros y revolucionarios del I+D comunitario. No en vano ha sido bautizado como el 'GPS europeo'.

Una de las mujeres STEM detrás de este proyecto es Raquel Montero MonteroTechnical Manager de la división espacial de Indra. ENCLAVE ODS ha contactado con ella para que revele a EL ESPAÑOL los entresijos de uno de los programas GNSS más innovadores y necesarios de Europa. Con Galileo la UE no sólo pretende ser independiente de los servicios de geolocalización y posicionamiento estadounidenses, sino hacer frente a los potentes programas de China (BeiDou) y Rusia (GLONASS), hoy en día principal enemigo de Bruselas tras la sangrienta invasión de Ucrania.

¿Cómo explicaría el Proyecto Galileo al resto de mortales?

Galileo es un proyecto de navegación por satélite gestionado y financiado por la Unión Europea (UE), a través de la Agencia Espacial Europea (ESA), que actúa como autoridad de diseño y principal responsable del desarrollo, y la Agencia de la Unión Europea para el Programa Espacial (EUSPA), que se encarga de la explotación del sistema a nivel de servicios.

Raquel Montero Montero en las oficinas de Indra

Raquel Montero Montero en las oficinas de Indra Indra Imagen cedida

¿Qué relevancia tiene para el conjunto europeo?

Con el sistema Galileo, Europa obtiene una independencia tecnológica frente a Estados Unidos y a Rusia, que son los otros países que tienen sistemas de posicionamiento global implantados. Luego está China, que tiene el BeiDou. Galileo nos da una independencia a nivel de posicionamiento, pero también en materia de estimación de tiempo, ya que es muy preciso, y eso es esencial para casi todas las infraestructuras estratégicas que existen, como las eléctricas o las bancarias. Además, es un sistema civil que, a diferencia del GPS, no está sometido y controlado por el ejército. Eso también es un valor añadido. Aparte, es hasta cinco veces más preciso que los demás. Es una buena inversión por parte de la Unión Europea.

El programa se inició en 2003 y hasta ahora ha tenido numerosas actualizaciones. ¿En qué punto se encuentra?

El contrato del sistema Galileo se firmó en 2003. Tuvo una fase inicial de pruebas que comenzó en 2004 y que consistía en hacer un prototipo o versión 1. La siguiente comenzó en 2005, con el primer satélite Galileo experimental, Giove A, y luego, con el Giove B, en el 2008, se hizo una parte de experimentación con las primeras estaciones, probando receptores de diferentes fabricantes para ver cuáles daban más precisión. En 2010 se empezó la primera parte de variación en órbita con cuatro satélites, que son los mínimos necesarios para dar una posición precisa. Antes, en 2006, ya se había conseguido tenerlos en el aire y hacer las primeras pruebas. Ahora mismo hay unos 26 y para 2024 se espera haber llegado a 38. La instalación completa sería de 30, pero hay 8 de refuerzo por si falla alguno. Esa es la evolución de la primera fase de Galileo. En 2024 empezará la segunda generación.

"Si tú necesitas a Galileo, tienes su constelación de satélites, pero también está GPS, con el que interopera"

¿En qué se va a traducir esa nueva generación?

Ahora mismo estamos trabajando en los diferentes diseños para mejorar los satélites para que sean más pequeños, eficientes y capaces de comunicarse entre ellos. El objetivo es mejorar la tecnología en todos los aspectos: revisar la obsolescencia de equipos, avanzar en el software para que se adapte a las nuevas tecnologías y lenguajes (esto comenzó con tecnología del 2000, y hemos evolucionado mucho desde entonces) y mantener el sistema estable que ya teníamos.

¿Qué aplicaciones estratégicas tiene Galileo?

Prácticamente casi todo el mundo ya lo utiliza aunque, por ejemplo, a nivel de transporte resulta fundamental. Tanto en automóviles, trenes, aviones o barcos. Además, nuestro futuro va hacia el vehículo autónomo, un área en el que será clave. También se aplica para todas las transacciones económicas que se hacen en el mundo, mientras que a nivel gubernamental es necesario tanto para la Policía como para el Ejército o el cuerpo de bomberos.

¿Galileo también nos está "mirando" cuando encendemos Google Maps?

Algo así. Al final lo que hace Galileo es trabajar en unas bandas similares a las del GPS, e incluso interopera con él. Ahora mismo, si tú necesitas a Galileo, tienes su constelación de satélites, pero también está GPS, con el que interopera para conseguir una precisión mejor. En tu móvil puedes tener GPS, Galileo o GLONASS. Tu móvil lo que hace es darles tu posición a través de las interoperaciones que realizan con el resto de sistemas. Si cae uno, siempre va a quedar otro. Cualquiera va a darte la posición, aunque eso sí: algunos de forma más precisa que los demás.

"Con la guerra de Ucrania se ha tratado de interferir en todas las señales GPS y Galileo [...] PRS permite contrarrestar las interferencias"

También tiene funciones como el Open Service o el PRS... ¿Qué son?

Sí, una de ellas es el Galileo Open Service (OS). Cualquier persona que tenga un smartphone posterior a 2017 lleva dentro un receptor Galileo y le otorga posicionamiento satelital. Luego está el servicio de Save and Rescue de balizas, que permite localizar a gente, sobre todo en el mar. Frente a otros sistemas permite establecer el posicionamiento de una persona con una baliza con receptor Galileo en diez minutos y en un radio de 5 kilómetros, cuando otros sistemas lo hacen en 3 horas y en 10 kilómetros. Otro servicio, que ya comentaba, es el gubernamental: el Public Regulated Service (PRS), que aparte de dar una precisión mucho mayor frente al Open Service permite establecer una geolocalización en centímetros. Además, es mucho más robusto contra interferencias. Ahora, con la guerra de Ucrania, se ha tratado de interferir en todas las señales GPS y Galileo de la zona, y este servicio PRS permite contrarrestar las interferencias e impedir que te puedan atacar. 

Eso podría jugar un papel determinante frente a Rusia

Sí, pero ahora mismo hay una parte del sistema del PRS, para aplicaciones gubernamentales, que aún no ha acabado de implantarse. Llegará en 2024 y dará una señal más robusta que evitaría interferencias. Si el ejército ruso trata de interferir el GPS o Galileo, esto podría impedirlo a través de encriptaciones.

¿Tiene este 'GPS Europeo' alguna utilidad de cara a la sostenibilidad?

El sistema te permite ser más eficiente, con lo cual ayuda a la sosteniblidad. Por ejemplo, en el caso de los aviones. Con el sistema de geolocalización se les ayuda a hacer correcciones sobre sus posiciones y consiguen que el avión pueda aterrizar incluso sin visibilidad. ¿Por qué es sostenible? Porque antes había aviones que, sin visibilidad, se daban la vuelta, con lo que eso conlleva en el gasto de fuel. Es un ejemplo. Galileo y el GPS permiten un aterrizaje eficiente, con lo que eso supone para el ahorro de emisiones. Aunque no sea algo que el usuario note en su día a día, a la larga estos pequeños cambios se pueden percibir.

"La Unión Europea está muy bien posicionada [en materia de geolocalización]"

¿Qué papel juega Indra en el proyecto?

Indra está desde los inicios, desde el 2005, cuando comenzó la fase experimental en la que se lanzaron los dos primeros satélites experimentales al espacio. Allí ya lideraba el proyecto de estaciones experimentales (Test-Bed), y más tarde participamos con el suministro de las Mission Up-Link Stations (ULS), que suben el mensaje de navegación al satélite, las estaciones de telemetría y telecomando (TTC), que velan porque los satélites funcionen dentro de sus prestaciones óptimas, o en las estaciones receptoras (GSS, Galileo Sensor Stations), que reciben los mensajes de navegación y pueden ver si hay alguna desviación. Hay estaciones GSS distribuidas en 14 emplazamientos alrededor del mundo, por territorio europeo e incluso también en la Antártida. Esas estaciones conocen de manera muy precisa su propia localización y pueden saber si los datos de posición que los satélites envían se pueden estar desviando. Para ello, envían los mensajes recibidos a los centros de procesamiento, que hacen sus cálculos y ajustes y vuelven a mandar la señal para hacer la corrección. Es como un círculo retroalimentado que permite que el sistema funcione y sea estable.

¿Va la UE a la delantera en materia de I+D frente a otros países?

La Unión Europea está muy bien posicionada y cuenta además con muchos países con científicos e ingenieros de gran valor que continuamente están investigando y desarrollando nuevos descubrimientos. Es cierto que países como China empezaron antes a lanzar muchos satélites, pero luego su señal no es mucho mejor que la que pueda emitir Galileo. GLONASS [de origen soviético] es más antiguo y falla mucho. No creo que Europa tenga nada que envidiar a ese sentido a otros países. De hecho, esta segunda generación está hecha para mejorar nuestros satélites. Es algo crucial: EEUU considera que sus recursos estratégicos son el agua, ser independientes a nivel alimentario y el GPS. Es decir, que de tantas cosas estratégicas que podía haber elegido la geolocailzación es la tercera. Así que nosotros también debemos potenciarlo, especialmente cuando más del 7% del PIB de Europa estaba relacionado con apps relacionada con Galileo.