La tapa forma parte del ADN de la gastronomía española. ¿A quién no le gusta irse a tomar unos vinos o unas cañas con los amigos? Y la tapa es un complemento fundamental que hace que nos decantemos por un sitio u otro. Hay algunas que son un clásico independientemente del lugar -como las croquetas, la tortilla, los calamares o las patatas bravas- y hay otras que varían en función de la ciudad en la que nos encontremos.

En Albacete, la tapa más famosa son los caracoles y, aunque hay grandes templos de este plato por toda la ciudad, los mejores están en Las Tascas, un conjunto de chiringuitos que ocupan cada año su lugar en el Paseo de la Feria durante varios meses. 

Las Tascas se instalan en el recinto ferial a finales del mes de marzo y, junto a numerosas atracciones, llenan el paseo hasta agosto, retirándose poco antes de que comience la Feria, que se celebra del 7 al 17 de septiembre. Este año están formadas por un total de 10 establecimientos.

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Aunque el plato 'estrella' son los caracoles, todos ellos ofrecen productos típicos de La Mancha. Otros clásicos son los cascos de patata, el forro, los chorizos , las morcillas, el lomo de orza, la oreja y los montaditos, entre los que destaca el famoso mancheguito.

En cuanto a los caracoles, su receta es un secreto en casi todos los locales donde se sirven. Cada cocinero tiene su combinación precisa de condimentos que le da el sabor a la salsa, la clave de este plato que tiene fanáticos y detractores a partes iguales.