Nerpio (Albacete).
El pueblo de Albacete donde no existe el calor: un paraíso entre montañas que en verano llega a los 8,5 grados
El clima fresco, los nogales centenarios y el arte rupestre de este municipio lo convierten en una escapada diferente, ideal para los meses de verano.
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En la provincia de Albacete, casi en el extremo más meridional de Castilla-La Mancha, se esconde un pequeño secreto para quienes buscan huir del calor sofocante del verano manchego: Nerpio. Este municipio de poco más de 1.000 habitantes, enclavado en plena Sierra del Segura, presume de algo cada vez más difícil de encontrar en la España interior, noches frescas incluso en pleno agosto.
A diferencia de gran parte de la provincia, donde las temperaturas estivales superan con facilidad los 35 °C durante el día, Nerpio disfruta de un microclima especial gracias a su altitud media, que ronda los 1.000 metros sobre el nivel del mar, y su ubicación entre montañas.
Estas condiciones hacen que las noches de verano en la localidad suelan descender por debajo de los 10 °C, ofreciendo un alivio natural sin necesidad de aire acondicionado. Sin ir más lejos, este sábado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha registrado en esta localidad una de las temperaturas más bajas del país, 8,5 ºC a las 7:30 horas.
Este contraste térmico, conocido como amplitud térmica diaria, se acentúa gracias a la vegetación, los bosques de pinos y nogales y los cursos de agua que rodean el término municipal, como el río Taibilla. Todo ello contribuye a moderar el calor diurno y a refrescar las noches.
Un rincón singular
Pero Nerpio no es solo un lugar para dormir fresco. Este municipio presume de un entorno natural y cultural único. Sus paisajes combinan montañas, cañones, barrancos y bosques que envuelven al visitante en un ambiente único. Entre todos destaca el Nogal de Somogil, considerado el más grande de Europa, y símbolo de la localidad, cuyas nueces cuentan además con marca de calidad propia.
Además, el municipio guarda también un tesoro arqueológico: el arte rupestre levantino. Sus pinturas prehistóricas, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO, muestran escenas de caza y figuras humanas que han resistido miles de años.
Completan el patrimonio del pueblo el castillo de Taibilla, de origen musulmán, y un casco histórico de calles tranquilas y arquitectura tradicional que conserva el sabor de antaño.