Playa del Tajo en Toledo.

Playa del Tajo en Toledo.

Toledo

Los análisis definitivos confirman que "no hay riesgo para la salud" en la playa de Toledo

Los parámetros analizados han sido el PH, la humedad, los nutrientes, la salinidad y los metales pesados, además de otros 'otros elementos'.

Más información: La arena de la 'playa' del Tajo en Toledo no está contaminada pero el Ayuntamiento repetirá los análisis

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Los segundos análisis de la arena de la 'playa' junto al Tajo que emergió en la zona de La Cornisa por las lluvias de marzo y los desembalses aguas arriba, y que el Ayuntamiento esperaba para confirmar que no existe riesgo para la salud y decidir qué uso le da a la zona, concluyen que "no hay contaminación significativa, no existiendo riesgo evidente para la salud pública ni para el medio ambiente".

EL ESPAÑOL- EL DIGITAL CLM ha tenido acceso al informe que el Consistorio solicitó a un laboratorio externo para reconfirmar el primero que señalaba que la arena no contenía "ningún parámetro anómalo que indique que está contaminada".

El Gobierno municipal solicitó este segundo informe para "tener la garantía absoluta de que no existe riesgo para la salud" con el fin de definir qué usos podría darse a ese nuevo espacio surgido en la ciudad, tal y como aseguró el 19 de mayo el concejal del Río Tajo, Rubén Lozano.

Visita del alcalde a la playa del Tajo en mayo.

Visita del alcalde a la playa del Tajo en mayo. Javier Longobardo

Valores medios

Este segundo análisis escudriña seis segmentos: el PH, la humedad, los nutrientes, la salinidad, los metales pesados y 'otros elementos'.

En relación con el PH, el informe le asigna un valor de 8,9 y la característica de "muy alcalino" afirmando que se trata de una arena "bastante básica" que "no es peligrosa, pero puede afectar a plantas o animales que prefieren suelos más neutros o ácidos".

Si bien podría esperarse lo contrario debido a la cercanía con el río, en relación con la humedad, los análisis le otorgan un valor de un 5%. Se trata, por tanto, "de una arena seca por su constante exposición al sol".

Los nutrientes que contiene son muy escasos, y el nitrógeno, fósforo y la materia orgánica analizados desvelan que "no es fértil y no favorece el crecimiento de las plantas por sí sola".

En relación con la salinidad, que se mide a través de la conductividad del agua y de la concentración de iones, el análisis señala unos valores de 89 microsiemens por centímetro (µS/cm). Esto refleja que "no hay acumulación de sales" por lo que se trataría de "una arena limpia en este aspecto".

Los metales pesados son, "en su mayoría, bajos o no detectables". En este sentido, ha sido analizada la presencia de cadmio, plomo, mercurio, arsénico, níquel, cobre y zinc.

Con relación al cromo, también incluido en el análisis, aparece en un valor "moderado" de un 31mg/kg, "dentro de los límites legales para suelos no contaminados".

Finalmente, en 'Otros elementos', el informe señala que la concentración de aluminio es de 1600 mg /kg, "un valor normal en suelos minerales" y, en relación a los sulfatos y nitratos, también se observan "en niveles bajos, sin riesgo ambiental".

Uso de la playa

La aparición de la playa, conocida popularmente como Tenerías, provocó que los toledanos comenzaran a darle uso utilizándola para tumbarse al sol o jugar con la arena.

En otros casos, que, si bien fueron los menos, hubo quien aprovechó su estancia en la playa para refrescarse con el agua del río Tajo, cuyo baño está prohibido desde hace 57 años, algo que tuvo que recordar el Ayuntamiento instalando carteles.

La utilización de la zona por los toledanos alertó al Ayuntamiento quien solicitó en varias ocasiones "prudencia" al no conocer qué organismos podría contener tanto el agua como la arena y solicitó análisis concretos del agua y de la arena.

Cartel recordando la prohibición de baño.

Cartel recordando la prohibición de baño.

Aguas fecales

Tal y como ya adelantó EL ESPAÑOL- EL DIGITAL CLM, los resultados sobre qué contenía el agua del río concluyeron que su "contaminación fecal" podría acarrear "enfermedades graves".

El análisis especificaba la presencia de “elevadas concentraciones de parámetros microbiológicos y químicos”.

Los microbiológicos desvelaban que el agua del Tajo tenía presencia de "coliformes totales, E-Coli y enterococos intestinales", lo que suponía "implicaciones para la salud pública”, pues la presencia de coliformes, E-Coli y los enterococos en el agua, “son indicadores de contaminación fecal”.

El contacto con estos organismos desvelaba el análisis, "puede causar diversas enfermedades que van desde infecciones gastrointestinales a otras más graves, sobre todo en población vulnerable". También alertaba de las consecuencias negativas para el medio ambiente.

En relación con los análisis químicos, por su parte, se extrajo la presencia de "niveles elevados de aluminio y hierro" con afecciones a la salud similares a las descritas para el análisis microbiológico.