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"Se están preparando para lo peor": el duro testimonio de dos ucranianos en Castilla-La Mancha

Olena y Yegor viven con preocupación la tensión entre Ucrania y Rusia a miles de kilómetros. Ambos hablan a diario con sus familiares y aseguran que el temor crece y que "conociendo a Putin, se puede esperar cualquier cosa".

13 febrero, 2022 11:04

La tensión entre Ucrania y Rusia es cada vez mayor y muchos de los 3.947 ucranianos afincados en Castilla-La Mancha viven con miedo el posible estallido de una guerra. La amenaza de una invasión rusa a su país les trae los angustiosos recuerdos de la anexión de Crimea y la sublevación del Dombás en 2014. Un enfrentamiento que se ha prolongado durante los últimos ocho años y que se ha cobrado la vida de 14.000 personas desde entonces. "No nos dejan tranquilos. Desde que se rompió la Unión Soviética hemos vivido como el perro y el gato", cuenta Olena Klyuch, natural de Ternópil.

Olena tiene 36 años y llegó a Albacete hace 19, pero sigue la actualidad de su país con gran preocupación y reconoce que "conociendo a Putin, se puede esperar cualquier cosa". "Rusia siempre ha estado empeñada en que somos la hermana menor y siempre nos ha dicho cómo tenemos que vivir y cómo tenemos que llevar nuestra política. Esto no es nuevo. En Ucrania dicen que si quieres tener la paz, tienes que estar preparado para una guerra".

"Les preocupa cómo sobrevivir"

Esta joven puso rumbo a España con 17 años para estudiar Medicina. Aquí la esperaban sus padres, también médicos. Sin embargo, el resto de su familia -con la que mantiene el contacto casi a diario- sigue allí. "Están muy preocupados. Me dicen que hay muchos militares en la frontera con Rusia y que todo lo que cuentan en las noticias es verdad. Se están preparando para una guerra", asegura. Pero más allá de la lucha entre ambos países, "la gente está intranquila por la crisis económica que vendría después y por cómo sobrevivir".

Según cuenta la ucraniana, todos sus seres queridos están "mentalizados de que puede ocurrir lo peor" y, en caso de invasión, muchos de ellos acudirán al frente para defender su patria. "Mi tío es militar y no piensa quedarse de brazos cruzados. También tengo amigos que irían voluntariamente", admite. Aun así, Olena espera "con toda su alma" que el conflicto no estalle. "Creo que al final llegarán a un acuerdo y Ucrania tendrá que ceder en algo".

Un pensamiento similar comparte Yegor Yegorov, nacido en Kiev y empadronado en Ciudad Real desde 2015. "Yo creo que no habrá guerra, pero nadie lo puede asegurar. Si hace diez años me hubieran dicho que Rusia iba a invadir Crimea, tampoco me lo habría creido", sostiene. Según cuenta, en aquella época "morían 30 o 40 personas al día" y "la gente tenía que salir corriendo porque le bombardeaban".

Yegor dejó su país ante la inseguridad que tanto él como su esposa empezaban a sentir. Ya había vivido en Ciudad Real años atrás, pero en 2008 volvió a Ucrania por trabajo. Allí se casó y tuvo a su primera hija. Pero en 2014, cuando comenzó la Guerra del Dombás, se vio obligado a "buscar una salida" y decidió venir a España con su familia. "Llebávamos un año bastante difícil porque había mucha incertidumbre. Mi mujer vivía con un miedo terrible".

"Puede ocurrir lo peor y están concienciados"

Después de aquel episodio, el ucraniano no se muestra sorprendido por los acontecimientos actuales, aunque sigue la actualidad de su país con bastante desasosiego. "Allí la gente vive amenazada por la guerra desde hace ocho años. Ahora hay tensión porque el ejército está al lado de la frontera, pero la situación era mucho peor entonces. Aun así, nadie descarta que haya una guerra. Puede ocurrir lo peor y están concienciados".

Desde Ciudad Real, Yegor no se despega del teléfono durante estos días y, al igual que Olena, reconoce que lo que más preocupa a sus familiares es la situación económica. "Ahora mismo nadie quiere invertir allí por si pasa algo. Además, están subiendo mucho los precios del gas, de la electricidad, de los productos... La gente solo piensa en sobrevivir". Sin embargo, admite que todavía "no hay pánico". Tan solo tensión.

Respecto a la relación entre ucranianos y rusos, este joven de 37 años asegura que "siempre nos hemos llevado bien" y que hasta hace unos años "no había diferencias entre unos y otros". "Tengo muchos familiares y amigos en Rusia y nunca he tenido problema con ellos. No nos odiamos como dicen", cuenta. Para Yegor, "son los políticos los que están manejando a la ciudadanía y convenciéndola de que tiene enfrentarse". Aun así, espera que con la ayuda de la Unión Europea y de la OTAN se consiga frenar el conflicto.