Con el fin  de promover el consumo de leche y otros productos lácteos en la población escolar, la Unión Europea, a través de la Organización Común de Mercados (OCM), concede ayudas a los centros escolares para financiar una selección de productos que contribuyan en mayor medida a fomentar unos hábitos alimentarios saludables y del consumo de productos locales. Para desarrollar el programa convocado por la UE -en aras también de conseguir los objetivos de la PAC de estabilizar los mercados, garantizar la seguridad de los abastecimientos, así como la demanda de estos productos en el futuro-, la dirección general de Producción Agroalimentaria y Cooperativas de Castilla-La Mancha ha sacado a concurso el suministro y distribución de leche ecológica en los centros escolares de la región. Un programa en el que se prevé puedan beneficiarse más de 80.000 alumnos de infancia y primaria con edades comprendidas entre 3 y 12 años, además de alumnos de Educación Especial de EBO y del Programa de Transición a la Vida Adulta (PTVA).

Dividido el concurso en tres lotes que comprenden las cinco provincias de Castilla-La Mancha, la subasta ha sido adjudicada íntegramente a Plataforma FEMAR, de Alcalá de Guadaira (Sevilla), por un importe de 307.339,82 euros. Una sociedad, según su web, que “se dedica a la distribución en todo el territorio nacional de productos de alimentación general y congelados”. Entre sus clientes se encuentran “hospitales, residencias geriátricas (públicas y privadas), hoteles, comedores escolares, caterings... de todo el país. Un contrato al que también optaron otras dos empresas de Jaén y Granada, tiene un plazo de ejecución desde el 1 de enero de 2024, o desde la firma del contrato si es posterior a dicha fecha, hasta el próximo 31 de julio y no contempla posibilidad de prórroga.

No obstante, parece que la empresa sevillana adjudicataria del concurso no goza de excelentes valoraciones, pues las denuncias por sus servicios se han sucedido en los últimos meses. En concreto, según sancionó y multó el pasado año la consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, por “incidencias en la cantidad y calidad de algunos productos” servidos en diferentes centros dependientes de la Administración autonómica madrileña. Según la acusación, FEMAR envió huevos podridos y agusanados y una lata de atún perforada con pérdida de aceite a la residencia infantil Las Azaleas de Colmenar Viejo.  También, a la residencia infantil Nuestra Señora de Lourdes, en Torrelodones, donde llegaron huevos con suciedad en la superficie, color oscuro y mal olor, e igualmente en el centro de primera acogida Isabel Clara Eugenia de Madrid donde se recibieron frutas "en condiciones no adecuadas". De la misma forma, siempre según la denuncia de la consejería madrileña, en el centro de primera acogida de Hortaleza  y en la residencia infantil de Arganda del Rey llegaron alimentos en mal estado.  A ellos se suman otras cuatro escuelas infantiles madrileñas ―Vallehermoso, El Valle, El Encinar y El Tomillar―, que han estado recibiendo “menús locos”, según manifestaciones al diario “El País” de Raquel Pérez, directora de El Tomillar, con “alimentos inadecuados, no recomendados o prohibidos” para niños de 0 a 3 años. Son tan sólo algunos casos.

Generalmente, los contratos públicos se adjudican a la oferta con mejor relación calidad-precio, imperando siempre criterios económicos y cualitativos. Mas parece que en el caso del suministro y distribución de leche ecológica a los centros escolares de Castilla-La Mancha por parte de Plataforma FEMAR, si bien ha sido más económico su presupuesto que el de sus competidores, la calidad que pueda ofrecer por este servicio se encuentra, al menos, bajo sospecha. Una prevención que tiene que aumentar ante la singularidad infantil de los consumidores del producto y también por tantas denuncias y multas como ha recibido la empresa sevillana de la Comunidad de Madrid.