Lleva tiempo Emiliano García-Page dando señales de alejarse de su matriz socialista, y construir en torno a su figura una marca propia más allá de las siglas del PSOE y de su presidente Pedro Sánchez. Un proceso que ya le permitió en 2019 alcanzar por mayoría absoluta la presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y apear de paso a Podemos, con los que tuvo que lidiar en el gobierno durante los cuatro años anteriores. Una mayoría en el gobierno regional que en el PSOE tan sólo hoy ostentan García-Page y Guillermo Fernández Vara en Extremadura.

El reciente desastre socialista en las elecciones andaluzas intranquiliza sobremanera a los barones socialistas, escaldados ya de otros procesos electorales celebrados con anterioridad en diferentes territorios del Estado. Una sensación cada vez más generalizada de que el votante castiga la gestión de la Administración socialista en general, presa continuamente de sus socios de Gobierno, y a Pedro Sánchez muy en particular. Una impresión que se ratifica igualmente cuando se conocen las inquietantes encuestas publicadas en los últimos días.

Unos sondeos que confirman la debacle socialista en el conjunto del territorio del Estado si hoy se celebrasen elecciones, aunque para ello sería necesario que el PP se aliara con VOX para poder gobernar. Incluso una de ellas- la publicada por OKDiario este lunes- señala que el PSOE no ganaría en ninguna de las provincias españolas y en alguna de ellas, como Toledo y Guadalajara, VOX incluso adelantaría a los socialistas.

Resulta evidente que el péndulo político de este país se inclina cada vez más a la derecha, y el PSOE de Castilla-La Mancha no está dispuesto a dejarse arrastrar por la corriente. Así lo viene manifestando el partido en la región cuando tiene ocasión, alejándose cada vez más de su matriz y reforzando la marca de Emiliano García-Page como gestor. Como lo acaban de hacer de nuevo dos de sus más destacados dirigentes en la región: Sergio Gutiérrez, secretario de organización, y Fernando Mora, presidente del PSOE en las Cortes regionales. Ambos políticos ya han anticipado que el programa electoral con el que concurrirán a las elecciones del próximo mes de mayo no es el del PSOE, “será el programa de Emiliano García-Page”, manifiestan convencidos.

Anunciaba recientemente el presidente de Castilla-La Mancha que no tiene “nada decidido” de cara a presentarse como candidato en las elecciones autonómicas 2023, pues no es “dueño” de sus propias decisiones. Incluso deslizaba que Ferraz puede que no le dejasen ser el cabeza de lista. Un discurso para la galería, pero temo que tras lo anunciado por los “monaguillos” Mora y Gutiérrez, el acólito Emiliano abandone definitivamente estos “hábitos”, dispuesto a continuar gobernando esta tierra durante los próximos años. Un procedimiento que le permitirá seguir acusando sin ambages a su “jefe para toda España”, cuando promueva iniciativas y componendas que no comparte en absoluto, y a continuar al frente del gobierno de Castilla-La Mancha hasta que sus ciudadanos decidan.