Se está notando en los últimos días una inusual agitación política en Castilla-La Mancha. Más actividad, más movimiento. La sombra de elecciones anticipadas que cubre la política castellano-manchega desde hace semanas parece que va tomando forma y los partidos de la región, por si acaso, empiezan a tomar posiciones y van moviendo sus fichas. En el entorno del Gobierno regional también se nota una mayor puesta en escena en estas últimas jornadas, tal vez pensando en ese posible adelanto electoral o, quién sabe, de forma estratégica ante el bloqueo que a día de hoy siguen sufriendo los Presupuestos de la Junta para este año.

Sea como sea, el Ejecutivo de Emiliano García-Page mantiene su intención de llevar unos nuevos Presupuestos a las Cortes castellano-manchegas, aunque por ahora no hay señales que indiquen que pueda aprobarlos ni con el apoyo de Podemos ni tampoco con el Partido Popular. Socialistas, populares y podemitas juegan sus cartas pero esconden sus estrategias y, ante la hipótesis de elecciones anticipadas en el otoño, no despejan ninguna incógnita en torno a los próximos pasos que vayan a dar. Nadie parece querer de verdad ahora mismo un anticipo electoral en Castilla-La Mancha, y menos teniendo en cuenta que de todas formas habrá que celebrar las autonómicas de 2019, pero tampoco hay indicios de que Page pueda sacar adelante los Presupuestos y desbloquear la vida política de la región.

Así las cosas, el juego de escaramuzas políticas es muy evidente en Castilla-La Mancha. Los partidos están alerta por la decisión que pueda tomar Page, si bien algunos analistas piensan que finalmente el presidente podrá salvar la legislatura y aprobar las cuentas públicas de la región, incluso con la abstención del propio Partido Popular. El malestar del Ejecutivo socialista con su ya exsocio de Podemos es cada día mayor y la desconfianza es muy grande. Puede ocurrir cualquier cosa y por eso el movimiento político se está intensificando y la sensación de campaña empieza a ser notable.