Leo en este digital: "Se agotan en segundos las entradas para ver a la Selección Española de Fútbol Sala en Toledo". Una buena noticia… ¿o no tan buena? Me explico, ¿cuánto hay de furor por el fútbol sala en esta venta exprés y cuánto de falta de instalaciones deportivas en condiciones en la capital regional? Y voy más allá… ¿Está Toledo preparada para acoger eventos deportivos de primer orden?
Lamentablemente, la respuesta que saco en claro echando un vistazo al estado del deporte en Toledo es que la ciudad no está, ni de lejos, preparada para acoger eventos como este agotadísimo España-Inglaterra de Fútbol Sala. Y eso pese a que Toledo ostenta, desde el pasado 1 de enero, el título de Ciudad Europea del Deporte 2025.
Todo esto pasa por el (mal) estado de las instalaciones. El pabellón Javier Lozano hace ya demasiado tiempo que no está en buena forma. Construido en 1982, vivió su último lavado de cara hace ya casi una década y su aforo para 1.700 personas -el previsto para el Toledo de hace 40 años- es más que modesto. Es casi la mitad de los espectadores que caben en el pabellón Primero de Mayo de Talavera (2.500) y está a años luz de instalaciones como el Quijote Arena de Ciudad Real (5.800). Ciudades que por tamaño, ubicación y número de habitantes, son muy similares a Toledo.
Soy consciente de que detrás de las citadas instalaciones deportivas de Talavera o Ciudad Real hubo equipos de élite internacional, pero me atrevo a dar un giro de tuerca a este argumento: ¿Toledo puede aspirar a llevar un equipo a la élite con las instalaciones que tiene?
Pues, de nuevo y lamentablemente, la respuesta es un rotundo no. Las instalaciones deportivas de la ciudad llevan demasiados años dejando mucho que desear. Casi los mismos que Toledo lleva sin tener ningún equipo competitivo en el ámbito nacional. ¿Tendrá esto algo que ver?
Por no hablar de lo que veo todos los fines de semana acompañando a mis hijos de pabellón en pabellón y de campo de fútbol en campo de fútbol. Cualquier pueblo de los alrededores de Toledo tiene instalaciones mejor dotadas que el Anexo Paulino Lorenzo o el Javier Lozano. Por no hablar del pabellón de la Escuela de Gimnasia, que iba estar listo en unos meses y creo que ya vamos por la segunda temporada perdida en obras…
Mucho me temo que, como dice un buen amigo, la capitalidad deportiva de Toledo "tiene mucho lirili y poco lerele". A los hechos me remito: instalaciones deportivas obsoletas, eventos de segundo nivel (Toledo no podría acoger, ni de lejos, un España-Portugal de fútbol sala)… Por no hablar de lo de siempre, como que se sigue sin dar visibilidad a deportes tan vinculados con la ciudad como la esgrima, que lleva años esperando una sede que la acoja…
Nos quedan 10 meses como Capital Europea del Deporte y acumulamos ya demasiadas promesas por cumplir. ¿Inauguramos alguna? Se verá.