El culebrón de Mohamed Salah y la Federación de Egipto sigue en su punto más álgido y parece no tener fin. Los derechos por la imagen del futbolista es el tema en cuestión que ha hecho que ambos se enfrenten. Ya hace unos días atrás el propio jugador del Liverpool pedía mediante su representante, Ramy Abbas, que la federación de su país velará por la seguridad y bienestar del futbolista durante las concentraciones con su selección.

De la misma manera también se pedía que se abstuvieran de realizar un uso indebido de la imagen del extremo. Ahora la guerra prosigue, ya que al parecer los aficionados de Egipto no paran de golpear constantemente la puerta del hotel donde se hospeda durante toda la noche para conseguir algún autógrafo o instantánea con el dos veces nombrado futbolista del año, así como en el campo de entrenamiento.

Ante este hecho, que obviamente no ha sido del agrado de Salah, su agente ha afirmado que si esta situación sigue así cada vez que dispute partidos con su selección tendrá que tomar medidas, ya que son hechos extradeportivos que afectan a la figura del extremo. Por este motivo, la Federación Egipcia podría recibir otra denuncia más de repetirse de nuevo mencionadas situaciones.

Salah con el Liverpool. Foto: Twitter (@MoSalah)

Exigencias del jugador

En una serie de misivas bomba enviadas a la EFA, el abogado del internacional egipcio ha emitido una serie de demandas extraordinarias. Estas iban relacionadas con el tema de la seguridad personal y los derechos de imagen del jugador.

En una de ellas, con fecha del pasado jueves 23 de agosto, enviada al presidente de EFA, Hany Abo Rida, Abbas lo acusaba de tratar a Salah de una "manera vergonzosa y aborrecible". Además de estas declaraciones, el gerente también dejaba claras algunas imposiciones.

La primera de ellas en relación con que la ETP debería de evitar que los individuos acampen fuera de la habitación de su hotel, molestando al jugador e invadiendo su privacidad. Asimismo, testificaba que tendría que "estar siempre acompañado por dos guardias de seguridad" y las llamadas telefónicas deberían "ser bloqueadas". Finalmente, el servicio internacional debería cumplir con la misión de levar al futbolista del conjunto inglés directamente al hotel de "la manera más discreta posible".