El truco de Metal Gear Solid para esquivar a los guardias sirve contra la IA

El truco de Metal Gear Solid para esquivar a los guardias sirve contra la IA

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Solid Snake es real: así han conseguido engañar a una Inteligencia Artificial militar

Un nuevo libro revela que los problemas que tienen las IA comerciales no son muy diferentes de los que tienen los proyectos militares que usan esta tecnología.

19 enero, 2023 20:57

Mucha gente se extraña de que Google aún no haya lanzado una Inteligencia Artificial propia que compita contra ChatGPT; aunque ya hay una en desarrollo, llamada Sparrow, sus creadores justificaron la tardanza en “la precaución” necesaria con estos proyectos.

[Intentan crear un videojuego con Inteligencia Artificial, y el resultado da que pensar]

Y es que, aunque una Inteligencia Artificial puede ofrecer resultados increíbles, no es menos cierto que cuando falla, también es increíble pero en otro sentido. Cuando creamos imágenes por IA, por ejemplo, es fácil encontrarse caras deformadas o manos con demasiados dedos, fallos que un autor humano nunca dejaría pasar.

Engañando a una IA militar

Esto es algo que ocurre con todas las IA. Básicamente, una Inteligencia Artificial sabe imitar el comportamiento humano, pero no sabe por qué. Sabe que lo que debería hacer, pero no comprende la motivación ni el objetivo final; por eso son buenas realizando tareas concretas, pero muy malas en cuanto los parámetros cambian y se ve obligada a adaptarse.

El ejemplo más gracioso de esta limitación lo hemos visto esta semana, gracias a Shashank Joshi de The Economist, que ha publicado en Twitter una página del nuevo libro del experto militar Paul Scharre en el que detalla un ejercicio militar usando Inteligencia Artificial.

El objetivo de las maniobras era usar la experiencia de un grupo de marines de los Estados Unidos para mejorar la detección de intrusos de un robot con cámaras e Inteligencia Artificial. Inicialmente, fue un ejercicio algo aburrido, ya que los soldados sólo tenían que andar cerca del robot para que este ‘aprendiese’ lo que tenía que detectar.

Cuando terminaron, las cámaras del robot eran capaces de detectar la presencia de soldados y satisfechos con el resultado, los ingenieros decidieron cambiar el “juego”: ahora los marines tenían que vencer a la IA. El desafío era sencillo: si cualquiera de los ocho soldados podía acercarse al robot y tocarlo sin ser detectado, ganarían.

Los creadores de la IA parecían seguros de su victoria, pero su derrota fue vergonzosa: ninguno de los ocho soldados fue detectado, y lo mejor es que comprendieron rápidamente cuál era la debilidad del robot: que estaba buscando a personas, y sólo a personas.

Las tácticas que usaron para acercarse al robot parecen más propias de unos dibujos animados que de soldados profesionales. Uno consiguió acercarse al robot haciendo volteretas durante la distancia de 300 metros que les separaba. Otro cogió las ramas de un árbol y se las pegó al cuerpo, y pudo acercarse al robot como si fuese un árbol andante.

Tal vez lo más ridículo fue el caso de dos marines que simplemente se pusieron cajas de cartón encima; aunque estaban riéndose durante todo el trayecto, el robot no les detectó. Es exactamente la misma táctica que Solid Snake usaba en el juego Metal Gear Solid, y quién sabe si fue la inspiración que tuvieron los soldados.

De esta manera, los profesionales dejaron en evidencia el gran problema de la IA: que estaba buscando figuras humanas. Cualquier guardia humano les hubiera pillado instantáneamente, porque comprende que esos siguen siendo intrusos, aunque se estén comportando de manera extraña; pero una IA no comprendía eso, y al no encajar con la idea que había aprendido de “intruso”, los dejó pasar.

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