Adonis. Foto: F. D. Quijano

No solo es el autor más destacado de la poesía árabe contemporánea; es el principal responsable de llevar la poesía árabe a la contemporaneidad. Eterno candidato al Nobel -aunque rechaza con un enérgico gesto cualquier alusión al tema-, el poeta sirio-libanés Adonis (Qasabín, Siria, 1930) recibe este jueves un homenaje en la Casa Árabe de Madrid en el que estará acompañado de sus dos principales traductores españoles, la poeta Clara Janés y el arabista Federico Arbós, grandes conocedores de su obra y de la literatura árabe.



Adonis, seudónimo de Ali Áhmed Saíd Ésber, aprovechará la ocasión para presentar su último libro publicado en español: el segundo tomo de El Libro (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo), traducido y prologado por Arbós, que forma parte de una ambiciosa y exigente trilogía en la que el autor simula ser comentarista de un manuscrito de Al-Mutanabbi, el poeta árabe clásico más importante, que vivió en el siglo X de nuestra era.



El Libro es un homenaje a todos los rebeldes árabes y una crítica a las barreras creadas por el poder"

El autor utiliza en esta obra, escrita originalmente entre 1995 y 2002, una estructura formal compleja que divide cada página en varias partes gráficamente diferenciadas, con textos que discurren en paralelo y se complementan entre sí. En una columna recrea la autobiografía íntima de Al-Mutanabbi, que vivió su etapa de mayor esplendor al servicio del emir Saif Al-Daula en la hoy devastada Alepo. Debajo, precedidos por un asterisco, breves poemas en forma de coda. Al margen, Adonis emplea otra voz para consignar los hechos históricos del mundo árabe en aquella época, o, como dice Arbós, "desgrana el largo rosario de la violencia del poder" y al pie, numerosas notas del autor que contextualizan la narración. "Trece años después de la aparición del primer tomo de El Libro en esta misma colección, editores y traductor nos arriesgamos a ofrecer este segundo tomo a los escasos, pero fieles, lectores españoles de poesía", declara el arabista al comienzo de su prólogo.



Un día antes del homenaje, Adonis conversa con El Cultural y explica así el libro a sus lectores españoles: "En primer lugar, cualquier poeta intenta crear un vínculo con su herencia cultural. Yo he querido recrear la historia árabe de modo que sea mi propia historia personal. En segundo lugar, cualquier relación con el pasado se basa en la crítica. Al volver a la historia antigua, he querido establecer una crítica con dos caras, positiva y negativa. Por una parte, El Libro es un homenaje a todos los rebeldes, intelectuales y poetas de la historia y la literatura árabe. Por otra, es una crítica a las barreras creadas por el poder y los políticos".



Adonis, afincado en París desde 1982 a causa de la invasión de Israel durante la guerra civil libanesa, asegura haberse inspirado en Homero, en el Fausto de Goethe y en la Divina comedia de Dante, "con la diferencia de que yo no he viajado al mundo celestial, sino que he entrado en la vida cotidiana de los árabes". Además, destaca la novedad de la forma empleada: "Son cuatro textos pero forman una unidad. Esto es algo muy original, no solo en la literatura árabe, sino también en la literatura occidental. No quería emplear una forma narrativa como Homero o Dante, sino una forma similar a la del texto teatral, que funcionara como una red".



Primera página de El libro (II), de Adonis (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo)

Pregunta. Partiendo del legado de la poesía clásica, usted (y otros compañeros de generación) se atrevió a renovarla a partir de los años cincuenta. ¿Cuál fue el principal motivo que le llevó a ejercer esa renovación?

Respuesta. Para mí crear significa transformar. El arte es cambiar, si no sería una repetición y no significaría nada. Crear y escribir es como enamorarse de una persona, y esa energía es lo que cambia el mundo. Esta transformación en la poesía implica crear una nueva relación entre la palabra y el significado, entre el autor y el lector. Eso es lo que he intentado hacer dentro de mi renovación de la poesía clásica.



P. Hay varios elementos en su poesía que establecen un vínculo con España, como la influencia de García Lorca en Epitafio para Nueva York o la alusión a Al-Ándalus en Prólogo a la historia de los reyes de Taifas… ¿Cuál es su relación y su actitud hacia este país?

R. Los árabes vinieron a la Península Ibérica y estuvieron aquí ocho siglos, por eso mi relación con España tiene un carácter especial. La identidad propia se construye a partir de la relación entre el yo y el otro, y el contacto con España a través de la historia me ha aportado una nueva sensibilidad y me ha abierto otros horizontes. Hay una relación muy particular entre lo árabe y lo español, una influencia mutua.



La mentalidad islámica tiene miedo de que el cambio se produzca contra la religión, pero no tiene por qué ser así"


P. Su poesía ha oscilado entre distintos grados de compromiso social, político e histórico. ¿Cuál es su postura al respecto hoy? ¿La poesía debe inmiscuirse en los problemas más inmediatos de la realidad?

R. El desarrollo de la trayectoria poética es como la relación entre un niño y un viejo, que es la misma persona. Al fin y al cabo un poeta es un punto de encuentro entre todas las corrientes y tendencias que hay en una sociedad, todas desembocan en el poeta, que tiene que reflejar todo ello. Por tanto debe escribir una poesía de compromiso social, pero independiente de la ideología, porque esta devalúa la poesía. La poesía es como un árbol que crece y que debe dar sus frutos al mundo, pero sin ideología.



P. Usted ha clamado a menudo -por ejemplo en su libro Violencia e islam (Ariel, 2016) la necesidad de una separación entre la religión y el estado en los países árabes. ¿Qué cree que hace falta para que esto se haga realidad algún día?

R. Cualquier transformación o cambio social es difícil de construir. La situación de Europa en la Edad Media era peor que la situación en el mundo árabe hoy, pero en Europa se produjo el cambio, aunque fue difícil. La mentalidad islámica tiene miedo de que el cambio se produzca contra la religión, pero no tiene por qué ser así. En Europa aún está presente la Iglesia. Además la religión no se debe imponer a toda una sociedad, sino que debe considerarse una relación individual entre el ser humano y su fe personal. Imponerla es un acto de violencia.



P. ¿Qué parte de culpa tiene occidente en la falta de progreso de Oriente Próximo?

R. Europa, y ahora EE. UU., han tenido un papel importante en el impedimento del desarrollo del mundo árabe. Occidente lo ha convertido en un espacio estratégico y en una fuente de riqueza material. Por eso, en el fondo EE. UU. y Europa (que desgraciadamente es su marioneta), quieren que el mundo árabe se quede como está, atrasado y sumido en el oscurantismo. Los acontecimientos en los países árabes desde hace diez años hasta el día de hoy lo demuestran, ya que Europa ha apoyado a los movimientos islamistas con armas y dinero. ¿Cómo ha podido Occidente cometer esta barbaridad?



P. Vive en el exilio desde 1982, ha sufrido amenazas de muerte por su defensa de la laicidad… ¿Qué sacrificios ha tenido que hacer por sus principios?

R. Yo no considero que vivo en el exilio porque el ser humano nació exiliado. Cambié la tierra y las relaciones del exilio, pero todo ser humano vive en su propio exilio.



P. ¿Cómo ver la situación actual del conflicto en Siria?

R. Es muy complejo lo que está pasando. Hay que reconocer a la gente que ha sido paciente y ha aguantado, y a toda la gente que ha muerto. Los pueblos que buscan la libertad siempre pagan una factura. Pero una vez que se haya terminado todo habrá que preguntarse: ¿qué significa Europa? ¿Qué significa Estados Unidos? ¿Quiénes son?



P. En 2012 le dijo a Luis García Montero que las muertes de los sirios en esta guerra no servirían para nada. ¿Hoy sigue pensando lo mismo?

R. En Siria llega un avión, bombardea, muere gente y es como si nunca hubiera existido. El ser humano no tiene ningún valor. En la época soviética, por ejemplo, si nos enterábamos de que el cuerpo de inteligencia estaba observando o controlando a la gente, los intelectuales protestábamos, lanzábamos comunicados. Hoy cuatro países árabes han sido destruidos, han muerto millones de personas en Irak, Libia o Siria, los museos han sido saqueados, grandes ciudades han sido destruidas, las mujeres han sido violadas, y no ha habido ningún manifiesto por parte de los intelectuales europeos en contra de todos esos crímenes.



El fundamentalismo islámico es solo un pequeño punto dentro de este mar de oscuridad en el que vivimos"

P. Usted sigue publicando sus obras en árabe en Beirut, donde vivió muchos años antes de establecerse en Francia. ¿Qué representa hoy Líbano para sus países vecinos?

R. Líbano hoy tiene más de 20 grupos religiosos, y a pesar de eso se ve como un país con una unidad fuerte. Es un país abierto y un proyecto continuo de futuro, y los ciudadanos están comprometidos en la construcción de este futuro. El Líbano para mí es como una casida [un tipo de poema árabe] que se escribe una y otra vez y nunca termina.



P. ¿Lo ve como el espejo en el que tendría que mirarse el resto del mundo árabe?

R. Sí, creo que Beirut es la ciudad más importante en el mundo árabe en todos los aspectos.



P. ¿Cómo ve las tensiones sociales en Francia?

R. Lo que está pasando en Francia es una muestra de lo que está pasando en toda Europa en distinto grado, que está viviendo una crisis política, económica y social. El continente ha sido a lo largo de la historia una potencia mundial pero desgraciadamente se ha convertido en una marioneta de Estados Unidos y se ve conducida por el fundamentalismo protestante, que es peor que el islamismo.



P. Estamos viendo un auge de la extrema derecha en distintos países. ¿Cómo percibe esto alguien que siempre, desde la elección de su seudónimo de poeta, ha defendido la mezcla de culturas?

R. Se está produciendo un cambio en Europa a nivel político, cultural y social muy profundo. La batalla de los intelectuales debe ser contra esa involución religiosa que se está produciendo en Occidente. Así las cosas, en una vista panorámica de todo lo que está pasando en el mundo, el fundamentalismo islámico es solo un pequeño punto dentro de este mar de oscuridad en el que vivimos.



@FDQuijano