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En 2016 aumentó ligeramente y por tercer año consecutivo la facturación del gremio hasta alcanzar los 2.317 millones, lejos aún de los 3.185 del máximo anterior a la crisis. La oferta supera ampliamente a la demanda: 224 millones de ejemplares publicados frente a 157 millones vendidos.

El sector editorial está deseando sacudirse de una vez por todas la losa de la crisis, que en los últimos tres años ya se ha ido resquebrajando. Tantas ganas tiene que el presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, Daniel Fernández, se ha atrevido a afirmar, basándose en un incremento interanual del 2,7 % de la facturación en 2016, que "leer está de moda". Lo ha dicho este jueves en la sede de la Asociación de Editores de Madrid, donde se ha presentado un avance del Análisis del Mercado Editorial en España: Comercio Interior y Exterior.



Cierto es que el año pasado fue el tercero consecutivo en que la cifra mejoró, tras un descalabro que duró cinco ejercicios, de 2009 a 2013. La cifra absoluta de la facturación del año pasado fue de 2.317 millones de euros, lejos todavía del máximo de 3.185 millones alcanzado en 2008, justo antes de que empezaran a notarse en el sector los efectos de la insospechada y descomunal recesión general. Para acercarse de nuevo a aquella cifra, tendría que recuperarse el alto volumen de compras que hacían las administraciones para abastecer a las bibliotecas públicas, pero "las bibliotecas no están comprando", señala el presidente del gremio.



Para Fernández, 2014 fue el año de una "cierta recuperación" y 2015, el de la "recuperación cierta". Los datos de 2016, en su opinión, sirven para corroborar el cambio de tendencia, con un añadido positivo: si en 2015 el incremento en la facturación recayó sobre todo en el sector del libro de texto, en 2016 el crecimiento se produce con un mayor equilibrio entre las distintas materias. Si bien, aunque los libros de literatura aumentaron un 1,4 %, su parte del pastel se reduce del 19,5 al 19,3 %. En la categoría de infantil y juvenil (no incluida en la anterior), el aumento fue del 7,1 %; el libro científico-técnico y universitario creció un 8 %; el libro de texto no universitario, un 3,1 %; el de ciencias sociales, un 9,6 %. Por otra parte, la facturación de los libros prácticos disminuyó un 10,8 %; y la de los diccionarios y enciclopedias y la de los cómics, un 0,7 %.



Más títulos, tiradas más pequeñas

En 2016 el sector editó 81.496 títulos, lo que supone un 1,6 % más que el año anterior. En febrero la Agencia del ISBN, gestionada por la FGEE, ya reveló esta cifra, aunque advirtió que la cifra se había inflado debido a un cambio en el sistema de asignación del código ISBN en 2015, provocando que muchos de los títulos que lo solicitaron ese año lo obtuvieran en 2016. En cualquier caso, el gremio asegura que ha depurado los datos estadísticamente para hacer la comparativa con el ejercicio anterior.



Dos datos del informe revelan un hecho significativo: en España se publica mucho más de lo que se vende. Así, en 2016 se publicaron 224,05 millones de ejemplares frente a los 157,23 millones de ejemplares vendidos. Aunque se publicó un poco menos (0,5 %) y se vendió un poco más (1,2 %) que el año anterior, el dato podría interpretarse como aval de quienes opinan que en España se edita demasiado. No obstante, el presidente de FGEE considera que el volumen de ejemplares editados anualmente y el total de títulos disponibles en nuestro país (620.000, un 5,7% más que en 2015) "no difiere demasiado de los países de nuestro entorno" y, en cuanto a una presunta primacía de la cantidad por encima de la calidad, opina que es tarea de cada editor "levantar la bandera de su catálogo y responder por él". También considera que este incremento del total de títulos a la venta -con independencia de su año de edición- demuestra que "los editores están haciendo un esfuerzo importante por mantener vivo su catálogo".



Otro fenómeno destacable del avance del informe es la reducción de la tirada media, que se sitúa en 2.749 ejemplares por título (un 2,1 % menos que en 2015), un hecho que explica el aumento de títulos el descenso de ejemplares editados. Por otra parte, actualmente hay 727 empresas privadas agremiadas, un 7,6 % menos, descenso que la federación achaca en gran medida al proceso de concentración editorial generado por las compras, fusiones y fagocitaciones que llevan a cabo los grandes grupos empresariales, además de otros casos en los que las editoriales se dan de baja del gremio sin que ello implique su desaparición.



En cualquier caso, el gremio interpreta el conjunto de los datos con optimismo. "Después de un largo tiempo de siembra, nos vamos acercando al tiempo de la cosecha", sostiene Fernández. Además celebra el "cambio de talante" del Ministerio de Cultura desde la llegada de Íñigo Méndez de Vigo y su secretario de Estado, Fernando Benzo, materializado hace dos meses en el Plan de Fomento de la Lectura 2017-2020, que contempla además incentivos fiscales, "cosa que no había pasado en toda la historia de nuestra democracia", subraya el presidente de los editores. "Por eso estamos más esperanzados, sin dejar de estar reivindicativos". En este último apartado, reclama más medios económicos y humanos para la sección segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual para luchar contra la piratería, que no solo afecta a la música y al cine.



El libro digital, rezagado y con el lastre del 21 %

La vicepresidenta de FGEE, Rosalina Díaz, ha expuesto los datos del sector del libro digital, que en 2016 editó 45.658 títulos (incluyendo aquellos que son editados también en papel) y vendió 12,3 millones de ejemplares. La facturación fue de 117,19 millones de euros, con un incremento del 1,5 % que sin embargo no oculta "la ralentización detectada a escala global en las ventas de este formato". Además, el formato digital solo supone un 5 % de la facturación total del sector. Con un precio medio de 9,50 euros (frente a los 14,74 del formato impreso), Díaz confía en que la Unión Europea permita por fin una bajada del IVA del libro digital, que actualmente es del 21 %, para equipararlo al 4 % del que goza el libro en papel.



Exportaciones a toda vela

"¿Y las exportaciones qué? Con lo importantes que son y no preguntáis por ellas, os importan tres pimientos", bromeaba Antonio María Ávila, secretario ejecutivo de la FGEE y encargado de desgranar los datos del informe. Pues bien, las importaciones en efecto son uno de los pilares del sector del libro español y crecieron en 2016 un 3,5 % hasta alcanzar los 571,77 millones de euros. Dentro de esta cifra hay que distinguir entre el sector editorial (libros que las editoriales españolas fabrican aquí y que luego exportan) y el sector gráfico (principalmente libros y fascículos que se imprimen aquí por encargo de editoriales extranjeras y luego se exportan). El primer grupo alcanzó los 372 milones de euros y el segundo, 199 millones. Por otra parte, las importaciones se redujeron un 11,6 % hasta los 201 millones de euros, sobre todo por la disminución de encargos de editoriales españolas a imprentas de China. Con todo, la balanza comercial del sector del libro refleja un saldo positivo de 370,45 millones de euros, un 14,2 % más que en 2015.



El caos de los libros de texto

Además de la falta de compra por parte de las administraciones públicas, el sector echa en falta una mejor organización por parte de las comunidades autónomas que ofrecen de manera gratuita los libros de texto en los colegios. Ávila pone como ejemplo de buen funcionamiento a la comunidad andaluza. Su sistema, vigente desde hace una década, se basa en cheques que se entregan a las familias para ser canjeados en las librerías no perjudica a ningún agente de la cadena del libro. Según explica la federación de editores, los libros comprados con los cheques de la Junta son reutilizados por las siguientes promociones durante tres o cuatro años y los ciclos de uso se van escalonando para que todos los años el volumen de compra de nuevos libros sea similar, lo cual otorga estabilidad a los editores a la hora de invertir en producción. En cambio, el secretario ejecutivo y el presidente de FGEE señalan que en Madrid se acaba de aprobar un sistema en el que serán las familias las que, de manera voluntaria, cederán los libros de sus hijos a los centros educativos para que otros niños puedan reutilizarlos, lo cual genera "inseguridad y confusión" al gremio.



@FDQuijano