Bob Dylan

El plazo expiraba el 10 de junio y unos pocos días antes por fin Bob Dylan ha enviado, grabada, la conferencia de aceptación del Nobel de Literatura que le permitirá cobrar los 819.000 euros con los que está dotado. La Academia Sueca confiaba en que el cantautor, que tampoco acudió a la ceremonia de entrega del premio el pasado 10 de diciembre en Estocolmo, se prestase a dar la conferencia en persona aprovechando un concierto que tenía esta primavera en la capital nórdica, pero se ha tenido que conformar con la versión enlatada enviada desde Los Ángeles.



Desde la concesión del Nobel de Literatura a Bob Dylan, el debate acerca de si las letras de canciones son literatura o no ha sido intenso, y el propio artista, al principio del discurso, reconoce haber reflexionado también sobre ello desde que supo la noticia. "Cuando recibí este Premio Nobel de Literatura, tuve que preguntarme cómo se relacionan exactamente mis canciones con la literatura. Quería reflexionar sobre ello y ver dónde estaba la conexión. Voy a intentar expresarlo con claridad para vosotros. Y muy probablemente lo haga dando rodeos, pero espero que lo que diga merezca la pena y sea significativo".



El autor de A hard rain's a-gonna fall (canción que interpretó Patti Smith en la ceremonia para mitigar el desplante del galardonado) comienza su conferencia remontándose a los orígenes de su vocación. "Si tuviera que volver al comienzo de todo, supongo que debería empezar por Buddy Holly", explica Dylan. Desde la primera vez que lo oyó, se sintió identificado con él y lo tomó por una especie de hermano mayor. "Buddy tocaba la música que me encantaba, la música con la que crecí: country western, rock 'n' roll y rhythm and blues". Más tarde viajó cien millas para verlo en concierto, justo unos días antes del "día en que murió la música", como bautizó la prensa al accidente de avioneta en el que perdieron la vida Ritchie Valens, J. P. "The Big Bopper" Richardson y el propio Buddy Holly.







En su discurso, Dylan también reconoce como influencia poderosa al compositor e intérprete Leadbelly y otros músicos de blues y folk que descubrió gracias a la contraportada de un disco de aquel, músicos como Sonny Terry and Brownie McGhee, los New Lost City Ramblers y Jean Ritchie. El joven Dylan se independizó y se consagró a aprender aquellas canciones de folk antiguo que eran tan diferentes a la música que oía en la radio. "Estas canciones eran más vibrantes y veraces". Armó un completo repertorio que cantaba ante audiencias de cinco personas, a menudo en la calle: "Escuchando a todos los artistas de folk tradicional y cantando las canciones tú mismo, aprendes lo vernáculo. Lo interiorizas. Lo cantas en blues al estilo ragtime, canciones de trabajo, canciones marineras de Georgia, baladas de los Apalaches y canciones de vaqueros. Oyes todos los matices y aprendes los detalles". Todo aquel bagaje entró en juego cuando Dylan empezó a componer sus propias canciones: "Podía conectar todo aquello y trasladarlo al presente. [...] La jerga del folk era el único vocabulario que conocía, y la utilicé".



"Pero tenía más cosas. Tenía principios y sensibilidades y una visión informada del mundo. Y había tenido todo eso desde hacía tiempo. Lo aprendí todo en la educación secundaria. Don Quijote, Ivanhoe, Robinson Crusoe, Los viajes de Gulliver, Historia de dos ciudades, y el resto de típicas lecturas de instituto que de da una manera de mirar la vida, una comprensión de la naturaleza humana y un estándar para medir las cosas. Tomé todo eso cuando empecé a componer letras. Y los temas de aquellos libros se colaron en muchas de mis canciones, ya fuera de manera consciente o inconsciente. Quería escribir canciones que no se parecieran a nada que nadie hubiese oído, y esos temas fueron fundamentales".



Dylan prosigue su conferencia desgranando con un estilo coloquial y crudo los argumentos de tres libros que le marcaron especialmente: Moby Dick, que trata de "cómo diferentes hombres reaccionan de maneras diferentes a la misma experiencia"; Sin novedad en el frente, una novela del veterano alemán de la Gran Guerra Erich Maria Remarque que el Nobel define como "un libro en el que pierdes tu infancia, tu fe en un mundo con sentido y tu preocupación por los individuos"; y, finalmente, La Odisea. Todo lo que le sucede a Odiseo, según Dylan, "también te ha pasado a ti. A ti también te han puesto droga en el vino. Tú también has compartido cama con la mujer equivocada. Tú también has sido hechizado por voces mágicas, dulces voces con extrañas melodías. Tú también has llegado lejos y has sido barrido de vuelta por el viento. Y también has escapado por los pelos. Has enfadado a gente que no debías. Y también has vagado por todo este país. Y también has sentido ese viento enfermo, ese que no sopla a tu favor".



Todo lo anterior conduce a una pregunta y su consiguiente respuesta: "¿Qué significa todo esto? Yo mismo y muchos otros cantautores han sido influidos por todos estos temas. Y pueden querer decir muchas cosas distintas. Si una canción te conmueve, eso es todo lo que importa. Yo no tengo que saber qué significa una canción. [...] Las canciones son distintas a la literatura. Son concebidas para ser cantadas, no leídas. Las palabras de las obras de Shakespeare fueron concebidas para ser representadas sobre el escenario. Del mismo modo en que las letras de las canciones son concebidas para ser cantadas, no leídas en una página. Y espero que algunos de vosotros tengan la oportunidad de escuchar estas letras de la manera en que fue planeado: en concierto o en grabación o comoquiera que la gente oiga ahora las canciones. Vuelvo una vez más a Homero, que dice, «Canta en mí, oh musa, y a través de mí narra la historia»".



@FDQuijano