Azaña y Valle-Inclán, entre otros, en "La Cacharrería" del Ateneo

"El Ateneo ha sido siempre el buque insignia del liberalismo español, y por eso amamos esta institución". Lo dijo ayer José Luis Abellán, ateneísta e historiador de la filosofía, en la presentación de Ágora de la Libertad. Historia del Ateneo de Madrid (La Esfera de los Libros), de Víctor Olmos, y resume el papel que el Ateneo ha tenido aquí, en España, desde su fundación, en 1820, al principio como mera agrupación cultural, política y liberal en contra del absolutismo, hasta hoy mismo. En el acto, celebrado en un salón de actos repleto, participaron, además de Abellán, el periodista Pedro J. Ramírez, que ha escrito el prólogo; el historiador Francisco Villacorta; el director del Ateneo, César Navarro; y el propio autor.



Lo que se publica ahora es el primero de los dos tomos que completarán la primera historia completa de una institución que, en palabras de Villacorta, ha sido, en los dos últimos siglos, "la gran mediadora" entre el poder y la sociedad civil; "la casa en la que todo el que ha tenido algo que decir, ha podido decirlo" y la gran representante de la Ilustración en España. Abellán quiso reivindicar la importancia del Ateneo aun hoy, pues sus valores, dijo, "son fundamentales para la buena salud de la democracia española". "Incluso en los momentos difíciles, sobre todo durante las dos dictaduras y particularmente en la de Franco, aquí hemos podido reunirnos y hablar con total libertad", dijo el historiador; y definió el trabajo de Olmos como "una obra amena, en la que el autor hace gala de una pluma ágil y de sobrado rigor histórico". "La causa del Ateneo es la causa de la razón", señaló Ramírez, "y lo sigue siendo en un momento en que la razón está asediada".



"El espíritu cultural y bohemio de la Docta Casa me hizo entender ese mensaje que emana de dignificación en la cultura y por la cultura -dijo César Navarro-. En sus paredes respiré las ideas que impulsaron a Larra, Espronceda y otros intelectuales acosados por Fernando VII a crear el Ateneo de Madrid en el primer tercio del siglo XIX (el tercero del mundo tras los de Londres y Boston). En su biblioteca leí compulsivamente libros hasta altas horas de la noche. En sus estancias debatí, discutí, polemicé, intercambié ideas. Por sus puertas entraron en el pasado no solo los personajes más importantes del siglo XIX y del siglo XX, sino también las ideas, los valores que con ellos venían; los derechos humanos, la Institución Libre de Enseñanza, el krausismo, la abolición de la esclavitud, la liberación de los pueblos y en definitiva la Ilustración".



Ágora de la Libertad... cuenta el primer siglo (hasta la dictadura de Primo de Rivera) de la denominada "Holanda de España", bautizada así "por la libertad con que en sus salones y cátedras se trataban problemas científicos, políticos, literarios y artísticos". Historia viva de nuestro país, como demuestra el hecho de que nueve presidentes de la nación, entre ellos Cánovas del Castillo y Moret, y el primer premio Nobel español, José de Echegaray, la hayan dirigido. En su intervención, Pedro J. Ramírez recordó a Larra, que al volver de Francia a finales de 1835, y después de buscar un periódico en el que escribir, se hizo socio del Ateneo. De hecho Larra fue el primero en ser admitido, como recordó el exdirector de El Mundo, al día siguiente de publicar su primer artículo ("Fígaro de vuelta") en el periódico El Español.



La elección de Larra, por un sistema de bolas negras y blancas; la inclusión de Emilia Pardo Bazán, la primera mujer, en 1905; el nacimiento de su espectacular biblioteca y la vida, el paso por la institución de figuras como Galdós, Sara Bernhardt, Einstein, Joaquín Costa, Azaña, Ortega y Gasset componen la obra de Víctor Olmos, en cuyo proceso de publicación, debido a los problemas financieros del Ateneo, no han faltado los obstáculos. Por esa razón Olmos, que ha renunciado a sus derechos de autor, tuvo un agradecimiento especial para La Esfera de los Libros. "Soy consciente de que la crisis del Ateneo -dijo el director, César Navarro- no solo es económica, sino que forma parte de lo que padece la sociedad entera. En este contexto el Ateneo no puede ser como una isla, pero sí como una vanguardia, como lo fue en el pasado".