Francisco Umbral. Foto: Archivo

El Círculo de Bellas Artes de Madrid acoge hoy miércoles, a partir de las 20.00 horas, la presentación del libro El tiempo reversible (Ed.Círculo de Tiza), antología de la producción 'columnística' de Francisco Umbral desde el 76 hasta el 99. El volumen incluye una columna de 2007 a modo de epílogo. El acto contará con la presencia del director de EL MUNDO, Casimiro García- Abadillo, de Antonio Lucas, Juan Cruz y de Manuel Jabois.

Francisco Umbral (Madrid, 1932), placer de los días, 'snob' que creó el ‘spleen' de Madrid, leyenda de la escritura en los periódicos, se vanagloriaba de no haber dado nunca una noticia o una exclusiva. Y pese a todo, Umbral nos regaló la crónica diaria de un país que se fue forjando entre folclóricas que defraudaban algo más que faralaes, entre marquesas que se codeaban con la progresía; entre tecnócratas arribistas, falangistas reconvertidos, entre socialistas poco utópicos y una serie de personajes entrañables (Tierno Galván, el Padre Llanos, Ramoncín, el primer Miguel Bosé…) a los que Paco Umbral otorgó categoría de Historia con aquel recurso suyo de la negrita tipográfica, que si no bien no fue de su patente original, bien que la mereció. Porque la negrita de Umbral permite trazar un recorrido histórico a través del nombre propio, y todo eso sin que el apellido concreto quede fosilizado, más bien todo lo contrario. Y así lo hizo en EL MUNDO y en EL PAÍS.



La antología de El tiempo reversible recopila las mejores columnas de Umbral desde el año 76 hasta el 99, además de un texto de 2007 en el que la histórica firma de EL MUNDO y de EL CULTURAL rememoraba su Sacrosanta Transición, cuando el mundo era "tan perfecto que incluso se glosaba a sí mismo a medida que nos invadía la Historia", cuando en España "pasamos de un liberalismo heredado a un socialismo liberal".



El columnismo de Umbral aquí expuesto, despojado de la maqueta moral, temporal y periodística del heraldo, atraviesa "el Madrid del tardofranquismo, el socialismo felipista, el aznarismo macho, la noche de Ramoncín, hecha de guerra y marfil, el inconformismo de Gallardón y otros gallardones más municipales que una acacia". Y se reverdece por sí solo.



Francisco Umbral quizá creyó no haber dado nunca una exclusiva, pero se adelantó a su generación y a otras y, haciendo lirismo en prensa, marcó un sendero periodístico que está hoy más presente que nunca. En esto insiste la editora del libro, Eva Serrano, que arguye que "Umbral es el retratista de una época irrepetible", el fedatario del "cambio que vivió la sociedad española" cuando aconteció aquel "encantamiento que terminó de romperse con la llegada en tromba de una crisis inimaginable que dejó las costuras del sistema al aire."



En Umbral no hubo una vocación preconcebida de superponerse a su momento histórico, pero sí un estilo y una mirada avanzada que no quedaba en lo meramente noticiable, sino que transgredía los libros de estilo dentro de ese pacto sagrado con el lector que es una columna periodística. Y es que este compromiso para Umbral era algo sagrado y obsesivo: la condena gozosa y diaria del artículo. El fallecido columnista de EL MUNDO tenía un oído especial para el rugir de la calle, para constreñir la actualidad en una pieza periodística que tenía alma de soneto, verdad de anónimo de Quevedo, y la fuerza de hacer cimbrear a un Gobierno desde el tableteo de una máquina de escribir.



El tiempo reversible repasa casi treinta años de producción 'umbraliana' compilados por uno de sus mayores especialistas, Eduardo Martínez Rico, para quien el libro pretende, entre otras cosas, "hacer un relato de la Transición en sentido amplio", y por ello se han rescatado columnas "representativas" y de "gran calidad literaria". Eternas por "su maestría".



Insiste Martínez Rico en que "quería contar la Transición hasta la abdicación de Juan Carlos, pero obviamente Umbral murió siete años antes. En todo caso hemos elegido aquellas columnas en las que aparecieran iconos de la Historia, políticos inolvidables, emblemas de la Movida y de la Cultura. Es una antología que no se ha hecho hasta entonces y que muestra la madurez de Umbral en dos de los principales periódicos de este país".



De alguna manera el libro quiere redundar en un aspecto en el que incide la editora Eva Serrano: que bajo la "cotidianeidad aparente", Francisco Umbral logra "escribir deprisa porque ha leído despacio".



Concluye Antonio Lucas en el prólogo a "El tiempo reversible" que hoy mismo la obra umbraliana en prensa mantiene "indiscutible el pulso" ante "un mundo liso". Y que eso, a Umbral, "no se le perdona"…