El futuro de los formatos físicos de cualquier tipo de publicación en papel sigue siendo tema de preocupación. No ha estado exenta la Real Academia Española y su diccionario. Hace escasamente tres semanas lanzaron la muy esperada 23° edición del DRAE que traía consigo 5.000 nuevas acepciones. Pero lo que les atañe directamente es la utilización que hacen los usuarios de la plataforma digital. Este último mes de octubre han sido casi 20 millones de consultas. ¿Cuál es el futuro, entonces, del diccionario-libro de la Academia? Esto es lo que quieren abordar en el simposio internacional El futuro de los diccionarios en la era digital que se celebra durante el 5 y el 7 de noviembre.



Y es que, como ya es sabido, la era tecnológica está ganando terreno en una sociedad en la que internet es el rey de la información. La plataforma online www.rae.es, que nació en el año 2004, ha ido creciendo y se ha ido estableciendo como uno de los medios más inmediatos para la búsqueda de palabras. De hecho, la propia palabra 'cultura' es una de las más buscadas tanto a este como al otro lado del Atlántico. "Nos ha llevado dos años organizar el simposio. Tras la publicación de la última edición del diccionario es necesaria una reunión para hablar sobre la próxima edición pero, al mismo tiempo, necesitamos un periodo sabático de reflexión", explica Darío Villanueva, secretario de la Real Academia Española.



La tecnología cambia la relación de las personas con el lenguaje y existen esos usuarios nativos digitales que han nacido en plena burbuja del fenómeno. Desde que en el año 1995 comenzase a generalizarse su uso, cada vez son más los hogares españoles que se han convertido en usuarios preferentes. "Con el simposio queremos poner en común las experiencias de otros profesionales que nos puedan dar pistas del futuro", comenta Villanueva. El español, de hecho, no es el único idioma que ya ha empezado a atisbar un nuevo futuro digital. El alemán, el inglés, el francés... "se plantean lo que nosotros pero esto no quiere decir que ya esté en marcha", matiza.



Y llega la primera intuición. Lo que ahora es un diccionario-libro con una edición online en el futuro va a ser al revés. Primero estará la versión digital y le acompañará un soporte físico. Pero, ¿cómo será ese nuevo diccionario del futuro? "Hay gente que cree que si una palabra no está en el formato físico es porque la penalizamos, pero no es así, es porque hay una limitación y hay que dar preferencia a algunas palabras. En el futuro digital no hay limitaciones porque va a ser un diccionario intersitial", explica Villanueva. Incluso podrá evolucionar hasta la inclusión de acepciones sonoras porque como decía Ignacio Bosque "el modo de decir una frase puede cambiar su significado". Razón no le falta.



Incluso se prevé que el nuevo diccionario online mejore su navegación y el éxito de las búsquedas con acepciones entrelazadas. "Hay formas compuestas que ahora no aparecen y que van de la mano en la vida común de los hablantes. Tenemos que flexibilizar la conexión", ahonda. De este modo, la actualización de la plataforma sería más frecuente pero con esto surge un problema: que cambien tanto las acepciones que haga que el usuario se pierda. "El cambio de uso de las palabras que utilizamos no puede desvirtuar el diccionario".



Claro que todo esto conlleva un alto coste de financiación. Si el diccionario en papel no es la prioridad y se abre el abismo internauta, ¿cómo costearlo? La idea sigue siendo que la web sea de consulta gratuita. "No nos convence la publicidad porque entorpece la consulta y confunde al usuario. Así que lo ideal sería un patrocinio único y en caso de que no se pudiera, patrocinios compartidos", anota el vicerrector. Además, el simposio convocado tiende un puente a editores de diccionarios y tecnólogos con el objetivo de conseguir orientación. "No es lo mismo un diccionario de una empresa privada que el de la RAE".



No obstante, la Academia cuenta con un "arsenal de información" para profesionales. De modo que no descartan ofrecer una información lingüística profesionalizada bajo pago pero aún no lo han determinado. De momento, están trabajando en la incorporación de las últimas entradas (amigovio, por ejemplo) en la red. "Hay una demora pero estamos en ello y se hará una presentación a principios del año que viene, en la que intentaremos presentar, también, a los patrocinadores", ha confirmado.



Además coincide con el tricentenario de la Academia. "Entendemos que la mejor manera de homenajear a sus fundadores es replanteando los retos de una obra como esta", apunta Darío Villanueva. Por su parte, el vicerrector de la Real Academia Española, José Antonio Pascual, ha anotado que "hay una estrecha relación con América Latina y todos los países tenemos que estar de acuerdo de modo que no podemos imponer nada sino negociar". Pero que lo importante es "el usuario".



Y es que los datos hablan por sí solos. La tendencia de visitas y consultas mensuales, en caso de mantenerse, se traduciría en el dato siguiente: al cabo del año todo hispanohablante habría hecho una consulta a la plataforma digital. Es decir, 500 millones de consultas al año. No está nada mal. No extraña, por tanto, que el esfuerzo se centre en mejorar la página web, su funcionamiento y su inmediatez. Internet no es el futuro, es el presente y ha echado raíces.