Gabriel García Márquez. Foto: El Mundo

"Sigue siendo una carta de navegar", considera la agente literaria, que le ha enviado dos e-readers con el libro por su cumpleaños | Joaquín Marco, que prologó la edición de Austral, habla sobre la trascendencia de la obra

Parece mentira que Gabriel García Márquez cumpla hoy 85 años. Será porque el escritor sigue conectando tan bien como siempre con los jóvenes, será porque aquello del boom de la literatura latinoamericana nos sigue pareciendo cercano y moderno o será porque en la retina de sus lectores permanece indemne la imagen de un hombre de mediana edad con bigote, retratado en blanco y negro, sonriente a veces, airado otras, o con cierto aire obrero. O tal vez sea porque sus libros, como describe con tino su agente literaria, Carmen Balcells, son "como una carta de navegar".



Y esto de ser carta de navegar cobra hoy un significado especial, pues su obra cumbre, Cien años de soledad, acaba de embarcarse en el mundo digital por decisión, precisamente, de Balcells, quien sabe muy bien de la importancia que tendrá -que tiene- la adaptación de la literatura a los nuevos formatos de lectura. Es este, pues, un cumpleaños rejuvenecido para el Premio Nobel, que hoy recibirá en su casa las tradicionales rosas amarillas de su agente acompañadas de dos e-readers -los dos en los que se puede descargar- con su novela dentro. "Le he pedido que tenga delante de él una edición en papel. Creo que le gustará, le llamaré a lo largo del día a ver", cuenta desde su oficina en Barcelona Balcells, que ya ayer habló con él para adelantarle el regalo.



Cuenta la agente que el escritor está "sólo regular" de salud: "Así es, la verdad, pero tiene 85 años, estar regular es lo normal. Lo bueno es que los tenga", opone. Además, Balcells explica que hace ya meses que tiene un contrato firmado para la publicación de casi la totalidad de las obras del colombiano en formato digital. De ellas, tres figuraban ya en el pequeño sello Leer-e (Relato de un náufrago, Todos los cuentos y Vivir para contarla), que será también quien publique Cien años de soledad.



"Les he sometido a un régimen de prueba con las primeras para ver qué tal funcionaban y al corroborar que su servicio es óptimo y al coincidir la fecha con su cumpleaños, me pareció que la publicación de Cien años de soledad un regalo simbólico para aumentar la difusión de sus obras, su fama y su gloria, aunque falta no le hace", expone la agente, que en esta ocasión ha decidido que sea una coedición también con Mondadori, porque ambas editoriales, asegura, "han trabajado mucho para que el texto quede fijado, embridado e impecable, para que, simplemente, esté bien hecho. Así se reparten los beneficios".



Sobre cómo será recibida la obra por los nativos digitales, muchos de los cuales, tal vez, jamás se hayan enfrentado a un libro de García Márquez, Balcells señala que este sector de lectores cuenta con una familiaridad superior con el medio ("Yo tengo nietas y lo veo en la forma en que manejan los datos, con tanta naturalidad", ejemplifica) aunque aporta que, cada joven lector, es "un mundo personal". Con todo, soluciona, "seguro que irá muy bien, también entre los más jóvenes, porque es un libro emblemático, sólido y mágico y cuando cae a las manos de quien caiga siempre es como un amuleto".



Ella, que ya lee en iPad algunos manuscritos "por la comodidad del peso y de la lectura", tiene muy presente cómo se está desarrollando este nuevo sector entre cuyos gestores hay una fracción que "a lo mejor nunca ha leído un libro". Y critica: "Sólo tienen un alto poder adquisitivo y compran una edición por el hecho de tenerla". Pero, en cambio, no puede dejar de reconocer las bondades de este nuevo universo en expansión: "¡Claro que el libro digital también le interesa a García Márquez! No hay nadie al que no le interese. No diré que supera al invento de la rueda pero es espectacular. Si se llevara a términos éticos, sería el invento del siglo. Yo sigo sorprendiéndome diariamente con cosas como que un mensaje se mande en milésimas de segundos".



Ella misma ha supervisado esta edición que ahora sale a la venta exigiendo detalles como el tamaño ligeramente mayor de lo habitual para la letra y la fotografía de la portada, la misma de la edición original: "Cualquier texto un poco grande facilita la lectura. No hay que estar tan fijado, aquí hay que tener una libertad absoluta y creativa para presentar las cosas de la forma más llamativa posible. Pusimos la foto de la primera edición y, la verdad, ha quedado muy bonita", comenta sobre este libro que se puede descargar para Kindle y Epub, elegidos por Balcells por su menor tamaño, a 5,99 euros en diferentes plataformas y librerías digitales de España, Europa, Estados Unidos y América. Esto sí, por el momento, sólo en español.



Así las cosas, Macondo y los Buendía pertenecen ya al nuevo mundo. Lo han hecho después de vender millones de ejemplares y de ser traducidos a 35 idiomas. Tan lejos han llegado que hoy resulta gracioso recordar cómo su autor y su mujer, Mercedes, tuvieron que empeñar algunas pertenencias para enviar por correo el borrador de la novela. "Sólo falta que sea mala", le había espetado ella...



Un original mecanografiado y corregido por el autor hoy en manos del crítico literario Joaquín Marco, experto en la obra de García Márquez, para quien prologó, precisamente, la edición de Cien años de soledad de Austral por expreso deseo del escritor. Para él, el paso de la obra al formato digital "no aporta nada a la novela". Y explica: "Otra cosa es que sea más barata o más accesible, pero eso es otra historia y nada tiene que ver con la naturaleza del libro. Lo que sí es posible es que tal vez atrajera a una población más joven, pero realmente desconocemos la penetración de los ebooks".



En su opinión, Cien años de soledad se ha convertido en un libro clásico en el sentido que lo puede ser El Quijote: "No deja de ser significativa la edición que realizó la RAE, que venía a consagrar el libro", abunda, y apostilla: "No sé si los jóvenes leen mucho los clásicos, pero lo que sí es evidente es que los que ahora cultivan la novela en Latinoamérica están bastante alejados de lo que aportó García Márquez en su tiempo. Lo que era el realismo mágico no coincide con los presupuestos de la novela latinoamericana de hoy, más próxima a lo urbano, a lo realista y cotidiano". Cierto es que el propio García Márquez fue cambiando su estilo, pero también lo es que la literatura de Cien años de soledad no puede decirse pasada de moda: "Tal vez no tenga los continuadores ni la acogida que tuvo entonces. En literatura la letra de lo mágico ha quedado agotada, pero este libro es un clásico", insiste.



El primer crítico de Cien años de soledad

Marco, que conoció a García Márquez cuando acababa de llegar a Barcelona, recibió el original corregido por el Premio Nobel de manos de Balcells. Fue el mismo original que tuvo en sus manos Carlos Barral. "Yo entonces colaboraba en la revista Destino e hicimos una doble página Pere Gimferrer y yo sobre García Márquez. Así que, sí, fui el primero, tal vez el segundo, que habló del libro en España", recuerda el crítico, a quien, sin embargo, este libro no le cambió la vida, como sí confirmaba su biógrafo, Gerald Martin, cuando hablaba con épica sobre el día en que cayó en sus manos por primera vez. Y dice Marco: "Yo no creo que la literatura cambie la vida de nadie, lamentablemente. Tampoco a mí me la cambió". Pero sí es verdad que por este libro su trayectoria profesional quedó ligada a García Márquez:



- "Lo conocí personalmente cuando no era célebre, cuando había llegado con dificultades a la capital del boom y ni siquiera había conectado con Carlos Barral. La audiencia que tuvo Cien años de soledad desbordó todo lo previsto, no hay un libro en el siglo XX que haya tenido tanta acogida y tantos lectores. Le vi por última vez en México, yo estaba en el jurado del premio Juan Rulfo y él vino y coincidimos en un restaurante, comimos juntos y estuvo muy cariñoso, como él es siempre. No le he visto desde la enfermedad y desconozco el estado en el que se encuentra. Algunos opinan que no sólo escribe sino que también tiene un par de novelas publicadas. No sé hasta qué punto es real o no...".



Con todo, concluye Marco, está bien que se conmemore la vida de García Márquez: "En definitiva es el Nobel emblemático que nos queda, el escritor de América Latina, junto a Vargas Llosa. Y, por otra parte, celebro que recuperemos la memoria de Cien años de soledad en una época en la que los libros se miden no por su calidad sino por los ejemplares vendidos, en la que se han convertido en un producto". Él ha releído la obra en muchas ocasiones y considera que tiene la ventaja de ser "de una prosa exacta", valor que hace que no envejezca. "Tal vez lo que no resulte es tan sorprendente como entonces, pero esto ocurre con todos los libros. La obra, y el autor, han pasado por cierto purgatorio intelectual y tal vez sea el momento de verlo con otra perspectiva: es menos mágico de lo que creíamos, más real, como lo contaba en sus Memorias, de las que ha publicado un sólo tomo de los tres que prometió, por cierto. Tal vez en este sentido haya que aproximarse a la obra con otra mentalidad", aconseja.