Lorca abrió la sala con Bodas de sangre en 2001 y la cerrará, si nada lo remedia, con Yerma, el montaje que este sábado, 26, podrá verse en La Guindalera protagonizado por María Pastor y con canciones de Pedro Ojesto. Nacido de los talleres de la compañía, el montaje, que no estará situado en Andalucía para darle un tono más universal, muestra el presente a través de las palabras del poeta. "En esta propuesta un grupo de actores reflexiona sobre la función impuesta a la mujer casada no hace mucho tiempo. Su única obligación social era tener hijos y cuidarlos. Yerma choca con esas normas, aceptadas por ella misma, que generan el conflicto principal. Lo desea, no solamente como algo instintivo, sino como imperativo social. ¿Sigue actuando ese pasado en nuestros genes? ¿Está nuestra sociedad condicionada por aquel tiempo?". Las reflexiones y preguntas de Juan Pastor resuenan sobre el escenario por el que ha luchado, junto a Teresa Valentín-Gamazo, durante tantos años y que ahora se ve abocado al cierre: "Siempre ha sido un espacio para descubrir algo de nosotros mismos, un lugar para el sosiego del alma humana, un estímulo en un mundo a veces duro y hostil".

Se aprecia en su voz el agotamiento de Teresa Valentín. Desde la creación de la Compañía La Guindalera allá por 1999 no ha dejado de pelear. Eso sí, la compañía  continuará trabajando con María Pastor al frente (sea en su local o en otro espacio). "Estamos consultando diferentes ofertas. Creadores hay muchos pero faltan equipos de gestión que puedan garantizar la continuidad", reconoce a El Cultural Valentín, que echa en falta una auténtica colaboración entre instituciones: "Necesitamos que la política cultural no varíe cada cuatro años y un pacto de Estado que permita elaborar proyectos a largo plazo. También un marco de actuación desde la confianza con garantías de futuro. Los proyectos artísticos sólidos requieren estabilidad, serenidad y armonía con el entorno. Hay que evitar un control excluyente y las constantes amenazas que impiden la supervivencia".

Un momento de "Yerma", una obra que aborda el presente con las palabras de Lorca. Foto: S. Martín

La precariedad es otro de los desafíos de salas alternativas como La Guindalera. ¿Es una salida la multiprogramación? "La precariedad condiciona el resultado artístico –afirma Valentín-. Resulta heroico mantener vivo un proyecto sólido. La mayoría de estas salas se han visto obligadas a autoexplotarse o vivir de la "autoexplotación" de otras compañías. La multiprogramación se ha convertido en una trampa muy peligrosa. Obliga a la improvisación constante. El ‘todo vale’ se ha instalado en nuestro medio y salvo honrosas excepciones no permite salir de la mediocridad". Juan Pastor dice haberse acostumbrado desde el principio a vivir en precario, siempre sorprendido por haber podido mantener la actividad día a día. "No como hubiésemos deseado del todo pero sí en la línea de lo que nos habíamos marcado, con la satisfacción de estar subiendo el telón con cierta continuidad sin traicionar nuestros planteamientos. Siempre he puesto en marcha proyectos teatrales con temas que puedan interesar a nuestra sociedad actual, pero con un sello propio. Textos clásicos o de autores contemporáneos pero sólidos. Yerma se ajusta a estas exigencias".

Así, con un guiño a la nueva Yerma, Juan Pastor y Teresa Valentín anuncian, de momento, el cierre de la su sala para 2020.  "Preferimos cerrar antes que ver la degradación del proyecto por el que hemos entregado nuestra vida artística, hipotecando nuestra estabilidad económica y nuestro futuro". Un futuro que podría estar en manos de un nuevo equipo si alguna de las negociaciones que están llevando a cabo termina con éxito.