La ópera Je suis narcissiste de Raquel García-Tomás fue una revelación cuando se estrenó en Madrid en el año 2019. Una ópera de corte cómico pero con un fondo muy serio que hacía gala de un eclecticismo de altos vuelos muy pegado a la actualidad. Su autora revelaba una notable soltura en el manejo de la escritura vocal e instrumental. Se repone en el Teatro de la Maestranza de Sevilla dentro de unas semanas. Una suerte de expresivo y crítico collage.

La nueva aventura lírica de García Tomás, Alexina B. (en el Liceu a partir de este sábado, 18, dentro de Barcelona Obertura Spring Festival), va por muy otros derroteros pues está inspirada en la historia de Herculine Barbin, también conocida como Alexina B., una persona intersexual nacida en Francia en 1838. A Alexina se le atribuye un sexo femenino al nacer, crece en un convento y, trabajando como institutriz, se enamora de una de sus compañeras.

En una sociedad en la que la aceptación de la diferencia era complicada y la heterosexualidad, la norma, Alexina se reivindica como hombre, cambia de sexo legal y de identidad, para ser Abel Barbin, pero, incapaz de adaptarse, en su soledad se acaba suicidando. Como se ha apuntado, estamos ante un asunto y una elaboración musical que tienen poco o nada que ver con Je suis narcissiste.

Emocional y sensorial

La nueva creación es “mucho más madura a nivel musical y más compleja dramáticamente hablando. Aborda un tema muy sensible y a la vez desconocido como es la intersexualidad”. El planteamiento estético también es radicalmente distinto. De hecho, como nos comenta García-Tomás, la música de Alexina B. “es una representación de la experiencia emocional y sensorial de sus personajes, especialmente de su protagonista”.

En Je suis narcissiste la compositora hacía gala de un magnífico conocimiento de la voz humana y de sus posibilidades. En la nueva obra, “se explora lo extra-operístico y se adoptan códigos narrativos propios del mundo audiovisual, como los planos subjetivos o los flashbacks. La composición musical dialoga con músicas del pasado desde un prisma actual. El tratamiento vocal es, en líneas generales, lírico y de gran sensibilidad”.

La ópera está inspirada en Alexina B., una persona intersexual nacida en 1838

La puesta en escena se ha confiado de nuevo a Marta Pazos, responsable ya, y con pleno acierto, de la producción de Je suis narcissiste. La compositora misma se hará cargo del manejo del video. Lidia Vinyes-Curtis, una mezzo lírica de fácil emisión e intachable musicalidad, dará vida al ambiguo personaje principal. La secundan la soprano lírico-ligera Alicia Amo, siempre segura y afinada, la también soprano Elena Copons, de mayor anchura vocal y característico vibrato, el contratenor Xavier Sabata, curtido en tantos frentes, y la mezzo lírica Mar Esteve, una magnífica promesa y de apellido tan ilustre.

Todos ellos, menos las dos primeras, sirven más de un papel. Colaboran los Pequeños Cantores de Cataluña de Ramón Boada. En el foso, la batuta segura y conocedora de Ernest Martínez Izquierdo.