Jaroussky en Only the Sound Remains: Foto: Elisa Haberer

Hitos renovadores y contemporáneos como Only the Sound Remains de Saariaho y L'enigma di Lea de Casablancas. Clásicos revolucionarios como La Calisto de Francesco Cavalli. Estrenos en España como Der Diktator de Ernst Krenek. Zarzuelas de nuevo cuño como La casa de Bernarda Alba. Y joyas verdianas intemporales... Recorremos los principales reclamos de la nueva temporada de ópera.

Only the Sound Remains

Teatro Real. 23 de octubre

El primer gran acontecimiento operístico de la temporada es el estreno en España de esta ópera de la compositora finlandesa Kaija Saariaho, última galardonada con el Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA de Música Contemporánea. En realidad la obra esconde un díptico proveniente del teatro noh japonés, Always Strong y Feather Mantle, y trata de desvelar la luz que se esconde tras las tinieblas. “Dos historias emocionantes, simples pero profundas, que oscilan entre el sueño y la realidad transportando a los personajes a los confines de lo conocido, en busca de una verdad interior”, nos dice la autora, una especialista en hallar las más delicadas y sutiles sonoridades a través de una paleta que sabe otorgar a las dos simbólicas historias una extraordinaria dimensión onírica. El contratenor Philippe Jaroussky, con su voz de seda y su talento, es el protagonista. Estará arropado por la fantasía desbordante del director de escena Peter Sellars y el buen pulso del director musical Ivor Bolton, titular musical del teatro. Una coproducción con otros cuatro coliseos, entre ellos el Nacional de Ámsterdam, donde se estrenó el 15 de marzo de 2016.



Luisa Miller

Teatro del Liceo. 14 de julio

Obra de transición de Giuseppe Verdi (estrenada en el San Carlo de Nápoles en 1849) con un potente tercer acto donde la inspiración y la originalidad de la mano creadora verdiana se sitúa en los aledaños de ese nuevo lenguaje dramático-musical que explotaría definitivamente en la trilogía de principios de los cincuenta, con Rigoletto, Il trovatore y La traviata. El Liceo barcelonés se viste de gala para servir el amor imposible de Luisa y Rodolfo, que estarán bien defendidos por dos figuras indiscutibles: Sondra Radvanovsky, soprano lírico-spinto de timbre radiante -reciente su triunfo en Andrea Chénier- y Piotr Beczala, tenor lírico de limpia emisión y agudo firme. Se alternan con ellos, a un nivel inferior, Arturo Chacón-Cruz y Eleonora Buratto. Bridges, Colombara, Salsi, Rodríguez y Spotti son otros nombres del buen reparto. El siempre agudo, y tantas veces excesivo Damiano Michieletto, plantea en esta producción procedente de Zúrich de 2010 un conflicto con ribetes psicológicos en un bello decorado geométrico y funcional. El venezolano Domingo Hindoyan, antiguo alumno del maestro Bernard Haitink, concierta desde el foso.



Momento de La Calisto. Foto: W. Hösl

La Calisto

Teatro Real. 17 de marzo

Esta revolucionaria ópera de Cavalli se estrenó el 28 de noviembre de 1651 en Venecia y se presenta ahora en el Real por primera vez. Se trata de una partitura de incontables bellezas, que emplea un lenguaje musical lleno de hallazgos y de sorprendentes colores, con un continuo trasiego narrativo que nos cuenta, sobre Las Metamorfosis de Ovidio, las relaciones entre Júpiter y la ninfa Calisto, que finalmente prefiere el amor de Diana (el propio dios disfrazado). El personaje central se lo reparten Louise Alder y Anna Devin, dos jóvenes, gentiles y magníficas sopranos lírico-ligeras. El papel de Júpiter (Giove) será interpretado por el solvente bajo Luca Tittoto, ya conocido en la plaza. Están también la soprano Karina Gauvin, habitual en este escenario, la mezzo Monica Bacelli y el veterano contratenor Dominque Visse. Buena cosecha de artistas españoles: el barítono Borja Quiza, el contratenor Xavier Sabata y los tenores Juan Sancho y Francisco Vas. Bolton, que controla este repertorio, atiende al foso. El ingenioso David Alden (recordemos su Alcina y su reciente Lucia) está al frente de la escena.



Capriccio

Teatro Real. 28 de mayo

Inspirada en una idea de Stefan Zweig desarrollada por Clemens Krauss, esta ópera es una metáfora del mismo género operístico y reflexiona inteligentemente, envuelta en el soberano y rico lenguaje del compositor, capaz de mantener el interés a lo largo de un melodioso recitativo acerca de las relaciones entre música y palabra. Para su estreno en el Real se cuenta con una excelente protagonista, la soprano lírica sueca Malin Byström, de emisión muelle y timbre bien coloreado, de elástico legato y concentrada expresividad. Es una reconocida Salomé y una estupenda intérprete de los Cuatro últimos lieder. El joven y prometedor barítono Andrè Schuen será Olivier (el escritor); el tenor Norman Reinhardt, Flamand (el músico); Josef Wagner, el Conde; y Christof Fischesser, el empresario La Roche. El avezado y ya maduro Asher Fisch, discípulo de Barenboim, empuña la batuta y el siempre inquietante y preciso Christof Loy está a cargo de la escena de esta producción que viene de Zúrich y de Göteborg. Hasta nueve cantantes españoles abastecen papeles secundarios.



Los pescadores de perlas

ABAO. 18 de mayo

François Morini fue el tenor encargado de estrenar, en 1863, esta exótica ópera. Se trataba de un tenor contraltino, de suaves maneras y voz delgada, con un buen empleo del falsete y la voix mixte. En las funciones de la ABAO el cometido lo defiende, lógicamente, un tenor de hoy, de técnica depurada y moderna, con manejo sobre todo de la media y de la plena voz: Javier Camarena, tan activo en nuestros escenarios. La voz joven, fácil, timbrada, templada, extensa no debe tener problemas en esos ascensos al do sobreagudo. Aparece acompañado de la muy segura y sapiente María José Moreno, que, afortunadamente, exhibe, ya en plena madurez, un timbre de lírico-ligera, menos claro de lo habitual para la parte de Leila. El buen barítono que es el polaco Mariusz Kwiecien ha de ser un elegante, lírico y flexible Zurga. El bajo Simon Lim es Nourabad. Francesco Ivan Ciampa, joven maestro que trabajara en su día con Giulini y, más modernamente, con Pappano, es el responsable de la cuestión musical. La escena está en manos del anciano Pier Luigi Pizzi, autor de este añejo montaje, que proviene de la Fenice.



L'enigma di Lea

Teatro del Liceo. 9 de febrero

De alto interés puede ser esta ópera sobre texto del filósofo Rafael Argullol. El personaje central, Lea, “una criatura para el placer divino (puro instinto, cristalina sensualidad)”, se nos dice en la presentación, “deviene objeto de la vigilancia de dos seres monstruosos, garantes de la moral de un ser libre”. Primera ópera del compositor Benet Casablancas, un creador nato, hombre culto, pensador profundo, que ha sabido aunar y sintetizar, con un raciocinio clarividente, diversas influencias, entre las cuales se encuentra, muy en primer lugar, la del magisterio de Josep Soler. En su música late siempre desde casi el principio un refinado sentido del humor. Josep Pons, titular musical del teatro, siempre afín a nuevos descubrimientos, dirige a un estupendo equipo encabezado por la soprano Alison Cook y el sólido barítono José Antonio López. Carme Portaceli, siempre inspirada, es la regista junto al ubicuo escenógrafo Paco Azorín.



La clemenza di Tito

Teatro Campoamor. 16 de diciembre

El genio de Mozart era tan grande que fue capaz de insuflar vida y humanidad al encorsetado libreto de Metastasio que cuenta las peripecias del ínclito y benemérito emperador Tito Vespasiano, al que habían puesto música ya, antes de 1791, otros cuarenta compositores. El salzburgués logró algunos números de extraordinario valor, como el quinteto que cierra el primer acto, que se desarrolla durante el incendio de Roma. Fue la última ópera del compositor, aunque La flauta mágica se estrenaría un poco después. Hay gran interés en Oviedo en ver cómo se desenvuelve en el papel estelar el joven tenor norteamericano Alek Shrader, de timbre claro y agudo fácil, algo falto de cuerpo. Está aún en vías de madurar. La veterana Carmela Remigio lo corteja como la celosa Vitellia. La bien coloreada y algo tremolante mezzo Daniela Mack será Sesto. Un experto estilista, no siempre sobrado de energía, como Corrado Rovaris dirige la música. La producción, de Lausana, lleva la firma de Fabio Ceresa.



Momento de El Emperador de la Atlántida. Foto: Javier del Real

Der Diktator/El Emperador de la Atlántida

Maestranza. 30 de noviembre

La primera, de Ernst Krenek, se estrena en España. Alude a la figura de Mussolini con un lenguaje de ecos neoclásicos, no exento de humor y asimilable al de Hindemith o Prokofiev. La segunda, compuesta por Viktor Ullmann durante su estancia en el campo de concentración Terezín, se sitúa en el marco estilístico expresionista, en la línea de Zemlinsky o Berg, y tiene como protagonista a un remedo del Führer. La versión que se verá en Sevilla, ya puesta en el Real, es un arreglo de Pedro Halffter del original camerístico estrenado en Ámsterdam en 1975. Halffter conoce muy bien estas músicas y las llevará a buen puerto con la ayuda de cantantes tan solventes como Martin Gantner, Nicola Beller Carbone, Natalia Labourdette y Vicente Ombuena. La escena está a cargo del premiando Rafael Rodríguez Villalobos, que, en el caso de la obra de Ullmann, recreará el fascinante montaje del desaparecido Gustavo Tambascio.



I Puritani

Teatro del Liceo. 5 de octubre

Siempre son bienvenidas las cantilene del compositor catanés, limpias, extensas, cálidas, que marcan la evolución del antiguo recitar cantando monteverdiano. Buen dúo estelar: la premiada soprano lírico-ligera Pretty Yende y el tenor Javier Camarena, de fraseo elegante y agudos restallantes. Una y otro se alternarán con dos muy buenos ‘secundarios', María José Moreno, que tiene ahormado el personaje de Elvira, y Celso Albelo, seguro y rotundo, de instrumento algo más fornido que el del mexicano, y uno de los pocos que tiene las agallas de irse al temible fa sobreagudo a plena voz en Ella è tremante. En el reparto aparecen otros muy buenos cantantes como el barítono Mariusz Kwiecien y el bajo Nicola Ulivieri. No conocemos al director, Christopher Franklin, en este repertorio. Habitualmente empuña su batuta en obras del siglo XX. Deborah Cohen se ocupa de la escena en este montaje de Annilese Miskimmon que se hace en coproducción con la Ópera de Gales y la Ópera Nacional Danesa.



Katia Kabanova

Teatro del Liceo. 8 de noviembre

Josep Pons se enfrenta a una obra de 1921 auténticamente maestra de Janácek, que nos ofrece aquí su arte en sazón. Estamos ante un drama desgarrador pintado con colores magníficos, los de una música alucinante y alucinada, un mundo localista, sórdido, deprimente, opresivo. Todo se contiene en las complejas texturas, en las combinaciones tímbricas, en los vibrantes temas, modificados hasta el infinito en una compleja trama sobre la que circulan las voces, combinándose con ellos en una persecución sin fin. Un parlato melódico, un recitativo lleno de claroscuros nos va guiando hasta el trágico final. El papel estelar lo encarna en esta producción del siempre sorprendente -y discutible- David Alden de la English National Opera la soprano estadounidense Patricia Racette, que no posee un gran instrumento, pero que es una emotiva decidora y actriz. Aparece bien rodeada por Nikolai Schukoff, Rosie Aldridge, Vladimir Ognodienko, Francisco Vas y Antonio Lozano.



Momento de Semiramide

Semiramide

ABAO. 16 de febrero

Tras 24 años de ausencia reaparece en la ABAO este melodrama trágico, estrenado en Venecia en 1823, que emplea un impresionante barroquismo vocal en busca de una asimilación al ambiente oriental en que se desenvuelve la complicadísima trama que narra, entre otras cosas, el amor que siente la reina de Babilonia por el capitán Arsace. En la escena novena del acto primero se desarrolla la bellísima y original aria Bel raggio lusinghier, que pone a prueba la resistencia y el arte de una soprano dramática de agilidad, como lo era Isabella Colbrán, esposa de Rossini. En Bilbao pecha con el compromiso una cantante de voz suntuosa, la norteamericana Angela Meade. Arsace será la competente y muy hecha al personaje Daniela Barcellona; Assur, el bajo Simón Orfila, siempre aclimatado a cualquier cometido; e Idreno, el fácil y resuelto tenor José Luis Sola. El poco conocido por estos pagos Alessandro Vitellio dirigirá a la Sinfónica de Bilbao. El montaje, que proviene de Nápoles, es creación del gran Luca Ronconi, fallecido en 2015.



El sueño de una noche de verano

Teatro de la Zarzuela. 25 de enero

Bienvenida sea la reposición de esta zarzuela de Gaztambide estrenada en el Teatro Circo en 1852, al año siguiente de Jugar con fuego de Barbieri. Una y otra cultivaban el mecanismo de la alta comedia. Con su elegante lenguaje armónico y su cuidado trabajo formal el músico tudelano trasladó a la escena, sobre texto de Patricio de la Escosura, adaptado para el caso por Raúl Asenjo, una improbable narración acerca de las peripecias que rodearon la creación de la comedia de Shakespeare. Aparecen personajes conocidos: la reina Isabel, Falstaff… y el propio dramaturgo de Stratford-upon-Avon. La veteranía de Miguel Ángel Martínez podrá administrar tiempos y colores desde el foso. Tendrá a sus órdenes a un sólido reparto, con distintos intérpretes para los papeles principales: Raquel Lojendio/María Rey-Joly, Luis Cansino/Valeriano Lanchas, Beatriz Díaz/Sandra Ferrández… Marco Carniti retoma el proyecto que había trazado para el caso el llorado Gustavo Tambascio.



La casa de Bernarda Alba

Teatro de la Zarzuela. 10 de noviembre

Miquel Ortega, más conocido como director de foso, es un dotado compositor, autor de numerosas canciones reveladoras de una elegante sintaxis expresiva heredera de nuestra mejor tradición y alejada del vanguardismo. Esta ópera, de ciertos ecos expresionistas, la primera que en España -hay otras nueve foráneas- ilustra la última tragedia de Lorca, fue estrenada en 2009 en los Festivales de Peralada y Santander, aunque con un ropaje orquestal que no era el primitivo. Ahora se va a conocer su versión camerística. En ella interviene el ubicuo pianista y director Rubén Fernández Aguirre, que gobierna un magnífico reparto: Nancy Fabiola Herrera, Carmen Romeu, Carol García, Marifé Nogales, Belén Elvira, Berna Perles, Milagros Martín, la veterana actriz Julieta Serrano y, novedad, el barítono Luis Cansino en el papel de Poncia. Un curioso y llamativo cambio respecto al original. Dirección de escena de Bárbara Lluch y -atención- escenografía y vestuario de la pareja Ezio Frigerio/Franca Squarciapino.



Momento de I Masnadieri. Foto: Michele Crosera

I Masnadieri

Palau de les Arts. 6 de febrero

El Palau de les Arts trae esta oscura, violenta y vigorosa producción de esta ópera verdiana de años de galera de Giuseppe Verdi, que vio la luz por vez primera en Londres el 22 de julio de 1847. Gabriele Lavia, director de la escena, antiguo actor, conoce bien la obra original de Schiller. Su visión, estrenada en el San Carlo de Nápoles, hace llamada a una exacerbación de los comportamientos de resabios expresionistas, como se podrá comprobar en Valencia. Nos revelará -como en el exhaustivo ciclo Tutto Verdi de Bilbao hace unos años- que la música es más bien vulgar; de las menos felices del compositor, pero en la que, de todos modos, no faltan instantes premonitorios y pasajes de elevada temperatura. Roberto Abbado, que conoce bien estos pentagramas, dirigirá a un equipo vocal en el que destacan el tenor Fabio Sartori, de cupa emisión, el noble barítono Artur Rucinski, reciente Enrico Ashton en el Real, y el pulcro y bien asentado bajo cantante Michele Pertusi. El papel de Amelia corre a cargo de la prometedora soprano lírica Roberta Mantegna, de apreciable densidad vocal.



Turandot

Teatro Real. 30 de noviembre

Una nueva oportunidad de admirar el arte exquisito del regista Bob Wilson, que nos encandilara haca unas temporadas con su plástica y evocadora visión de Pelléas et Mélisande. El simbolismo que invade la narración, basada en una conocida historia de Gozzi, le va al artista norteamericano como anillo al dedo. Será posible probablemente huir del cartón piedra del verismo más agreste. La partitura, en la que Puccini supo introducir importantes novedades armónicas e instrumentales y que dejó inacabada, va a ser servida por un reparto de tronío. Nina Stemme -que ya ha empezado un cierto declive-, la wagneriana, muy en candelero, Irene Theorin, y la más joven Oksana Dyka, un algo desabrida, se alternan como Princesa de hielo. El muy veterano Gregory Kunde, Roberto Arónica y Jae-Hyoeung Kim son Calaf. Las españolas -¡qué bien!- Yolanda Auyanet y Maite Alberola cantan Liù y dos buenos bajos, Andrea Mastroni (éste de mayor peso) y Fernando Radó visten a Timur. El foso quedará bien asistido con el buen criterio de Nicola Luisotti.



Macbeth

Teatro Afundación. 4 de noviembre

La modesta Asociación de los Amigos de la Ópera de Vigo cumple sus primeros 60 años. Con el apoyo fundamental del Concello vigués y de la Xunta ha conseguido conformar una temporadita en la que destaca esta gran obra verdiana (Florencia, 1847), en la que se avista ya la potencia y la originalidad de Verdi y que no se veía en la ciudad desde hace más de 30 años. Por primera vez la asociación realiza una producción totalmente autónoma, con un montaje original del imaginativo Ignacio García. Debuta la espinosa parte protagonista, que pide un barítono muy cuajado de tinte más bien dramático, José Antonio López, cada vez más sólido en su emisión, en su canto y en su expresión. Le secundan la vigorosa y aguerrida soprano Maribel Ortega, bien conocida en la plaza, el tenor lírico-spinto Eduardo Sandoval y el bajo Felipe Bou, de timbre penumbroso y técnica probada. El joven y ya avezado Diego García Rodríguez, que tan buen recuerdo dejara con su Rigoletto del año pasado, dirige a la Orquesta Vigo 430 y al Coro Rías Baixas.

Katiuska, primer sorozábal escénico

La anterior no fue una temporada fácil para el Teatro de la Zarzuela, que estuvo cerca de acabar fusionada con el Real. Las huelgas echaron por tierra algunas funciones, para consternación de su máximo responsable, Daniel Bianco. El curso que ahora se abre promete ser más feliz. Rompe el hielo el próximo jueves 4 un cómplice antiguo de Bianco, Emilio Sagi, con una puesta en escena de Katiuska, la primera obra para la escena compuesta por Sorozábal. Estrenada en 1931 en el Teatro Reina Victoria de Barcelona, rezuma una comicidad cercana a la opereta. Su elegante orquestación estará en manos de García Calvo y Ainhoa Arteta podrá lucirse en sus intensas romanzas. La secundan: Rocío Ignacio, Maite Alberola, Carlos Álvarez, Ángel Odena...



Momento de Katiuska. Foto: Emrique Moreno Esquivel

El espíritu de Ronconi en Canarias

En el archipiélago encontramos reclamos líricos de empaque. Tenerife presenta una Lucia di Lammermoor de Nicola Berloffa, antiguo asistente de Luca Ronconi, que la ambienta en la sombría Escocia de final de los años 40. Dos protagonistas de altura: Irina Lungu en la piel de Lucia y Celso Albelo en la de Edgardo. En Las Palmas lucen en su cartellone una Tosca de interés, armada sobre un buen reparto: Martina Serafi, Favio Sartori y Ambrogio Maestri. Francesco Ivan Ciampa llevará las riendas musicales.