El cante gaditano se renueva con voces como la de María Mezcle, luminosa y dinámica. El ajustadísimo y preciso sentido del compás de esta sanluqueña de 23 años es consecuencia de haber nacido en una casa de tradición flamenca, cuyos miembros le inculcaron el conocimiento de los distintos estilos. Este sistema de transferencias ha tenido una brillante resonancia en María, que maneja con naturalidad las más variadas fórmulas, desde la bulería al mirabrás y desde las alegrías a la soleá por bulerías. Todo ello forma parte del patrimonio musical de la provincia de Cádiz, donde el dominio rítmico más que un atributo es una obligación, pero en María, que empezó a bailar a los seis años y a los once ya hizo su primera aparición pública como cantaora, se manifiesta con una frescura y un convencimiento que supera los resabios que hayan podido quedar del inevitable y necesario periodo de formación académica que cualquier profesional debe llevar a cabo para enriquecer su repertorio.