Una canción de pop es mucho más que la suma de ritmo, acordes, melodías y letras. El nuevo álbum de estudio de Vetusta Morla es una buena oportunidad para apreciar la enorme importancia de los arreglos en la música. Cambios de estilo, de compás, de instrumentación y de efectos pueden hacer que dos versiones de la misma composición parezcan canciones diferentes. Y eso es lo que nos encontramos, diez veces, en MSDL - Canciones dentro de canciones, el nuevo trabajo discográfico de la banda madrileña. No son versiones en acústico, ni orquestales, ni remezclas, ni colaboraciones con otros artistas —tres de los supuestos más habituales en esta clase de discos— sino un replanteamiento integral, reutilizando solo los cimientos, de lo que podrían haber sido las versiones originales de las canciones de su anterior disco, Mismo sitio, distinto lugar (2017). Lo que estaba cubierto de ropajes se desnuda y se sienta al piano, lo urbano se marcha al desierto, lo que era una balada de piano y sintetizadores se vuelve chacarera y lo que era un vals regresa al redil 4/4 del pop.

Al otro lado del teléfono Juanma Latorre, guitarrista y uno de los compositores de la banda, emplea el término “multiverso” al referirse a este experimento. “Estas nuevas versiones representan cómo podrían haber sido las canciones en una realidad paralela. Aunque en general tienen una forma más sobria e intimista, no son para nada versiones en acústico y cada una tiene un carácter diferente”.

Las canciones son “organismos vivos” que evolucionan de manera natural después de tocarlas muchas veces. Lo que ocurre es que normalmente su versión final no queda registrada. En este caso, Vetusta Morla decidió volver a meterse en un estudio para hacer la foto finish de cómo habían quedado tras ese proceso. No obstante, gran parte de esos cambios se deben a un encargo que recibieron en 2018: dar un concierto sorpresa en el festival Veranos de la Villa del Ayuntamiento de Madrid. La organización les pidió que no solo la celebración del concierto fuera inesperada, sino también su contenido. Así que le dieron la vuelta a su último disco. “Tanto el presupuesto estético como el escénico eran lo contrario a lo que habíamos estado haciendo. Veníamos de una gira con una puesta en escena muy enérgica y extrovertida, con un montón de pantallas y luces. Y en aquel caso se trataba de generar intimidad e introspección, en un escenario pequeñito de un parque a las afueras de Madrid, ante 400 personas que no sabían qué iban a encontrarse”.

Vetusta Morla - Consejo de Sabios - MSDL

La manera de afrontar la grabación del disco también está en las antípodas del anterior. Para Mismo sitio, distinto lugar tiraron la casa por la ventana y se fueron a los célebres estudios Hansa de Berlín, donde David Bowie grabó Heroes; después, en Estados Unidos, la mezcla y el mastering corrieron a cargo de Dave Fridmann —The Flaming Lips, Mercury Rev, Tame Impala, Spoon— y Greg Calbi —The National, Bon Iver, Arcade Fire, Fleet Floxes—. Esta vez lo han grabado en el Estudio 1 de Colmenar Viejo, muy cerca de su localidad originaria, Tres Cantos. “Necesitábamos un estudio con una sala grande para que pudiéramos tocar todos en directo a la vez, que es justo a lo que renunciamos cuando grabamos Mismo sitio, distinto lugar. Para aquel disco, no nos importaba cómo sonarían después las canciones encima de un escenario, lo que nos interesaba era la investigación sonora. En cambio en este hemos querido grabar lo que somos capaces de hacer en directo con nuestras manos y nuestros instrumentos”, explica Latorre.

MSDL - Canciones dentro de canciones está disponible desde este viernes en una edición especial de vinilo más CD y también en plataformas digitales. Producido por Campi Campón —Jorge Drexler, Xoel López— y mezclado por Carlos Raya, lleva la marca de Pequeño Salto Mortal, el propio sello discográfico de Vetusta Morla, una banda que desde sus comienzos adoptó la etiqueta indie como filosofía y no solo como estilo. No obstante, en 2017 la banda firmó un acuerdo de distribución con Sony Music para potenciar la proyección internacional de la banda.

Banda sonora para un abrazo prohibido

Este nuevo disco llega solo unas semanas después de que Vetusta Morla compartiese Los abrazos prohibidos, una canción de homenaje a los profesionales sanitarios que han estado en la primera línea de fuego desde el comienzo de la pandemia en la que nos encontramos inmersos. "Un 20 % de los infectados por el coronavirus son sanitarios", subraya Latorre. "Ellos dicen que no son héroes, sino profesionales, y agradecérselo con canciones o aplausos no basta. Debemos defender la sanidad pública".

La canción Los abrazos prohibidos es la culminación musical de un agradecimiento colectivo que iniciaron los poetas Benjamín Prado y Elvira Sastre. En la escritura del poema participaron otros autores, entre ellos Guillermo Galván, otro de los miembros y compositores de Vetusta Morla, y fue él quien propuso musicarlo y abrirlo a otras colaboraciones, añadiendo a la voz de Pucho la de otros 20 cantantes, entre ellos Joaquín Sabina, Luz Casal, Ismael Serrano, Christina Rosenvinge o Iván Ferreiro. En el vídeo, los rostros de los participantes se alternan con los de profesionales del Hospital Universitario de Fuenlabrada, y todos los beneficios que genere la canción serán donados a perpetuidad al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para contribuir en las investigaciones relacionadas con el COVID-19.

Vetusta Morla - Los Abrazos Prohibidos feat Joaquin Sabina, Leiva, Kase.O, Rozalén...

“Son los científicos, y no los políticos, quienes nos van a sacar de esta”, opina Latorre, a la espera de una vacuna que traiga confianza y disipe el miedo. La pandemia ha arrasado todos los sectores de actividad y el de las artes escénicas, siempre frágil, se enfrenta a una gran incertidumbre. El nuevo disco de Vetusta Morla se iba a publicar en marzo pero su lanzamiento se retrasó hasta ahora. Todos los conciertos que la banda tenía programados para la primavera en España y en el extranjero —Londres, Bruselas, París, México, Colombia…— han sido suspendidos. Algunos se han reprogramado para septiembre, pero aún es pronto para confiar en que podrán celebrarse. “La pandemia nos ha trastocado todos los planes de 2020 —explica el músico— pero tratamos de mantenernos positivos y aprovechar esta circunstancia para reflexionar, mejorar cosas y ensayar la creatividad a distancia. Hay que sacarle partido a una situación que, por otro lado, es inevitable, puesto que las medidas de confinamiento son razonables”.

Mientras unos se juegan el pellejo cuidando a los enfermos, se puede caer en la tentación de minimizar la importancia de las vocaciones artísticas, que no salvan vidas —al menos de manera literal—. “Lo que diferencia al ámbito cultural del sanitario no es tanto la importancia sino la urgencia. Obviamente no se puede escribir un poema o disfrutar de una película si uno no está vivo, pero ojo, porque una vida sin emoción, sin arte, sin cultura, no sería vida”, opina el músico. Por eso recalca la importancia de proteger a la cultura: “Las medidas del Gobierno me parecen positivas, pero insuficientes. Es el momento de que crezca el estatus de la cultura en nuestro país, porque desde que tengo uso de razón ha sido considerada como algo de la bohemia, cuando se trata en realidad de un patrimonio colectivo fundamental, tanto inmaterial como material, ya que además mueve miles de millones de euros. Por tanto agradecemos la ayuda de las administraciones públicas pero no alcanza en el nivel de la que seguramente tendrán otros sectores considerados estratégicos, como la automoción o las compañías aéreas”.

Las letras de Mismo sitio, distinto lugar son lo único que ha permanecido inmutable en MSDL-Canciones dentro de canciones. Muchas de ellas hablan de rumbos, caminos, nuevos comienzos y futuros inciertos, algo que las hace tremendamente actuales en medio de la situación a la que se enfrenta la humanidad. “Los buenos textos siguen siendo relevantes así pasen cien años, y nos sigue pasando con muchas canciones que admiramos y que perviven a lo largo del tiempo”, opina Latorre. “Pero hay canciones que parecen escritas para momentos que suceden después, como si fuera cosa de brujería. En Mismo sitio, distinto lugar, hablábamos de la búsqueda de una nueva identidad, de una esencia propia a través de la transformación, porque tenemos la convicción de que siendo inmovilista lo que haces no es salvaguardar la esencia, sino matarla. Para seguir siendo auténtico hay que surfear esa ola. ¡Qué apropiado para lo que tenemos por delante!”.

Y lo que tenemos por delante, en el campo de la música, es una gran incertidumbre, especialmente en el terreno de los conciertos. El sector, a la expectativa de lo que indiquen las autoridades sanitarias, le da vueltas sin parar a las medidas de higiene y distanciamiento que serán necesarias. “Eso es lo que nos quita el sueño a todos, pero espero que la vacuna llegue pronto y podamos volver a dar conciertos de la manera más parecida posible a como lo hacíamos antes”, opina el compositor. Vetusta Morla cerró 2019 y la larga gira de su disco anterior con tres llenos consecutivos en el Wizink Center de Madrid. “Por ahora, pensar en conciertos así es soñar”.

@FDQuijano