Image: Mozart en Jerez

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Música

Mozart en Jerez

El Villamarta cierra temporada con La flauta mágica

17 mayo, 2007 02:00

Uno de los figurines de Jesús Ruiz

Desde su reinauguración hace diez años, el Teatro Villamarta de Jerez se ha convertido en un motor de producción lírica entre los teatros "pequeños". El próximo miércoles, despide esta temporada con el estreno de una nueva producción de La flauta mágica, dirigida por Francisco López e interpretada por solistas como Ruth Rosique y Ana Nebot.

Frente a las grandes temporadas operísticas, sostenidas por presupuestos importantes, se alza un caso meritorio, el del Teatro Villamarta de Jerez, capaz de sostener con un montante que no supera los cuatro millones y medio de euros, una importante actividad productora y ser uno de los focos líricos de Andalucía. Esta temporada celebra el décimo aniversario de su reinauguración, lo que culminará el próximo miércoles con el estreno de una nueva producción de La flauta mágica de Mozart, a cargo de Francisco López, quien compatibiliza su labor como director del coliseo con su trabajo escénico.

El pasado noviembre, un recital de Montserrat Caballé celebró el décimo aniversario del Villamarta, que fue reinaugurado el 21 de ese mismo mes del año 1996 por Alfredo Kraus. Construido en 1928 por iniciativa del Marqués de Villamarta, mantuvo su actividad bajo gestión privada hasta que, en 1986, fue asumido por el Ayuntamiento de Jerez y remodelado según las necesidades modernas. Ahora, dirigido por Francisco López desde su renacimiento, es un modelo de gestión y uno de los motores de producción lírica entre los teatros considerados "pequeños".

"Hemos mantenido una continuidad durante esta década, basada en dos principios: lograr el máximo posible en la generación de recursos y establecer un perfil claro, de acuerdo a las características del teatro y a las necesidades del público jerezano", comenta Francisco López, que también fue el aplaudido impulsor en su momento del remodelado Gran Teatro de Córdoba.

El primer aspecto es fundamental para una institución como ésta, para ser protegida de los vaivenes presupuestarios que sufren los ayuntamientos. "Convertido en fundación, encontramos un vehículo que permite una independencia a la hora de buscar patrocinios y una mejor planificación a varios años".

En estos momentos, de un presupuesto general para todo el año de 4,5 millones de euros, el Ayuntamiento sólo pone 1,5. Algo bastante razonable", destaca López. Todo ello, con precios módicos.

El abono para los siete espectáculos líricos apenas supera el coste de una función en el Real o en el Liceo. "Casi todos los modelos de este tipo ya han sido inventados. Sólo he intentado que Jerez cuente con el más apropiado para la ciudad", afirma.

La política artística ha venido condicionada por dos líneas a su vez: la apuesta por el flamenco, uno de sus proyectos más potentes, y por la producción lírica. Esta última ha estado compuesta esta temporada por siete títulos: dos de zarzuela, cuatro de ópera y la representación de Le villi en versión de concierto con Cristina Gallardo-Domas.

De las siete obras, dos han sido nuevas producciones del Villamarta, la que abrió temporada, Doña Francisquita, y la que se estrena el próximo miércoles, La flauta mágica, que contará con la dirección musical del jerezano Juan Luis Pérez, frente de la Orquesta "Manuel de Falla" de Cádiz. Entre los solistas, están Ruth Rosique, Gabriel Bermúdez, Ana Nebot y la coreana Jin Seok Lee. El coro es el del propio teatro. "La falta de una orquesta estable la compensamos con colaboraciones con la Manuel de Falla de Cádiz o la Filarmónica de Málaga".

Estilo alemán. López suele ser el responsable escénico de los montajes, un poco al estilo alemán, donde el director compatibiliza su labor como regisseur y cuenta con colaboradores habituales, como el figurinista Jesús Ruiz Moreno. Jerez está considerado un modelo y Paco López, como es conocido en el medio, fue un impulsor de la Red Española de Teatro Públicos, proyecto que se ha venido abajo por su inoperatividad.

"Nosotros nos sentimos muy desligados. La idea era buena, pero era imposible coordinar centros con presupuestos y proyectos tan dispares como el Arriaga de Bilbao con el de Motril". Más cercano en el plano es el denominado Opera XXI por su coherencia. "Tenemos que empezar a coproducir con Europa y creo que el camino va a venir por la zarzuela y por el interés que los centros italianos muestran por ella".