Pablo Heras-Casado. Foto: Javier del Real

Pablo Heras-Casado. Foto: Javier del Real

Escenarios

Pablo Heras-Casado se doctora en Bayreuth al frente de un 'Parsifal' con polémica

El granadino se convierte en el segundo director español en el prestigioso festival wagneriano, en un estreno controvertido porque incluye realidad aumentada pero solo una minoría de espectadores tendrá las gafas necesarias para verla.

25 julio, 2023 02:24

Pablo Heras-Casado, director dispuesto, ambicioso, inteligente y dotado, un trabajador entusiasta, un imbatible todoterreno, lleva algunos años entregado a la causa wagneriana. El holandés errante y la Tetralogía, que dirigió en el Teatro Real, lo han colocado en lugar prominente como conocedor ya de muchos de los intríngulis de las partituras del genio de Leipzig. Aunque esté todavía en el camino (¿alguna vez se termina de recorrer?), tiene ya galones, y así lo ha reconocido la dirección del Festival de Bayreuth, dándole acceso a su foso místico a fin de enfrentarse a Parsifal, el último y espiritual logro wagneriano, en siete funciones a partir de este martes 25 de julio.

"Dirigir aquí es algo único", explicó a El Cultural desde Bayreuth, antes de empezar los ensayos. "Requiere una dedicación y cuidado que, por sus cualidades acústicas, no demandan otros fosos. Es complejo por el plano y equilibrio sonoros y por la sincronización con el escenario, pero es maravilloso el resultado que se puede obtener, milagroso a veces. Con Parsifal se da la circunstancia de que es la única obra que se hizo para esta acústica, para este teatro y para este foso, lo que supone un plus de responsabilidad pero también sabes que estás tocando el instrumento adecuado".

Este testamento musical, como se lo ha definido, es una ópera pararreligiosa, una reflexión profunda sobre una manera de ver la vida y la muerte; un repaso a las cuestiones éticas fundamentales que preocupaban al compositor. Obra difícil, que maneja permanentemente un arioso melódico y trabaja una armonía tonal tendente a la bitonalidad. Heras-Casado, que, como tantos hoy, no emplea batuta, posee el gesto, la autoridad, el conocimiento de la obra, que hace pocos meses dirigió en Badajoz con resultado lisonjero según dicen las crónicas.

"Dirigir en bayreuth es algo único. Es complejo pero se pueden obtener resultados milagrosos". Pablo Heras-Casado

El maestro español tiene muy clara la manera de abordar esta, podríamos decir, sacrosanta misión. "Para mí es primordial primar la transparencia de las texturas, la fluidez del discurso, para hacerlo idiomático y comprensible desde un punto de vista dramatúrgico y orgánico. Porque esta obra es un milagro en este sentido. Que ese tapiz sonoro sea transparente y lleve en volandas el discurso del libreto es crucial".

Desde estas premisas, y dentro de un festival venido a menos por tantas probaturas escénicas y del que están ausentes algunas de las mejores voces y batutas de la actualidad, la labor de Heras-Casado puede brillar con fulgor propio. Hay expectación. Será el segundo director español de la historia, tras la presencia un tanto anecdótica hace unos años de Plácido Domingo al frente de La walkiria, que actúe en la catedral wagneriana. Contará con un equipo prometedor en lo escénico. Al frente de la producción estará el norteamericano Jay Scheib, un artista de amplísimo recorrido en las más diversas manifestaciones teatrales y musicales. Tendrá que aportar ideas originales y plausibles en una ópera que ha conocido en la Colina acercamientos del más diverso signo.

En el reparto figura como Amfortas el barítono Derek Welton, uno de los que cantaron en Badajoz. Buena voz y excelente disposición. Como Gurnemanz repite el conspicuo y experimentado Georg Zeppenfeld. Kundry se lo reparten dos excelentes y muy distintas mezzos: Elina Garança, lírica y suave, y Ekaterina Gubanova, más recia y agreste. No tenemos demasiada confianza en lo que pueda hacer como Parsifal Joseph Calleja, un tenor lírico no muy seguro en la zona aguda y dotado de un vibratillo no siempre confortable. Aunque es fraseador aplicado. El tenor español Jorge Rodríguez Norton, habitual en la producción de Tannhäuser, intervendrá aquí como Escudero.

Realidad aumentada (para unos pocos)

El estreno de este Parsifal viene precedido por cierta polémica, ya que el montaje incluye realidad aumentada, pero el festival no ha adquirido las gafas necesarias para los más de 2.000 espectadores que llenarán el auditorio. Solamente 330 asistentes tendrán el privilegio de contemplar esta tecnología que añade una capa virtual a los acontecimientos que ocurrirán sobre el escenario. F. D.