Gurutze Beitia y Joseba Apaolaza en Obabakoak

Para Bernardo Atxaga (Asteasu, 1951), que su best-seller Obabakoak se lleve al teatro tiene algo de milagro. Y que se estrene en el Teatro Arriaga (a partir del 18 de octubre), lugar de sus primeros escarceos literarios, una satisfacción más a añadir a la larga lista de buenos momentos que le ha dado el texto. "Esto es como un colofón, el más difícil todavía", señala Atxaga a El Cultural. La participación en el elenco de Iñake Irastorza (también protagonista de la versión cinematográfica de Montxo Armendáriz de 2005) y Joseba Apaolaza (que participó en su espectáculo teatral Lu eta Le) refuerzan su ilusión en un proyecto que dirige Calixto Bieito. "Calixto y yo tenemos afinidades comunes, nos pusimos de acuerdo en lo fundamental. Le mostré el paisaje en el que me inspiré para escribir el libro y a partir de ahí él ha hecho lo que ha querido. Creo que ha sido un gran trabajo transformar este puzle literario en teatro. La dificultad de adaptación ha sido un aliciente, también por lo que tiene de metaliterario", explica el autor de Esos cielos.



Bieito, que también ha dirigido la Carmen que estos días puede verse en el Teatro Real, define Obabakoak como la "novela total" que lo incluye todo, lo mítico y lo mágico, lo humano y la tierra, la infancia, la melancolía, el paso del tiempo, la locura... "La idea de hacer la obra de teatro nació el día que Bernardo y Andoni Olivares, director de programación del Arriaga, nos juntamos en Asteasu y nos dejamos llevar por el verde de los valles, las piedras, la niebla..." Bieito reconoce que durante los primeros pasos del proceso de adaptación se econtraba un poco asustado pero rápidamente "la belleza de lo escrito" le llevó a sentirse feliz aunque exhausto. "Después me encerré durante diferentes períodos en mi casa de Basilea y con la complicidad del Rin (ríe) salió el primer esbozo de la obra".



Una instalación visual, dividida en varias pantallas en permanente movimiento es la puesta en escena que han llevado a cabo Susanne Gschwender y Sarah Derendinger, un trabajo que, en opinión del director, crea poemas visuales con los actores, construyendo el imaginario de Obaba. "Se dice en Obabakoak que ‘las historias que ha unido el azar no las disperse el autor'. No nos hemos obsesionado con la unidad. Se trata de un poema multidisciplinar para once voces sobre lo humano, la naturaleza y la fuerza de las palabras. He intentado no ponerme ‘mágico'. Todo está en el texto de Bernardo y en el cuerpo de los actores. Lo mágico es todo aquello que fluye de su interior para componer un paisaje donde uno puede volar como un pájaro".



@ecolote