Leonard Cohen. Foto: Jordi Soteras

El poeta y cantautor canadiense, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, ha fallecido este viernes según ha informado su familia a través de su página de Facebook. You Want It Darker, disco publicado hace unas semanas, es hoy el testamento de un maestro de la música.

El legendario cantautor y poeta canadiense Leonard Cohen ha fallecido este jueves a los 82 años de edad, según un breve comunicado publicado por su familia en su página de la red social Facebook. "Con profundo pesar informamos que el legendario poeta, compositor y artista Leonard Cohen ha fallecido", apunta. "Hemos perdido a uno de los más respetados y prolíficos visionarios de la música", agrega. Asimismo, el comunicado señala que se celebrará un homenaje en Los Ángeles en una fecha aún por determinar, añadiendo que la familia pide privacidad durante el periodo de duelo.



El susurro hipnótico de su voz se ha terminado de apagar tras varios años en los que había estado lejos de los focos. De hecho en los últimos meses había permanecido casi enclaustrado en su vivienda por problemas de espalda. Sin embargo, este pasado octubre publicaba su último disco, You Want it Darker, que resuena hoy como una despedida. De hecho en una entrevista concedida recientemente, en el marco del lanzamiento de ese último disco, Cohen afirmó que "no temía a la muerte", agregando que estaba "preparado para morir".



En You Want It Darker hay muchos momentos que suenan a despedida. Por ejemplo Leaving the Table en la que canta: "Dejo la mesa, estoy fuera del juego" con una guitarra rasgada para añadir que la "bestia desgraciada está domesticada" y ya no necesita "amantes". Por si no quedara claro, Travellin Light, suena como una alegre melodía religiosa en la que el poeta canta: "Atravieso la luz / Es au-revoir / Mi estrella una vez tan brillante, ahora en caída / Llego lejos y me cerrarán el bar".



En la canción que da título al disco, You Want It Darker, arranca con unos cánticos budistas para convertirse en una de esas canciones con un aire canalla y elegante en la que canta en hebreo "Hineni, hinei" (Aquí estoy). Estoy preparado mi señor". Y añade: "Lo querías más oscuro / Y matamos a la llama / Está en las escrituras / No es un ruego ocioso" para concluir con ese canto en hebreo "Hineni" que alcanza una gran fuerza espiritual.



Este disco, además de a despedida, suena a sus temas de siempre: entre lo místico y lo terrenal, con el amor y el tiempo en los focos. En el imaginario queda esa imagen de empleado discreto de funeraria o de galán en el ocaso, clásico traje gris oscuro y sombrero. Esa fisonomía encauza una obra inmensa, un rico mestizaje cultural en el que ocupa un lugar sagrado Federico García Lorca, cuyos versos le introdujeron la poesía en el cuerpo, y una potente personalidad.



Cohen, nacido en 1934 en la zona anglófona de Montreal, primero publicó poemarios como Let us compare mythologies (1956), Flowers for Hitler (1964), y hasta una novela, Beautiful losers (1966). A la música llegó con 33 años y un puñado de canciones eternas como So long, Marianne o Suzanne. A lo largo de los años publicó otras obras maestras como Hallelujah, I'm your man, First we take Manhattan o la versión del Pequeño Vals vienés de Lorca.



Es considerado una de las figuras más importantes de la música en el siglo XX, y en 2011 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. El jurado de este premio destacaba su obra literaria "que ha influido en tres generaciones de todo el mundo a través de la creación de un imaginario sentimental en el que la poesía y la música se funden en un valor inalterable". Además es miembro del Salón de la Fama del Rock&Roll de Estados Unidos y del Salón de la Fama Musical de Canadá, además de miembro de la Orden de Canadá.



Cohen llegó a ser una de las figuras más influyentes de su generación y la calidad de sus composiciones le sitúan también entre los más destacados cantautores, junto a Bob Dylan, Paul Simon o Joni Mitchell. Sus canciones, marcadas por su voz grave, se centraban en asuntos como el amor, la espiritualidad, la guerra, el sexo o la depresión.



El fallecimiento de Cohen tiene lugar apenas tres meses después del de su gran amor y mayor inspiración, Marianne Ihlen, a causa de una leucemia. A ella fue a quien escribió canciones como Bird on a wire, Hey, that's no way to say goodbye o la célebre So long, Marianne.