Tomaz Pandur.

El director teatral esloveno Tomaž Pandur ha muerto este martes a los 53 años de edad al sufrir un infarto durante un ensayo de Rey Lear en el Teatro Nacional de Skopje. El director, afincado en Madrid, iba a estrenar la obra de Shakespeare en la capital macedonia y se encontraba encima del escenario cuando tuvo la parada cardíaca. Murió en brazos de sus compañeros, que intentaron reanimarle sin éxito, según declararon fuentes del teatro a los medios locales.



Pandur era uno de los directores más vanguardistas de Europa y viajaba continuamente por diferentes países para presentar los espectáculos que montaba con su compañía, Pandur Theater. Algunas de las últimas obras que el director presentó en España fueron: una versión del Infierno de Dante junto al músico Goran Bregovic, en 2005; Alas, una obra que creó junto a Nacho Duato y la Compañía Nacional de Danza, en 2006; un Hamlet protagonizado por Blanca Portillo en uno de sus memorables personajes masculinos, en 2009; una versión teatral de La caída de los dioses, de Visconti, con Belén Rueda y Pablo Rivero, en 2011; y Fausto, de Goethe, en 2014.



Con un estilo muy personal lleno de simbolismos, Pandur concebía el teatro como arte total, en el que convergen otras disciplinas artísticas (arquitectura, pintura, cine, música...), otras lenguas y otras áreas del conocimiento (filosofía, ciencia...); calificaba los ensayos de "celebración" pero era muy meticuloso y exigía el más alto grado de compenetración a los miembros de su equipo.



En una entrevista para El Cultural, Pandur se mostró convencido de que "el teatro es capaz de crear un mundo mejor" y se definía como "un creyente del teatro", al tiempo que expresaba con estas palabras la dificultad del oficio: "Es como la destilación de perfumes, para arrancar una lágrima a un actor hay que gastar toneladas de pétalos".