Con tan solo 14 años firmó junto a su padre el Capitán Alatriste, una de las novelas más emblemáticas de Arturo Pérez-Reverte. Ahora, la arqueóloga e historiadora Carlota Pérez Reverte, la pequeña del clan, se independiza de su primogénito y se lanza con una obra de teatro. Perdona si te mato, amor es el título de la pieza que se estrena este jueves en las Naves del Español de Matadero bajo la dirección de Alberto Castrillo Ferrer.



En realidad la idea de la pieza nace de una necesidad de escribir de una persona "acostumbrada a trabajar con textos narrativos" pero que no ha tenido "la oportunidad de hacerlo en la escritura creativa", explica Pérez Reverte. Así, se adentra en el reino del humor y de los diálogos dinámicos con regusto y reminiscencias del cine negro. "Soy muy admiradora de la novela policíaca y del cine negro, quería recuperar todo eso", asegura.



Perdona si te mato, amor "se mueve dentro de la estructura clásica; hay crímenes, un detective, una historia de amor, pasión y suspense", todo impregnado de un sentido del humor en un ambiente de locura. Pero el texto inicial estaba pensado más para ser leído que para ser representado en un escenario, de modo que el director de la pieza, Castrillo Ferrer, ha pulido el texto. "Cuando el Teatro Español decidió que se iba a representar ella vio las diferencias que hay entre un texto que lees en casa y al que puedes volver frente al teatro donde tienes que estar con la tensión arriba en todo momento", explica. De hecho "en la obra hay cinco escenarios y Castrillo lo ha llevado al escenario como si fuera un tablero", apunta la dramaturga.



Un asesino, un detective y una mujer fatal son los personajes clásicos de los que se vale la autora, pero se ha retado a sí misma para catapultarlos "a situaciones inverosímiles". Añade el director que se trata de "situaciones que ocurren hoy en día, desde cómo trabaja el funcionariado pero pasado a otro contexto en el que se reconoce fácilmente la situación". Resulta cómico que en lugar de ir a pedir un certificado el asesino que quiere confesar su crimen pida turno y tenga que rellenar los papeles como el resto de los mortales. "Se extrapolan las situaciones para meternos en un ambiente que resulte chistoso. No hay una pretensión sesuda detrás porque no todo tiene que ser denso pero entre líneas se leen muchos elementos de esta sociedad", amplía el director.



Carlota Pérez Reverte escribió la obra sin pensar en que pudiera llevarse a las tablas. "Fue una decisión del Teatro Español y Castrillo Ferrer fue quien escogió a los actores. Desde el primer momento nos entendimos porque él es un director con sentido del ritmo, mucha visión y un gran sentido del humor", apunta la dramaturga. "No teníamos mucho tiempo y diez días después de que me lo dijeran ya estábamos ensayando así que acudí a un equipo fiable, he intentado que todos fueran muy creativos y versátiles y que pudieran componer diferentes personajes, no grotescos pero sí un poco pasados como pide la obra", explica el director. Por su parte, Pérez Reverte recuerda que el primer día que fue a verlos ensayar "estaban tan bien" que no ha vuelto a ver a los actores sino a los personajes.



Por otro lado, el título de la obra recuerda a las novelas de Federico Moccia. Al respecto la autora ríe y matiza que aunque no tiene nada que ver con las obras del escritor, "sí que hay un pequeño juego al respecto". Ha aprovechado "para hacer diferentes guiños a los libros, películas y personajes" de los que en algún momento se ha enamorado. Además de ser una comedia policíaca con tópicos del género cuenta con "ecos de Chandler y Agatha Christie y los diálogos dinámicos son muy jardielescos", realza el director. No obstante, se muestra recatada con su primera pieza creativa. "La hice por mí, porque quería trabajar esto, me divertía y puse todo mi empeño pero no tengo más experiencia que la de espectadora en el teatro".



Aun así, el texto "evoca a la imaginación y a los referentes del cine y la literatura", opina el director cuando dice que "hay muy pocos lugares que dejen paso a la imaginación como lo hace la literatura, los medios del cine son otros". Por tanto, "hay que llegar a ese estado con el poder del teatro". Además, "el riesgo es apoyar a una dramaturga nobel", apostilla el director de la pieza. Por esa misma razón, Pérez Reverte no oculta sus nervios: "pero son de los buenos, como el día de antes de reyes", comenta ilusionada la joven dramaturga española.