El bailaor Manuel Liñán, durante un espectáculo. Foto: Celia de Coca.

El 3 de junio arranca el festival Suma Flamenca de Madrid, que en su octava edición recupera antiguos tablaos y lleva su programación a otros puntos de la capital, como El Escorial, donde el bailaor Manuel Liñán presentará Sinergia.

Suma Flamenca, el festival de la Comunidad de Madrid, cumple su octava edición y su director, Juan Verdú, ha puesto toda la carne en el asador proyectando durante el mes de junio 310 representaciones para 24 espectáculos en 19 espacios diferentes, con 13 estrenos, más cursos, documentales cinematográficos, conferencias, concursos y exposiciones. Posiblemente una de las iniciativas más novedosas sea la de revitalizar los hasta ahora alicaídos tablaos, aquellos espacios que tuvieron su momento glorioso en las décadas de los sesenta y setenta, y en los que actuaron figuras que ahora ya forman parte de la historia del mejor flamenco: desde Pastora Imperio, Mairena, Caracol o Gades a Manolo Sanlúcar, Morente, Menese, Mercé o Camarón.



Todos pasaron por los tablaos y la feliz idea de imprimirles renovadas energías, considerando los tiempos que corren, es una manera de abrir cauces para un arte que, aun detentando el recurso de viajar a otros países, donde goza de una inusitada aceptación, puede encontrar en estos recintos una excelente fórmula para su desarrollo. Así que a los ya clásicos Corral de la Morería, Torres Bermejas o Café de Chinitas se suman Casa Patas, Las Carboneras, Cardamomo y Las Tablas y otros puntos esparcidos por la capital, como los Teatros del Canal, La Abadía, Galileo, Matadero, el Corral de Comedias de Alcalá de Henares o Real Coliseo Carlos III, en San Lorenzo de El Escorial, donde el bailaor granadino Manuel Liñán presenta Sinergia.



Liñán, que es Premio Revelación en el Festival de Jerez, Mejor Coreografía en el Certamen Internacional de Danza Española y Flamenco de Madrid y Premio Max en 2012 y 2013, manifiesta que "Sinergia nace de una reflexión que surge incitada por la escucha de la obra que nos han legado grandes maestros, en concreto y en este caso, el guitarrista Ramón Montoya [1879-1949] y el cantaor Antonio Mairena [1909-1983]. Sin sus aportaciones el flamenco no estaría donde se encuentra hoy, no tendría el vigor que posee en este momento y no hubiera alcanzado su prestigio internacional. Se trata de valorar el tributo enriquecedor de nuestros antecesores".



Con una programación plena de acontecimientos reseñables, este año acude a Suma Flamenca el guitarrista Gerardo Núñez con Travesía, el resultado musical de una experiencia sobrecogedora: su visión de la llegada a una playa gaditana de una patera cargada de emigrantes. Jorge Pardo en Vientos flamencos nos remite, por medio de la flauta y el saxo, a los sonidos de voces singulares. Arcángel, el cantaor de Huelva, llevará a cabo un encuentro con el flautista búlgaro Theodosii Spassov, y Antonio Carmona con el cantante y guitarrista argentino-israelita Pablo Rosenberg. En Piezas únicas, la bailaora Carmen Cortés selecciona cinco coreografías entre los 27 espectáculos que ha ido creando a lo largo de su trayectoria profesional. A ello hay que añadir los conciertos de Carmen Linares, José Mercé, familia Carbonell, Paco del Pozo y Montse Cortés, más las representaciones de baile de La Moneta, en su homenaje a Carmen Amaya, Alfonso Losa, Lidón Patiño, Nuevo Ballet Español, en Titanium, o En clave de 6 con Javier Barón, Esperanza Fernández y Manolo Franco. Para Manuel Liñán intervenir en Suma Flamenca "es todo un privilegio, y más en el Carlos III, un marco ideal en el que interpretar Sinergia, una historia íntima, con la trama de los sentimientos como base y con el estímulo que nos pueden transmitir la música y la emoción de los demás. Sin ellos mi baile sería diferente. Esa es la razón de que los rincones más profundos de nuestra soledad estén llenos de emociones".