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Hay dos vías de acceso al nuevo filme del cineasta y pintor. La primera pasa por leer la película de forma descontextualizada, como un canto a la creación artística más allá de las fronteras del espacio y del tiempo.



Sobre la novela homónima de Nick Tosches, In the Hand of Dante sigue el proceso de escritura de la Divina Comedia y, setecientos años después, la crónica negra sobre el encuentro del único manuscrito de la gran obra del poeta renacentista, por un autoficcionado Nick Tosches.



En la película de Schnabel, Isaac interpreta tanto a Dante como a Tosches, convertido en su álter ego: un escritor nihilista, contratado como experto por un capo de la mafia (John Malkovich).

Tosches buscará autentificar el documento con la ayuda de un asesino a sueldo (Gerard Butler) pero sus prioridades van a cambiar cuando conozca a su nueva secretaria italiana (Gal Gadot poniendo acento).



En fin, el filme se desarrolla entre pasajes contemporáneos de una crueldad rematada, en blanco y negro, y los cantos coloridos a la Trascendencia y la Belleza Femenina de los episodios del siglo XIV, con Gal Gadot posando cual Venus de Botticelli inclusive.

Entre viñetas de lo más diverso –Schnabel las ha definido por "tragicómicas, como la vida misma"–, avanza una oda a las referencias y al amor por el arte ajeno como parte íntegra de nuestro ser.



Así lo definía el cineasta: "Si piensas en Antonioni, si piensas en La Notte. Si piensas en Stanley Kubrick, incluso en la película de Marty [Martin Scorsese], Toro salvaje. O si piensas en Tarkovski, en El espejo. Tienes todas estas películas en la cabeza, aunque ni siquiera sepas que están allí. Pero, de manera subconsciente, todas esas cosas están. Y afectan tu perspectiva".

Oscar Isaac, hoy por hoy, se encuentra preparando una versión contemporánea y satírica de La metamorfosis de Kafka (lleva por título Kockroach y se trata del acidísimo coming of age de una cucaracha que, un buen día, se despierta convertida en humano).



Para el actor, la vía literaria es la válida: "No veo tanta diferencia en la forma que toma el cine [de la literatura o la pintura]. Es lo mismo una pincelada en el lienzo que un gesto en la toma. Es algo que sucede, el mismo tipo de accidente efímero. Piden el mismo grado de preparación y de imaginación. De soltarse, y ver si ocurre la Gracia".

Todo lo que está en pantalla es precioso, añadía Julian Schnabel, y "todo lo que no está en el plano, no existe”, ha clarificado. Pero las ausencias brillarán esta tarde de septiembre sobre la alfombra roja veneciana.

La otra vía para leer In the Hand of Dante pasa justamente por la cancelación de la visita de Gal Gadot y Gerard Butler, coprotagonistas, después de la petición del colectivo V4P (Venice4Palestine) de retirar de forma inmediata la invitación a dos artistas que han defendido de forma pública y repetida las actuaciones del ejército israelí en el genocidio palestino.

En una carta abierta firmada por 1.500 cineastas, entre los cuales Marco Bellocchio, Alba Rohrwacher, Ken Loach o Audrey Diwan, V4P acusaba la Biennale de ser "una vitrina vacía de vanidades" y organizó una multitudinaria manifestación el pasado sábado.



Los representantes de sendos intérpretes han dejado claro que su asistencia no se había ni confirmado en primer lugar.



Sin embargo, Schnabel se ha referido a la cuestión en términos de “boicot”: "Creo que no hay razón para boicotear a los artistas. Escogí a esos actores por sus méritos, e hicieron un trabajo extraordinario. Y eso es todo. Deberíamos hablar de la película en lugar de este tema”.

Hay sequedad en cómo Schnabel ha escogido la palabra "tema" (issue, en inglés sinónimo de "problema"), así como en su tono.

Asimismo, ha referido a la "crucifixión" de su amigo y colaborador Martin Scorsese, que en el filme viste las copiosas barbas del mentor de Dante: "Había una frase, que ya no está en la película, en la que le decía a Dante: ‘Es fácil. Puedes mentir e ir al infierno, o decir la verdad y ser crucificado’. Marty ha sido crucificado, y ha sobrevivido”.

Schnabel no ha querido concretar a qué aludía, aunque ha añadido: "Marty... Es un momento sui generis". A sus 81 años, Martin Scorsese es uno de los cineastas mejor considerados del panorama actual, y declaró hará unos meses que no tiene pensado retirarse pronto.