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El Osito Winnie, Alicia, Peter Pan, Cenicienta, Mickey Mouse, Pinocho, Popeye, Bambi, El Grinch, Ricitos de Oro… Todos ellos y muchos más han llenado de ilusión, ternura y risas los corazones de los niños —y de muchos adultos que siguen mimando a su “niño interior”— a lo largo de años y siglos. Ahora vienen a arrancárselos.

Armados con hachas, cuchillos, martillos, motosierras y todo tipo de afiladas armas posibles e imposibles, los héroes de nuestra infancia han decidido vengarse de quienes al crecer les abandonaron, desterrándolos al sótano y el desván o, peor aún, entregándolos a la destrucción.

Ahora es tarde para arrepentirnos de cuando dejamos a nuestras madres que tiraran a la basura los cuentos, tebeos, cromos y libros de nuestra niñez. De cuando olvidamos los infinitos ratos de diversión y consuelo que nos propiciaron ositos de peluche de poca inteligencia, muchachas curiosas persiguiendo conejos blancos, niños que no podían crecer, hadas, princesas, animales de fábula y locos personajes de dibujos animados y tebeos. Los arrinconamos. Los despreciamos. Y han vuelto a por nosotros.

Universo retorcido infantil

Aunque hay numerosos antecedentes en realidad todo empezó hace poco. En 2023, el productor, director y guionista independiente británico Rhys Frake-Waterfield y su estudio Jagged Edge Productions estrenaban una barata película de terror slasher -es decir: de asesinatos sangrientos al estilo Viernes 13 (1980)- cuya principal innovación era que sus monstruosos asesinos venían a ser una versión perversa y disonante del Osito Winnie y sus amigos: Winnie the Pooh: Miel y sangre.

Aprovechando que el simpático peluche creado por el escritor inglés A. A. Milne a mediados de los años veinte del siglo pasado quedaba en dominio público, Rhys Frake-Waterfield se daba el lujo de explotar un personaje popularizado por Disney para reinventarlo como brutal asesino en serie.

Winnie-the-Pooh 2. Más loca, sangrienta y divertida

Winnie the Pooh: Miel y sangre es poco más que otra iteración de La matanza de Texas (1974) de Tobe Hooper, que utiliza el mundo de Pooh y sus amigos, extraños seres animales basados en muñecos de peluche, e incluso a su protagonista humano, Christopher Robin, para una ordalía de brutales muertes y torturas en el oscuro Bosque de los 100 Acres.

Aunque Pooh y sus colegas, como el cerdito Piglet, en poco se diferencian de cualquier grupo de salvajes paletos caníbales, sus rostros y características de personajes infantiles, el prólogo que recrea el cuento original de forma siniestra y una enfermiza atmósfera pueril funcionan de forma sorprendentemente efectiva.

Denostada por los críticos, Winnie the Pooh: Miel y sangre resultó un fenómeno viral, convirtiendo una pequeña producción independiente en un éxito económico, decidiendo a sus creadores a seguir explorando y explotando el territorio mágico de nuestra infancia, transformado en pesadilla sangrienta. Así surgió The Twisted Childhood Universe (TCU) o Universo infantil retorcido (también conocido como el Poohniverse).

Pronto seguiría Winnie-the-Pooh II. El bosque sangriento (2024). Dirigida de nuevo por Frake-Waterfield, supone una de esas sorprendentes secuelas superiores al original. Más ambiciosa, sofisticada y retorcida, esta segunda parte lleva a Winnie y sus amigos a la ciudad, pero además ofrece una subtrama de ciencia ficción que explica ingeniosamente su naturaleza extraña, digna del Dr. Moreau.

Una imagen de 'Winnie the Pooh: El bosque sangriento'

Tampoco el gore desmerece, con una orgía de sangre durante una fiesta rave capaz de satisfacer a cualquier fan del género. Más humor, fantasía y gracia, al tiempo que más violencia, acción y muerte, dieron por resultado otro éxito: el Osito Puh asesino ha venido para quedarse.

Y con él se ha traído otro clásico personaje infantil: el Peter Pan de James Matthew Barrie. Siempre hemos sabido que el niño que no quería crecer no era trigo limpio. Como explica el experto Alejandro Lapetra en su edición y prólogo al recién editado e indispensable libro Peter Pan. Los inéditos (Pepitas de calabaza), Peter Pan es un personaje ambiguo y a veces cruel. Uno de los textos de Barrie recogidos por Lapetra confirma nuestra impresión de que Peter y el Capitán Garfio no son sino dos caras de la misma moneda. Y eso nos muestra de forma mórbida y sangrienta Peter Pan: Pesadilla en Nunca Jamás (2025).