Un destacamento de varias decenas de soldados de las fuerzas napoleónicas custodian la entrada al Museo del Prado. Una alfombra roja divide a las huestes, con los jinetes a un lado y la infantería al otro, bajo la atenta mirada de la estatua de Velázquez.

Al menos Goya, de quien la pinacoteca expone cuadros que rinden precisamente homenaje a la resistencia del pueblo español a los invasores franceses, se libra de tener que presenciar la escena, con su mirada eternamente fija en la cuesta de Felipe IV.

Quien irrumpe en el lugar no es, sin embargo, Napoleón, aunque a su figura homenajea la estampa, sino el director británico Ridley Scott (South Shields, Inglaterra, 1937), que viene a presentar en el simbólico edificio su biopic sobre el emperador francés, tras pasearse por Londres y París.

"Rodar una superproducción es como dirigir un ejército", explicaba a Efe unas horas antes el director de Alien, Thelma y Louise o Gladiator en el claustro de los Jerónimos, destruido por las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia.

"Mi unidad la forman 900 personas, 100 caballos, 50 camiones para transportarlos, cien conductores... y eso solo para los caballos, luego están los 700 extras; es una unidad enorme y tienes que dirigirlo de manera organizada; la mejor comparación es un ejército, si no lo haces así, tienes un problema", sostiene.

En un estreno repleto de invitados ilustres, personalidades del mundo de la cultura y celebridades, la llegada de Ridley Scott imponía al respetable. El director, de negro riguroso y una presencia que no alerta de sus 85 años, lleva varias décadas seduciendo a grandes audiencias con épicas superproducciones, en las que ha abordado a Moisés o Cristóbal Colón, ha viajado a las cruzadas o al espacio y ha creado universos distópicos oscuros y lluviosos.

Quizá solo Scott podía abordar la figura de un hombre al que Winston Churchill calificó como “el mayor hombre de acción nacido en Europa después de Julio César”. El filme afronta el ascenso y caída de Napoleón a través de su relación con Josefina, el amor de su vida. Joaquin Phoenix, ganador del Oscar por Joker (Todd Phillips, 2019), interpreta al corso.

['Napoleón' por Ridley Scott: el emperador enamorado en el campo de batalla]

"Lo hicisteis muy bien echando a los ocupantes franceses, es impresionante, fue su primera gran derrota en Europa", señalaba el actor esa misma tarde a los periodistas.

Napoleon recorre el Prado

La premier del filme no ha sido la única acción del Museo del Prado con motivo del estreno de Napoleón y la visita de Ridley Scott. Junto a Sony Pictures, la institución ha distribuido un vídeo en el que vemos al emperador francés recorrer algunas de sus salas.

Además de las escenas más conocidas de la Guerra de la Independencia, el 2 y 3 de mayo en Madrid, el vídeo muestra La familia de Carlos IV, en la que el pintor aragonés realizó un magistral retrato psicológico de los personajes de la familia reinante, en especial del monarca Carlos IV y su heredero Fernando VII, personajes históricos con quienes Napoleón se relacionó en su época.

El actor que interpreta a este imaginario Napoleón (que no pudo conocer el Prado, puesto que este se inauguró en 1819 cuando él ya estaba deportado en la isla de Santa Elena) va vestido con el traje original que el protagonista Joaquin Phoenix utilizó en la película y que se ha traído expresamente desde Los Ángeles.

En el vídeo, el personaje también se detiene a contemplar el cuadro La rendición de Bailén pintado por Casado del Alisal en 1864, que representa el momento en que las tropas francesas se rinden en dicha batalla. Aunque Napoleón no estuvo allí, esta batalla, que tuvo lugar el 1808, ha pasado a la historia como la primera derrota en campo abierto de las tropas napoleónicas.